Por R.D.
Los 4700 millones de dólares que el Fondo Monetario desembolsaría en favor de Argentina serán los correspondientes a la revisión de las metas al 30 de septiembre pasado, que debían haberse hecho efectivo en noviembre si se hubieran cumplido, más el desembolso contra las metas al 31 de diciembre. El primer monto alcanza a unos 3500 millones y el segundo a los restantes 1200, aproximamente.
Ese incumplimiento de metas durante el tramo final del anterior gobierno es a lo que se refiere el staff del Fondo cuando ahora señala los "gravísimos desvíos" del programa, una alusión directa al abandono de los mandatos del Fondo por parte de Alberto Fernández y su ministro de Economía, Sergio Massa. Esa decisión se tomó luego de cumplir con el último acuerdo: la devaluación del 21 por ciento en agosto, luego de las PASO, como requisito impuesto por el organismo para liberar el último desembolso de 7500 millones de dólares, demorado durante cuatro meses.
Ese fue el punto de ruptura con el FMI, que ahora el gobierno de Milei vino a "reparar" volviendo de lleno a los lineamientos de las recetas ortodoxas tradicionales del organismo. Más ajuste, menos Estado, más devaluación y un recorrido que, en más de medio siglo de existencia del FMI, nunca llevó al resultado prometido.