El socialdemócrata Bernardo Arévalo de León asumió finalmente esta madrugada la presidencia de Guatemala, tras un boicot judicial que mantuvo en vilo al país por siete meses. Fue luego de retrasos en la jura provocada por la demora en la instalación del nuevo Congreso.
"Nunca más el autoritarismo", proclamó el nuevo presidente desde el balcón del Palacio Nacional, en el centro de la capital. "El pueblo de Guatemala ha demostrado su sabiduría, e instituciones como la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral han protegido el deseo soberano de los guatemaltecos de vivir en democracia", remarcó.
Arévalo de León pidió a los guatemaltecos acompañarlo en su gestión para rescatar las instituciones de la corrupción y lograr el desarrollo social. "Inician hoy cuatro años de un mandato que seguramente estará marcado por una serie de obstáculos, muchos de los cuales no podemos prever en este momento", admitió.
Este académico de 65 años vaticinó que su Gobierno se hallará en la necesidad de tomar decisiones difíciles y enfrentará momentos de duda y temor. "En los próximos años, la tentación de confrontar y aumentar nuestras diferencias será recurrente. Este periodo conllevará la posibilidad de cometer errores y recibir críticas", dijo. No obstante, reiteró su compromiso de transformar, no solo las instituciones del Estado, sino también la realidad cotidiana de los guatemaltecos. "No más corrupción, no más exclusión", exclamó el presidente con la banda presidencial cruzada en el pecho y frente una multitud de seguidores que celebraron y bailaron al ritmo de grupos musicales.
La asunción
El flamante mandatario recibió en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Samuel Pérez Álvarez, elegido también en el cargo el domingo. Fue así porque el mandatario saliente, Alejandro Giammattei, se ausentó de la ceremonia argumentando que debía entregar su puesto a más tardar antes de la medianoche del domingo y por ello envió con su secretaria al Congreso los símbolos institucionales.
El presidente Arévalo de León y el congresista Pérez Álvarez son dos fundadores del Movimiento Semilla, partido nacido de las manifestaciones contra la corrupción registradas en el país centroamericano durante 2015 que culminaron con la caída del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015), actualmente en prisión.
El sociólogo y presidente ingresó a la ceremonia de investidura al son del concierto para violín y orquesta "La Primavera" del italiano Antonio Vivaldi. No es una elección casual, puesto que Arévalo prometió en su discurso la llegada de una "nueva primavera", como la que protagonizó el Gobierno de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, entre 1946 y 1951, una de las Administraciones de más desarrollo para el país.
Acompañado de su esposa, Lucrecia Peinado, el presidente caminó en medio del recinto teatral entre aplausos y sonrisas, pese a las más de diez horas de retraso de la ceremonia. La toma de posesión estaba programada para la tarde del domingo, pero la larga demora hizo que varios jefes de Estado, entre ellos el rey de España, Felipe VI, y el presidente de Chile, Gabriel Boric, dejaran el país sin poder presenciar la ceremonia.
Las trabas para la ceremonia
Lo que debía ser el domingo una sucesión de pasos formales, puso en duda la asunción de Arévalo por desinteligencias en el parlamento en torno a si los diputados electos estaban en condiciones legales de asumir.
El acto de asunción aparecía ya demorado cuando el Congreso interrumpió la llamada sesión solemne, mientras se atrasaba la labor de la comisión que debía revisar la documentación de los diputados electos entre quejas y protestas de los futuros legisladores.
Para peor, la Corte de Constitucionalidad negó el amparo provisional que había pedido el Movimiento Semilla para que le permitiera constituirse como bancada, pese a tener la personería jurídica suspendida. Por esto sus legisladores debían asumir como independientes. Esa imposibilidad de constituirse como bloque impedía a Semilla a aspirar a cargos en la mesa directiva del nuevo cuerpo legislativo.
El Congreso logró varias horas después retomar su sesión y alrededor de las 20 juraron los nuevos integrantes, que ahora debían elegir a su mesa directiva. En esa instancia la Corte de Constitucionalidad finalmente envió un mensaje al cuerpo, tras una reunión de emergencia, para que acelere los trámites y finalmente se realizó la ceremonia.
El apoyo internacional
Desde su victoria en el balotaje de agosto, Arévalo de León y el Movimiento Semilla fueron perseguidos por el Ministerio Público (Fiscalía) y por los magistrados del Tribunal Supremo Electoral para revertir su victoria en las urnas. No obstante, el socialdemócrata recibió un apoyo internacional generalizado, donde EE.UU., la Unión Europea y países de la región dieron un espaldarazo para que se concretara su asunción el domingo.
Tras finalmente hacerse con los atributos presidenciales, varios de sus homólogos en el mundo lo felicitaron. Joe Biden le dijo en un mensaje: "Felicito al presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, y a la vicepresidenta, Karin Herrera, por su investidura. Los lazos entre Guatemala y Estados Unidos son profundos y la toma de posesión es una prueba de nuestro histórico compromiso con la democracia". Y añadió: "Espero continuar con la sólida asociación entre nuestras naciones a medida que avanzamos en materia de derechos humanos, fortalecemos la seguridad civil, combatimos la corrupción, abordamos las causas profundas de la migración y ampliamos las oportunidades económicas para las personas en todo nuestro hemisferio y el mundo".
Primeras acciones
Las organizaciones indígenas que se manifestaron durante 106 días frente a la sede de la Fiscalía, en Ciudad de Guatemala, acordaron acabar con la protesta generadas por los intentos de suspensión del Partido Semilla, tras reunirse con Arévalo y Herrera luego de la asunción.
"Fueron 106 días de resistencia, de dignidad, de gallardía", destacó Arévalo a los 48 Cantones de Totonicapán y otras organizaciones indígenas, a las que agradeció haber movilizado a otros sectores de la sociedad contra "los criminales que intentaban mantenerse en el poder". "Hemos tenido muchas batallas, muchas incidencias, pero las hemos sabido librar juntos (...) se concluye una primera fase de resistencia y ahora le corresponde al Gobierno darle continuidad a la lucha por la democracia", enfatizó el presidente.
Al nuevo mandatario le tocó este lunes terminar con los actos formales de su nuevo cargo: por la mañana estuvo junto a su vice, Karin Herrera, en la Catedral Metropolitana para presenciar el Te Deum, y luego el Ejército de Guatemala le rindió honores y le entregó el bastón de mando que lo convierte en comandante general de la fuerza. Este acto se realizó en la Plaza de la Constitución, frente al palacio de la Cultura.
Tras los 21 cañonazos de rigor, Arévalo destacó que el Ejército “asumirá el rol que la Constitución de la República le asigna al brindar apoyo a las fuerzas de seguridad civiles en la lucha contra amenazas como el crimen organizado, la delincuencia transnacional y la vulnerabilidad ante fenómenos naturales”. Y prometió avanzar en la modernización de la fuerza.