José Luis Espert volvió a alterar la tranquilidad de la reunión bicameral que debate la cuestionada ley ómnibus enviada por el gobierno de Javier Milei. Y lo hizo nuevamente privando de la palabra a los diputados del Frente de Izquierda (FIT).
En cinco oportunidades le apagó el micrófono al diputado Nicolás del Caño y varias veces más lo interrumpió mientras este daba los fundamentos de las preguntas que iba a plantearle al ministro Guillermo Francos, presente allí para defender el proyecto oficialista.
Antes de hacer sus preguntas, lo que Del Caño planteó fueron las alternativas a la reforma electoral que propone el gobierno en cuando al financiamiento de las campañas. Y en ese sentido enumeró la serie de proyectos que el FIT-U había elaborado durante los últimos años y que no fueron tratadas.
En su discurso, el diputado de izquierda se excedió de los 5 minutos otorgados, tal como lo había hecho una buena parte de los legisladores que antes habían hecho uso de la palabra y a los que no se les cortó el micrófono ni se les advirtió de mala manera.
En su carácter irregular de presidente de la Comisión de Hacienda, Espert desentonó y sacó a relucir su autoritarismo. “Redondeé diputado”, le ordenó a Del Caño. Este siguió hablando. “Redondeé diputado”, le exigió. “¿Qué, me va a amenazar con ‘cárcel o bala’?”, lanzó el legislador del FIT-U. Entonces, se le cortó el micrófono.
Lo que Del Caño hizo fue recordarle a Espert la amenaza que este le había hecho a Myriam Bregman a través de las redes sociales, y que desató un escándalo en sesiones anteriores. Entonces Espert lo amenazó: “Redondee o le corto el micrónofo”. Y efectivamente lo hizo una vez más.
El gesto alteró al resto de los diputados de izquierda y de otros partidos que cuestionaron la actitud de Espert que, mientras Del Caño retomaba el uso de la palabra, él cortaba el micrófono y le exigía una y otra vez que hiciera la pregunta final.
La chicana de Francos
Entre los gritos y la alteración del contrapunto, uno de los legisladores advirtió que si no se le permitía proseguir al diputado de izquierda, la reunión se levantaría. Entonces, los ánimos se fueron calmando.
Luego, el ministro Francos le respondió: “El presidente es Milei. Él ganó legítimamente la elección y hace una propuesta (de ley). Usted es una minoría y tiene todo el derecho de hacer oposición y protestar, pero el que gana gobierna”.
“No le voy a responder su discurso ideológico”, prosiguió y le lo chicaneó. “Usted tampoco es representante de todos los trabajadores (…) Hay 14 millones de trabajadores, usted no tiene 14 millones de votos, así que representa a una minoría; el día que los tenga, será presidente”.