La Corte de Apelaciones de Versalles se pronunció ayer a favor de la extradición a la Argentina de Mario Alfredo Sandoval, un ex miembro de Superintendencia de Seguridad Federal que integró el Grupo de Tareas 3.3 de la ESMA durante la última dictadura. El proceso de extradición comenzó hace un lustro con el pedido de captura internacional del juez Sergio Torres, que instruye esa megacausa, y tuvo su anteúltimo capítulo el pasado 14 de septiembre, cuando el fiscal general Jacques Hossaert requirió que sea enviado al país para ser juzgado por secuestros y torturas. Sandoval, alias “Churrasco”, está acusado por su participación el 30 de octubre de 1976 en el secuestro de Hernán Abriata, un militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) desaparecido tras su paso por la ESMA. “Estamos extremadamente contentos. No podemos estar de otra manera. Hoy es un gran día para la Justicia y para la familia de Abriata”, indicó a la agencia EFE una portavoz de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que confió en que el Tribunal de Casación confirmará el dictamen.
En 1976 Sandoval tenía 22 años, era oficial subinspector de la Policía Federal y estaba destinado en el Departamento de Asuntos Políticos, en el séptimo piso de Moreno 1417, cuatro pisos más arriba del centro clandestino de la Superintendencia. De su legajo surge que realizó cursos de instrucción en “lucha antisubversiva”, en los que se enseñaban técnicas de interrogatorio bajo tortura, y que fue “recomendado” en noviembre de 1976 por su actuación en “procedimientos antisubversivos”. En 1984, sobrevivientes de la ESMA declararon ante la Conadep sobre Churrasco como “agente operativo” del GT 3.3. En 2008 PáginaI12 informó que el alias pertenecía a Sandoval y la Justicia comenzó una investigación que cuatro años después derivó en el pedido de detención.
También de 1984 datan los testimonios sobre el secuestro de Abriata que mencionan a Sandoval. El operativo fue en la madrugada del 30 de octubre de 1976 en Elcano 3235 e incluyó un interrogatorio a Abriata en la habitación donde dormía. Ante familiares del joven, uno de los secuestradores se identificó como “oficial inspector Sandoval de Coordinación Federal” (el nombre anterior de Superintendencia) y dijo que “la denuncia” en su contra provenía de la Facultad de Arquitectura, donde estudiaba y militaba. El 7 de noviembre otros seis estudiantes de Arquitectura fueron secuestrados y uno solo sobrevivió. Diez días después, Sandoval logró la “recomendación” por su actuación destacada en un “procedimiento antisubversivo”.