Luego de los cacerolazos por la cultura, el exterior del Congreso continuó en función continuada en un nuevo miércoles que volvió a reunir a quienes protestan con ollas, tapas y ruidazos en contra de las reformas del gobierno libertario. “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta, quiere ajustar”, cantaban al caer la noche los primeros participantes. “Abajo el DNU y la Ley ómnibus”, decía otro cartel escrito con fibrón como suele ocurrir en las últimas semanas.
“Ahora, Congreso de la Nación”, tuiteó tarde, la ahora diputada Julia Strada desde X. “Masiva convocatoria”. Y junto a un video de las cacerolas, agregó: “Vender la argentina y arruinar el bolsillo no tiene tanto consenso”. Desde el otro lado de la ciudad, respondieron también a través de las redes sumando más imágenes: “En Acoyte y Rivadavia se hacen los cacerolazos contra el gobierno neoliberal”, decía un tuitero. En la zona de la Boca, otra imagen devolvía otro de los cantos que se repiten en las protestas y actualizan el 2001. “Ohh. Que se vayan todos, que no queden ni uno sólo”.
Las protestas que comenzaron de manera espontánea en todo el país mientras el presidente Javier Milei anunciaba vía cadena nacional su mega DNU, ahora se replican semana a semana, especialmente los días miércoles coordinadas por distintas organizaciones que comenzaron a articularse en distintos puntos del país. Un flyer anuncia puntos y horarios y cada semana vuelven a activarse.
“Olé, olé, olá, olé, olé, olá”, cantaban desde Lanús ya tarde mientras las redes recibían instantáneas en vivo desde cada uno de los lugares activados. Hubo concentración en Mendoza y en Rosario, frente al monumento de La Bandera. “Otra vez son masivos los cacerolazos en todo gran parte de país”, decían desde allí. “No al DNU y no a las facultades delegadas y la suma del poder público”.