Con una presentación de cuatro minutos y otras intervenciones muy breves, el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, defendió el ajuste propuesto por la ley ómnibus en materia cultural. Fue en el plenario de comisiones de la Cámara Baja. En una actitud que activó críticas y chicanas, leyó su discurso y no hizo lugar a importantes consultas de los diputados. Se escudó en la idea de que "no hay plata" y en la dicotomía entre "casta o libertad", en sintonía con los slogans de Javier Milei. Le bajó el tono a la idea de eliminar el Fondo Nacional de las Artes (FNA) y el Instituto Nacional del Teatro (INT), aunque la alternativa que deslizó es un radical cambio de esencia: "Pasarán a ser programas activos bajo la órbita de la Secretaría". Nada dijo acerca de los destinos de la Enerc, el Instituto Nacional de la Música (INAMU), las bibliotecas populares y la industria editorial.
A Cifelli le tocó asistir al Congreso un día después del potente cacerolazo cultural nacional -que demostró la organización del sector y se coló en el discurso de varios legisladores-, y en la previa de un "Musicazo" también frente al Parlamento. La comunidad artística está movilizada y en contacto con representantes de diferentes bloques. El secretario debía dar explicaciones en torno al capítulo III de la ley ómnibus, que arrasa con el área. Sus declaraciones eran esperadas por las incoherencias que se vienen notando desde el inicio de su gestión, por ejemplo los nombramientos en organismos que podrían cerrar, y hasta un desnombramiento anunciado por la red social X. A esto se suman sus pocas apariciones públicas y un diálogo entrecortado con la prensa.
Cifelli participó este jueves del plenario de comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales junto a sus pares de Educación, Carlos Torrendell, e Infancia y Familia, Pablo de la Torre. Los tres responden a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ausente en la jornada. "La mayoría de las preguntas fueron contestadas y enviadas", dijo antes de retirarse y habiendo dejado afuera de sus intervenciones temas clave por los que había sido interpelado. Así, dio a entender que daría más explicaciones por escrito.
“No hay plata”
Sus palabras se esperaban para las 11, pero a las 10 Cifelli sentenció: "No hay plata no es un lema, es una realidad. Necesitamos una gestión eficiente de los recursos y una administración transparente de los mismos. El camino es claro: casta o libertad. Esta ley es una condición necesaria, un paso crucial en este proceso. Tenemos que revisar una estructura que no sólo no funciona, sino que es deficitaria. El Estado gasta más de lo que tiene y lo hace siendo ineficiente".
Según el funcionario, "la ley integra un conjunto de modificaciones que debe aprobar este Congreso para reencauzar este país y la reestructuración del Estado y la reorganización de la administración pública son esenciales". Habló de "plan cultural", un concepto luego cuestionado. "El plan cultural demuestra los verdaderos valores con lo que se trabajó en cada uno de los puntos: libertad, trasparencia, eficiencia y progreso", definió.
"Al asumir nos encontramos con entes descentralizados enormes, con más puestos de trabajo que funciones concretas; con organismos que tienen asignados los mismos objetivos, tareas y funciones; y con gasto público, no con inversión", expuso, para argumentar lo siguiente: "Vamos a reducir el aparato estatal, centralizar tareas y funciones y reasignar programas que van a depender de forma directa del Presupuesto y de la administración central".
FNA, INT e INCAA
Como se sabe, la ley ómnibus incluye la intención de cerrar el INT y el FNA, el desfinanciamiento de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), el Incaa y el Inamu y la derogación de la Ley de Defensa de la Actividad Librera.
Cifelli dijo que el FNA y el INT “pasarán a ser programas activos bajo la órbita de la Secretaría” conservando "la promoción y el desarrollo de las actividades artísticas". Esto ya suscitó una reacción de la Asociación Argentina del Teatro Independiente, que vaticinó un escenario de "discrecionalidad" y pérdida de "transparencia" y "federalismo" para el INT. Sobre el INCAA, el secretario advirtió que “requiere modificaciones urgentes” y enfocó en el financiamiento: “El presupuesto debe destinarse de forma mayoritaria a subsidios. Estos serán de hasta un 50 por ciento del proyecto; la otra parte deberá ser sustentada por el aspirante". Señaló que el fondo de fomento deberá destinar al menos el 50 por ciento de su presupuesto a la producción y exhibición de películas nacionales."Los proyectos que no se concreten deberán devolver el dinero del subsidio, teniendo en cuenta el sistema UVA que corresponda”, dijo, y agregó que "el rendimiento debe ser detallado y con un seguimiento para un mayor control".
Todo apuntó a justificar una “centralización de la gestión cultural”. "Los argentinos deben tener más seguimiento de qué se hace con sus recursos. Creemos en el arte nacional. Tenemos una industria musical reconocida. Nuestro teatro refleja nuestra historia y nuestro cine es una cuna grande de éxitos", remarcó Cifelli. Y se refirió a la "exportación" de "más cultura argentina al mundo", algo que, según él, la ley habilitaría.
Al promediar el debate se dirigió a los diputados: "Ustedes tienen la oportunidad de girar más plata para estos organismos". Germán Martínez, de UxP, retrucó que "Milei prorrogó la vigencia del presupuesto 2023 para el ejercicio 2024". Previamente Hernán Lombardi (PRO) había planteado sugerencias para que se inyecten en Cultura recursos de otras áreas del Estado. Propuso, entre otras cosas, la disolución del Observatorio Nodio, impulsado por la Defensoría del Público durante la gestión de Alberto Fernández.
Las preguntas de los legisladores
Los cuestionamientos al "plan cultural" se hicieron sentir desde los distintos bloques. Al comienzo de la jornada, la radical Danya Tavela manifestó: “Hay que trabajar en un reordenamiento pero no creo que el equilibrio fiscal tenga que ver con 2 mil millones de pesos que el Estado se ahorraría”. Recordó que los organismos se financian con “recursos de carácter externo, no del tesoro nacional”. Ambas ideas fueron retomadas por otros diputados, quienes también reprocharon la elaboración del "plan" a espaldas del sector.
“Usted, secretario, ha dicho que se necesita transparencia. Denos las pruebas para eliminar el FNA o el INT”, interpeló Natalia Sarapura (UCR). Romina del Plá (Frente de Izquierda) habló de la importancia del arte independiente -que es "subversión"- y de la postergada ley de danza. El socialista Esteban Paulón definió al proyecto como un “plan de demolición de la cultura”. "¿Por qué tanta saña con el cine nacional? ¿Cuánto más le quieren entregar a los capitales extranjeros?", preguntó Myriam Bregman (FIT), haciendo alusión a que la ley ómnibus deja afuera la cuota de pantalla para el cine nacional.
“No construya como un enemigo imaginario al ecosistema cultural de la Argentina, que contribuye con impuestos, ingresos, puestos de trabajo y desarrollo”, apuntó Maximiliano Ferraro (JxC). “Quiero que escuchen en este lugar a los trabajadores de la cultura. ¿Por qué quieren eliminar todos los institutos que garantizan que la cultura exista?”, dijo Hugo Yaski (UxP). “. Muy completo fue el discurso de Brenda Vargas (UxP), quien consultó: “¿Por qué serían mejores que institutos autárquicos programas que deriven fondos de manera discrecional a los sectores que usted cree?”.
Entre otres, tomó la palabra Leandro Santoro (UxP): "¿Encontraron un referente de la cultura que apoye esta modificación? Se han expresado artistas de todas las miradas ideológicas. ¿Por qué rompen lo que funciona?". Algunos legisladores pusieron el énfasis en el alcance federal de las instituciones y advirtieron que este "plan" atenta, también, con el federalismo que es pilar de su estructura interna.