Desde Roma
El expresidente Alberto Fernández fue recibido este lunes por el Papa Francisco en el Vaticano. El encuentro fue de carácter privado y tuvo lugar en la Biblioteca del segundo piso del Palacio Apostólico. Se trató del primer encuentro entre ambos desde que Fernández terminó su mandato el 10 de diciembre pasado, ocurrido además luego de la confirmación de las ganas del Papa de viajar a visitar a la Argentina.
La audiencia fue muy cálida y duró cerca de 40 minutos, según fuentes cercanas a Fernández. Otras fuentes hablaron de 20 minutos. El Vaticano no dio ninguna información oficial sobre los contenidos de este encuentro, sólo mencionó en un comunicado la presencia de Fernández. La compañera del expresidente, Fabiola Yañez no pudo estar presente, aunque estaba prevista su visita, porque el sábado fue operada de apendicitis.
“Hoy visité a nuestro querido Papa Francisco para agradecerle todo lo que ayudó y ayuda a la Argentina --escribió Fernández en un tuit--. Tuve la dicha de poder escuchar una vez más con humildad sus valiosas reflexiones sobre el presente de nuestro mundo”.
Hablando de la actualidad, Francisco seguramente sacó a relucir las guerras --Rusia-Ucrania, Israel-Palestina, pero no sólo- y las armas, que son dos de los temas que más lo preocupan. Como dijo el pasado domingo en el Angelus, “la guerra es un crimen contra la humanidad”, dando a entender que debería ser juzgada como tal por la justicia mundial.
El exPresidente contó además en otro tuit que en la audiencia estuvo acompañado por su hijito Francisco de casi dos años, “a quien (el Papa) bendijo con amor”. “Fabiola no pudo viajar porque el sábado fue intervenida quirúrgicamente por una apendicitis. Me transmitió para ella sus deseos de una pronta recuperación”, añadió. Una foto en tuit muestra al exPresidente con su hijo en brazos en la audiencia, y a él y el Papa muy sonrientes.
Según había trascendido, Fernández pidió una audiencia con el Papa en noviembre para despedirse de él como presidente, pero luego la fecha fue cambiada. Durante su mandato, se encontró dos veces con Francisco en el Vaticano, en 2020 cuando hizo una escala en Roma durante su viaje dirigido a Israel, y en 2021. En el 2021, el encuentro estuvo centrado en la gestión de la emergencia anti covid pero también en la crisis económico-financiera de Argentina y la lucha contra la pobreza.
El viaje de Francisco a Argentina
Otro tema que posiblemente salió a relucir durante el encuentro con Fernández, fue el posible viaje de Francisco a la Argentina, su país y al que no visita desde que fue elegido Papa en 2013.
Francisco aludió a este tema en una entrevista on line que fue trasmitida el domingo por el Canal 9 de Italia y realizada por un prestigioso periodista italiano, Fabio Fazio, en su programa “Che tempo che fa’” (Qué tiempo hace).
“Me preocupa la situación argentina, porque la gente está sufriendo tanto. Es un momento difícil para el país. Se está estudiando la posibilidad de que yo haga un viaje en la segunda mitad del año”, dijo en la entrevista Francisco y recordó que en agosto debe viajar a Polinesia después de lo cual podría ir a Argentina. “Quiero ir. Después de diez años está bien, puedo ir”, señaló.
Respondiendo a otras preguntas, Francisco dijo que por ahora no pensaba renunciar a su cargo, como había hecho en cambio el Papa precedente, Benedicto XVI. Renunciar “es una posibilidad abierta a todos los Papas -respondió Francisco-, pero por ahora no está al centro de mis pensamientos, de mis inquietudes ni de mis sentimientos. En la medida en que yo me sienta capaz de servir, voy adelante. Cuando no podré más hacerlo, será el momento de pensarlo”.
También se refirió a las guerras, a las armas y a los migrantes que tanto lo preocupan. “Hay tanta crueldad en el tratamiento que se hace de los migrantes, desde el momento en que parten de su casa hasta que llegan a Europa”, y citó un libro titulado “Hermanito”, que relata todo lo que sufrió un migrante que tardó tres años para llegar de Guinea a España. En el libro, el migrante describe “estos años de esclavitud, de sufrimiento, de torturas”. Por eso, el Papa pidió a los países que “no cierren las puertas, por favor” porque “migrar es un derecho y quedarse en la propia patria es otro derecho. Hay que respetar los dos”, dijo , recordando que varios países de Europa no tienen suficientes hijos para sustituir la población y por eso necesitan mano de obra venida de afuera.
Y sobre las guerras, contra las cuales se viene expresando casi diariamente, recordó que “es arriesgado hacer la paz pero es más arriesgado hacer la guerra”. Detrás de las guerras “está el comercio de armas”. Algunas guerras se hacen “por patriotismo, otras por intereses económicos y otras para hacer un imperio”. Cada guerra tiene su motivación, pero todas las guerras “son para destruir”.
¿Cómo puede ser que no se pueda llegar a la paz en las guerras en curso?, se preguntó. “Porque detrás de las guerras -digámoslo con un poco de vergüenza pero digámoslo- está el comercio de armas. Me decía un economista recientemente que los negocios y las inversiones que dan más beneficios son las fábricas de armas. Invertir para matar”, subrayó Francisco.
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