El delantero Thierry Henry (46) reveló a comienzos de 2024 que sufrió depresión durante gran parte de su vida como delantero. Andrés Iniesta (39) reconoció que en el sumun de su carrera “no tenía ganas de vivir” y solo esperaba que “llegase la noche para tomar la pastilla y descansar”. El fenómeno va más allá del fútbol. La joven gimnasta Simone Biles (26) sentía "demonios en la cabeza" y, por las presiones, decidió bajarse de los Juegos Olímpicos. Para la nadadora argentina Delfina Pignatiello (23), las presiones en redes sociales se volvieron insoportables y la llevaron a alejarse por un tiempo de las grandes competencias, con una advertencia: “Me sentía sola hasta que me di cuenta de que lo mismo le pasaba a otros atletas”.
Como pocas veces, en los últimos años la salud mental se volvió un tema elemental a la hora de abordar el deporte de alto rendimiento. En los años 80’ era considerado una anomalía que un psicólogo acompañe a un equipo y ahora es de vital importancia, en diversas disciplinas y edades. Pero los desafíos también son cada vez más visibles. Los debuts en edades más tempranas y las presiones, mayores. Pero el show debe continuar.
Por eso, profesionales en esta disciplina buscan trabajar con los competidores en su salud mental y lograr un rendimiento óptimo y equilibrado. Otros, parados sobre este mismo análisis, invierten la operación y se preguntan cómo sentar las bases para un espectáculo deportivo que tenga en cuenta la salud integral de sus profesionales
Salud mental y deporte, un poco de historia
Oscar Francisco Mangione fue uno de los primeros psicólogos en meterse de lleno en el ámbito deportivo de alta visibilidad, acompañando desde 1989 y hasta 1995 al plantel de la primera de Boca Juniors, además de un extenso trabajo con tenistas de primer nivel. Consultado por Página|12, explicó que, 35 años después, observa un importante cambio de “escenario” respecto al vínculo entre salud mental y deporte. “Cambió la aceptación. Si bien no fui el primero, mi actividad fue pionera en un club grande”, recordó.
"La salud mental tiene que ser prevenible. No hay que esperar a que alguien explote por no ser atendido", aseguró Jorge Dugo.
Pero Mangione no fue el único en hacer esta observación. Jorge Dugo, psicólogo deportivo y miembro de Asociación de Psicología del Deporte Argentina -la organización encargada de capacitar a los psicólogos del deporte- también ve un avance muy importante de esta disciplina. Entrevistado por este medio, dijo que esto se debe al buen trabajo que se ha realizado para “romper el prejuicio” que cubrió como un manto su trabajo. “Con el paso del tiempo, hemos ganado un terreno importante. Pero la problemática siempre estuvo. Hicimos la tarea de informar de qué se trata la psicología del deporte y en qué podemos serles útiles a los deportistas”, precisó.
Acá cabe una aclaración, aseguró Dugo: no es lo mismo la psicología clínica y la psicología del deporte, donde se busca que “el deportista rinda mejor atendiendo a las variables psicológicas para que no sean un obstáculo a la hora de salir a la cancha”. “La pregunta podría ser si hay deportistas con problemáticas que están por fuera. Por supuesto que sí. Ahí nosotros sostenemos que hay que hacer prevención. Anticiparse a la jugada. Y la salud mental tiene que ser prevenible. No hay que esperar a que alguien explote por no ser atendido”, añadió.
Mundial Qatar 2022, con fatiga mental
Según datos del último reporte anual de la FIFPRO, la única organización mundial que representa a los y las futbolistas profesionales, la carga del trabajo es insostenible y los períodos de recuperación, insuficientes. Un 43 por ciento de los jugadores que participaron del Mundial de Qatar 2022 reconoció tener una fatiga mental extrema o superior y un 44 por ciento sintió fatiga física extrema antes del inicio de la temporada.
"Las redes sociales en los más jóvenes influye mucho, sobre todo en las personas que todavía están desarrollando su personalidad", advirtió Eva Montero Domínguez.
Algunos datos son ilustrativos para explicar cómo se llega a esto en el ámbito del fútbol, pero replicable en otras disciplinas donde el negocio marca una agenda atravesada por el cuerpo de los trabajadores: el delantero Vinícius Júnior jugó 4.000 minutos entre enero y mayo, en tan solo 45 partidos, y el 75 por ciento de los partidos los jugó con menos de cinco días de descanso; el defensor Raphaël Varane solo pudo tener más de 28 días de descanso al año en dos de los últimos cinco años y no tuvo ningún parate durante las temporadas; el joven Jude Bellingham jugó 14.445 minutos en primera antes de cumplir 20 años mientras que jugadores como David Beckham (829) Frank Lampard (3,477) y Michael Owen (9,187) lo hicieron exponencialmente menos para el mismo período, dato que está muy vinculado con la cada vez más temprana edad de debut en equipos, que se redujo de 18 a 16 años.
Salud mental, deporte y redes sociales
A esto se le suma otro factor: las redes sociales. Ahora los jugadores deben convivir también con la desaforada crítica pública en sus posteos ante cada error. Así lo explicó a Página|12 Eva Montero Domínguez, doctora en psicología clínica española y docente de psicología deportiva: “Si antes de por sí los deportistas se frustraban por la falta de resultados, encima ahora las redes sociales son como un altavoz. No hace falta leer un periódico, tienes el teléfono móvil en cualquier momento. No solo está la derrota de no haber conseguido un objetivo, sino que hay muchos haters que contraactivan contra el deportista que no ha hecho lo que se esperaba”.
"Los chicos deben poder sentir que el club también les da la posibilidad de verlos más allá de la etiqueta de deportistas", opinó Daminán Cardoso.
Para Montero Domínguez, esto tiene una clara relación con los datos que arrojó FIFPRO: “Las redes sociales en los más jóvenes influyen mucho. Son personas que todavía están desarrollando su personalidad. La personalidad se desarrolla hasta los 30 años. Si te hacen una crítica no es lo mismo que si ya sos más mayor. Es como si pusieran palos en la rueda de lo que quieres conseguir. Todo influye muchísimo, y cuanto más joven eres, peor”.
Por su lado, Damián Cardoso, counselor deportivo y presidente de la Asociación Argentina de Counselors, apuntó sobre este mismo tema ante la consulta de este diario: “Se trabaja mucho de lo que es la seguridad y el autocuidado. Poniendo conciencia de lo que uno sube en las redes sociales. Buscamos acompañar desde todos los profesionales y si algo sucedió en las redes sociales, acompañar el después. Ver de qué manera le afectó. No tratar de que no le afecte, acompañarlo para que eso no baje el rendimiento tanto en lo personal como en lo deportivo”. Para Cardoso, es fundamental que los clubes acompañen a los chicos y chicas “más allá de su etiqueta de deportistas”.
Un cambio de paradigma
Hasta acá, la psicología del deporte fue avanzando cada vez más para intentar dar respuestas a un sistema que se presenta, año a año, más complejo y con inmensos desafíos. Así lo dejó en claro la exgimnasta de la Selección Nacional Argentina de Gimnasia Artística Gabriela Parigi, quien se prepara por estos días para volver a salir con su obra, Consagrada, el fracaso del éxito (el primer y segundo viernes de marzo, a las 21 hs, en Timbre 4, y a partir de abril en el Galpón de Guevara), un biodrama que cuenta el “lado B” del deporte de alto rendimiento y qué hay detrás del camino al podio. “Hay algo más profundo, que es la lógica capitalista, neoliberal, productivista, extractivista en la trama profunda de todo lo que hacemos. Y el deporte de alto rendimiento es un gran espejo de eso. El deportista pasa a ocupar un rol social con mucha presión y donde esta lógica está operando en todos los recovecos”, sostuvo ante la consultada de este medio.
"Es un problema que naturalicemos que para llegar al podio ‘tiene que ser así’. Te tenés re romper en pos de la glorificación", repasó Gabriela Parigi.
“La psicología de la que, por ejemplo, habla el “Dibu” Martínez, es la psicología en pos del rendimiento, no del ser humano. Cuando te ponés a rascar el tema, hay cosas que no deberían funcionar así. No sé hasta dónde un niño tiene que sobreadaparse a ciertas situaciones y lógicas del alto rendimiento. Yo hablo mucho de los niños porque no llegas a los 30 años y te enterás de cosas en esta lógica. Eso se replica a los 30 años, pero ya está operando cuando empezás en el deporte y sos bueno. Esa lógica de la exigencia, de la excelencia, cuando sos bueno y te detectan, ya está operando en los primeros pasos del camino. Y son edades muy complejas”, añadió al respecto.
Para la atleta y actriz, se trata de una psicología que “ayuda a adaptarte a eso que está un poco torcido en el planteo”, que tiene “un poco una lógica militarizada”, y “de llevar lo mejor posible la guerra”. “Yo creo que la guerra debería dejar de existir. Es un problema que naturalicemos que para llegar al podio ‘tiene que ser así’. Como que te tenés re romper en pos de la glorificación. Recontra lógica de meritocracia. El foco es la reflexión de si la lógica es abusiva o no es abusiva. De lastimar algo a futuro en pos de sacar rédito en el presente”, reflexionó en tono personal.
Por su lado, Mangione, que pasó por Boca, San Lorenzo y actualmente asesora al Emelec de Ecuador, promueve una lectura que invierta el análisis: “Las instituciones se tienen que hacer cargo de una cobertura de la salud mental de los deportistas. Sobre todo en divisiones formativas. No deben pensar solamente en generar un atleta que les dé triunfos y beneficios económicos, sino en formar personas. En el fútbol, la AFA debería ocuparse de darle un marco reglamentario para que se ocupen de esto. Los chicos son tratados como material descartable. Y los jugadores no son cuidados”.