San Blas de los Sauces, a menos de 200 km de la ciudad de La Rioja, se encuentra en estado de alerta por el desarrollo de la industria de pistacho de la empresa Pistacho S.A, que aseguran “está secando al pueblo”. El viernes, casi 400 vecinas y vecinos iniciaron una pueblada pidiendo el cese de actividades de la finca, y uno de los trabajadores de la firma sacó un arma.
Aunque no se conoce el nombre de sus propietarios, los vecinos sospechan que la empresa puede pertenecer a exfuncionarios y funcionarios del Gobierno. Pistacho S.A se intaló en el lugar hace 25 años, con el gobierno de Ángel ‘Didí’ Maza “que siempre visitaba la planta”, relatan.
Las vecinas y vecinos están preocupados por la sequía. Empezaron a notar que faltaba el agua de red: “hay muchos barrios a los que no les llega el agua de red para consumo. El municipio les lleva un tanque cisterna para abastecerlos. Con el tiempo el pueblo se fue secando”, lamentan.
Juan Ramón Ríos, docente y parte de la asamblea conformada con el objetivo de que la empresa deje de funcionar, explicó a La Rioja/12 que desde hace varios meses comenzaron a levantar firmas para que se investiguen los efectos de la plantación de pistacho. “Acá siempre llovió, pero ahora ellos tiran con cañones un gas que rompe las nubes y no llueve”, asegura.
Los vecinos venían denunciando la situación en las radios locales, pero en los últimos días, la situación cobró relevancia por la falta de agua en varias viviendas y ríos de la localidad: “La Olla está casi seca, no hay nada de agua en los ríos”, cuenta Juan acerca de uno de los más bellos lugares turísticos del lugar. Se armó un grupo de ws y se convocó a asamblea; decidieron hacer una manifestación frente al municipio y presentar un petitorio al intendente Antonio Sotomayor, quien junto al diputado provincial Silvio Villagra dialogó con el grupo que conforman casi 400 vecinas y vecinos.
“Dijeron que se iba a iniciar una investigación, pero la gente estaba enfurecida, ya que no tuvo una actitud concreta, el pueblo quiere que se vayan, pero nos enteramos de que ahora tienen 200 hectáreas, y se extendieron a 150 hectáreas más al norte y otras tantas se extenderán al sur”, asegura Juan. Disconformes con la reunión, decidieron iniciar un acampe frente a la finca. Son cientos de personas y se rotan por turno.
Los vecinos además sospechan que el uso de químicos que aparentemente utilizaría la empresa para contrarrestar la falta de frío en el proceso, estaría afectando a niñas y niños con problemas de vista y cáncer de piel, ya que las plantaciones se encuentran muy cerca de viviendas. “Tenemos un médico que está evaluando el crecimiento de estas enfermedades en los últimos años”, aseguraron.
La gente del lugar está muy preocupada: “Las problemáticas son varias, el gran consumo de agua, la contaminación, y que además los químicos que utilizan para procesar estos productos los tiran después en un arroyo”.
En la última asamblea, el sábado a la tarde, decidieron continuar con el acampe y formar comisiones para organizarse mejor. Además van a avanzar con presentaciones judiciales por maltratos a trabajadoras de Pistacho S.A.