La Fiscalía imputó por homicidio criminis causa a los dos detenidos por cometer una masacre en Capitán Bermúdez. Uno de ellos es el empleado metalúrgico Alexis “Chino” Lobos, dueño de la casa donde se cometieron los crímenes. El juez Carlos Andrés Gazza resolvió dictar prisión preventiva sin plazos para ambos. “Hay distintas hipótesis” sobre el móvil de los homicidios de Santiago Ochoa (31), Emiliano Saucedo (25) y Eber Ramos (25), dijo la fiscal Luisina Paponi, al término de la audiencia. “Consideramos que fue un intercambio de pesos por dólares y el móvil fue poder quedarse con la plata que llevaban las víctimas”, dijo. De la escena, indicó la fiscal, faltaron celulares de dos de las víctimas. Y se hallaron dos bolsos, uno con cuatro millones y otro con 500 mil pesos.
El criminis causa es el homicidio que se comete para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito. Según la teoría fiscal, se trata del robo de los pesos de las víctimas. La hipótesis es que había en curso una operación cambiaria que, por motivos que aún no se conocen, no se concretó y terminó con un ataque a las víctimas con una maza y un cuchillo.
Según los primeros avances de la causa, existen indicios de que Ochoa llevó una mochila con 4 millones de pesos junto con su amigo Saucedo hasta la casa de Alexis L., quien supuestamente le iba a vender dólares. La conexión de Ochoa y Saucedo con el dueño de la casa fue, aparentemente, Eber Ramos, que es vecino del empleado metalúrgico en barrio Posta
Ramos tenía pedido de captura desde mediados de 2022 por estar sindicado como presunto jefe de una banda dedicada a la venta de droga al menudeo en el cordón industrial. Tras el ataque, el padre del prófugo por narcotráfico fue al lugar y se llevó del lugar la Ford Ranger blanca que manejaba su hijo. Por ese motivo, la fiscal pidió un allanamiento en la casa del hombre, donde se incautó su celular y el de su hijo recientemente asesinado.