La inflación de los últimos meses impacta de lleno en todos los sectores de la sociedad, pero en los jubilados se siente con más fuerza. Según el Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), los gastos básicos de consumo en el hogar para una pareja de jubilados rosarina fue de $294.159,26 en diciembre, una cifra muy por encima de la jubilación mínima. Para Emeterio Pastor, integrante de la Federación Regional de Asociación de Personas Adultas Mayores (Frapam), se trata de “una crisis insuperable”. Mientras que desde el Frente de Jubilados en Lucha (Frejel), la liberación de precios promueve que los jubilados sigan cayendo en la indigencia. “Hoy en día el jubilado compra los remedios o come. O directamente ni una cosa ni la otra”, sostuvo Carlos Abruzzo, en diálogo con Rosario/12.
Este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) reveló que la inflación de diciembre, la primera de la presidencia de Javier Milei, llegó al 25,5% con un acumulado anual de 211,4%. La suba en diciembre fue la más alta en los últimos 33 años, motorizada por el aumento en Bienes y servicios varios (32,7%), Salud (32,6%) y Transporte (31,7%). En tanto, Alimentos y bebidas no alcohólicas (29,7%) fue la división con mayor incidencia en todas las regiones, con aumentos considerables en el precio de la carne y el pan.
Los números del Indec van en sintonía con la canasta básica de consumos para el hogar en jubilados, relevada por el Cesyac. Allí se desprende que una pareja de jubilados en Rosario necesitó $294.159,26 para cubrir la compra de productos de consumo masivo y el pago de los servicios básicos para el hogar. El número significó una variación del 16,94% respecto a noviembre y del 162,40% en relación a diciembre de 2022. En medio del ajuste que busca implementar el gobierno nacional, quienes cobren la mínima ($105.713) dependerán de bonos y refuerzos para hacer frente a los gastos básicos.
En los gastos de consumo masivo relevados por el organismo, la mayor participación la tienen los comestibles envasados (35%), seguidos por carnes (32,8%), frutas y verduras (13,1%), bebidas (11,8%) y productos de limpieza (7,3%). Mientras que en lo que respecta a servicios básicos para el hogar, los alquileres e impuestos se llevan gran parte de la fracción de la torta (58,4%), seguido por los servicios de la vivienda (23,7%), transporte (10%) y servicios para personas (8%).
La situación no es nueva para las organizaciones de jubilados de Rosario, que vienen advirtiendo el contexto crítico que vive el sector. “Creo que es una crisis insuperable. Yo cumplí 85 años, soy un jubilado que he vivido muchas situaciones, pero esto ya ha superado los límites en lo que hace a la subsistencia para los que somos los pasivos”, señaló Emeterio Pastor, integrante de Frapam y miembro ejecutivo de la junta consultora de la Defensoría del Adulto Mayor de Rosario. “Comprás los medicamentos y no comprás los alimentos. Es una sábana corta que ya no tiene parámetros para subsistir como jubilado”, aseguró.
En diálogo con este medio, Pastor comentó que día a día se incrementan las consultas en la Defensoría, en su mayoría vinculada a los aumentos desmedidos y las dificultades para hacer frente al contexto económico. “Permanentemente el defensor está recibiendo consultas junto al equipo de trabajo”, remarcó y añadió: “Hay jubilados que están trabajando y otros que dependían de los hijos. Pero ahora los hijos también están superados por esta abrupta inflación y no pueden colaborar con sus padres. Estamos en una rueda sin escapatoria”.
En ese marco, el dirigente comentó que Frapam está convocando a los distintos centros de jubilados para “pedir opinión en forma democrática” con intención de evaluar los pasos a seguir. “Queremos hacer una gestión de reclamo formal e institucional. Acá tienen que participar los municipios y la provincia. Y dar una voz de ayuda en esta situación para que se entienda que esto cada vez va ajustando más”, manifestó.
Por su parte, Abruzzo reconoció que la crisis en el sector no es nueva, aunque sí tiene variantes novedosas que agravan el contexto. “La liberación de precios, el aumento de las cosas y todo lo que eso arrastra nos hace más indigentes. Por más bono que te quieran dar, que no solucionan al problema del jubilado. Hoy en día el jubilado compra los remedios o come. O directamente ni una cosa ni la otra.”, sostuvo. “El sueldo que gana hoy un jubilado con la mínima no alcanza para nada”, remarcó el referente del Frejel, un espacio conformado por jubilados de distintos gremios de la ciudad.
En ese sentido, llamó a “la unidad de todos los jubilados” para sumarse a participar en un reclamo conjunto: “Esto no es un problema de los que nos organizamos, sino de todos. Y si realmente queremos hacer un reclamo necesitamos estar unidos para ser una gran fuerza. Incluso con los activos, que son los futuros jubilados, que tienen que estar dando el apoyo porque el derecho a la jubilación es de los trabajadores de hoy. Por eso nosotros también nos sumamos a apoyar cada reclamo de los activos”.
Por último, el dirigente remarcó que para gran parte de los jubilados la situación se hace insostenible: “Realmente no se puede vivir así. Es una angustia diaria despertarte sabiendo que después de haber aportado tantos años, hoy tengamos que padecer esto. Hoy estar jubilado es una condena”.