“Cuando la gestión anterior del ministro Massa quiso cambiar las tenencias de bonos en dólares a pesos del FGS, las y los diputados de Juntos por el Cambio presentaron un amparo judicial que decía que los activos del FGS estaban blindados y debían usarse exclusivamente para el sistema previsional argentino”, recordó el diputado Carlos Heller (UxP), de cara el debate que abrió el oficialismo, que busca liquidar el Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) de la Anses, creado como un fondo de reserva destinado exclusivamente al sistema previsional.
La intención del gobierno de Milei la explicitó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, en en su exposición en Diputados durante la madrugada del viernes, mientras se debatía la Ley Ómnibus, y generó estupor entre los presentes. El ajuste de las jubilaciones, pensiones y de la seguridad social en su conjunto también es parte de la obsesionada agenda del oficialismo en achicar el déficit fiscal.
El gobierno desea entregar varios de los activos que tiene el Estado, entre ellos el voluminoso FGS. Hasta ahora, las inversiones de dicho fondo se han venido administrando adecuadamente para mantener la rentabilidad financiera, la cual fue récord en 2023. Su liquidación es una amenaza para el sistema previsional y de seguridad social.
“El FGS fue creado en 2007 como un fondo anticíclico que tiene carácter previsional, es decir, tiene como destino al sistema jubilatorio. Eso está establecido en el decreto que lo creó. Nunca se usó para pagar jubilaciones porque no fue necesario, lo cual está bien, porque su rol es generar una reserva de garantía para el futuro”, indicó Itaí Hagman, diputado por Unión por la Patria, a Página/12.
“Lo mismo ocurre con el valor de las acciones en empresas privadas que tiene el FGS, ¿o acaso esas empresas saldrán a recomprar su propia deuda barata?. El Gobierno no aclaró qué van a hacer con las acciones que tiene el Fondo en empresas privadas, ni otros activos que están destinados a créditos a jubilados por ejemplo”, agregó Hagman.
Para Noelia Mendez Santolaria, economista de Paridad en la Macro, “si el Estado quiere desarmar un Fondo, que tiene inversiones en títulos y bonos de la envergadura del FGS, que mueve la aguja en los mercados, lo peor que puede hacer es decir que lo va a liquidar todo junto, porque advierte que inundará el mercado con esos bonos ¿y quién va a ser el comprador que quiera esa cantidad de bonos del Tesoro y a qué precio?”, se preguntó.
En liquidación
El secretario, Pablo Quirno, aseguró que “la propuesta [en la ley ómnibus] es que se liquide el FGS, bajo consolidación patrimonial”, un eufemismo para relatar que el Tesoro no pagará los bonos que están en la cartera del FGS, lo cual constituye un default. El FGS tiene la mayor parte de su cartera invertida en títulos públicos, pero en segundo y tercer lugar en relevancia están acciones en empresas privadas y el fondeo a proyectos productivos y créditos para jubilados y trabajadores de bajos ingresos, que fueron dados de baja la semana anterior.
“El tema de las acciones es muy sensible porque les dan derecho al Estado a participar en los directorios de las principales empresas del país, y eso siempre fue una molestia para ellas. Se trata de participaciones en Ternium, Banco Macro, Banco Galicia, Grupo Clarín, entre otras”, considera Heller.
Por su parte, el especialista Leonardo Calcagno argumenta que “el Tesoro no tiene el personal que tiene Anses para manejar las inversiones en proyectos productivos o acciones, ni la red de agencias que tiene Anses para tramitar los créditos. Pasarle las acciones al Tesoro sin el personal que sabe hacer inversiones es como si le pasaras un inmueble y le pedís que no lo toqué más. Recordemos que la rentabilidad del FGS creció un 117 por ciento en 2023. Pero a partir del momento que anuncias que le transferís el activo del FGS al Tesoro, es que querés liquidarlo”.
Jubilaciones en riesgo
El secretario Quirno dijo que “Argentina desde 2007 está bajo un sistema de reparto que está quebrado” y que “los aportes de empleadores y trabajadores llegan a cubrir solamente el 50 por ciento de los gastos para los pagos de jubilaciones, mientras el otro 50 por ciento lo realiza el Tesoro”. Es decir, que “reconocen que van a contraer las jubilaciones porque lo que quieren es achicar el déficit del Tesoro, que financia la mitad del régimen previsional”, sostuvo Heller.
En igual sintonía, Facundo Fernández Pastor, abogado y especialista en cuestiones previsionales, aseguró que “el Gobierno prefiere suspender la movilidad de las jubilaciones, con la excusa de que la fórmula dará por debajo de la inflación, y eso es así porque la fórmula es procíclica, es decir que da bien cuando crecen los salarios y la recaudación tributaria, producto de una mayor actividad económica, pero si la fórmula da mal podrían usar la rentabilidad del FGS para mejorar el pago de los jubilados, y no lo hacen”.
“Que vayan contra el FGS demuestra que todo el ajuste que hacen es sobre la población, no sobre la casta: sobre el sector privado –a través del aumento de impuestos en algunos casos-- y sobre la clase media, los jubilados y los trabajadores a través de todo el ajuste del gasto público”, concluyó el diputado Hagman.