Nicolás Molina desapareció el 28 noviembre 2023, salió de la casa de sus padres a caminar en la rotonda de Famaillá, en Tucumán, y no lo volvieron a ver vivo. Un vecino encontró su cuerpo cuatro días después, pero recién al cabo de 30 días dejaron que su familia pudiera reconocerlo. Ellos creen que existe encubrimiento policial y de la Fiscalía, ya que el principal sospechoso es hijo de un Comisario, y estaría relacionado al narcomenudeo.

“Él siempre salía a caminar porque estaba en la Escuela de Agentes y se entrenada. Además hacía guardias en la cárcel de Urquiza”, cuenta a Catamarca/12 Alejandra, prima de Nicolás.

“Las cámaras de seguridad de la rotonda de Famaillá lo toman corriendo ése mismo día, es lo último que se vio de él”, relata. Cuando la familia se percata de que nunca había llegado a la casa de su novia a donde iba después de caminar, y de que todas sus pertenencias estaban en su casa, comenzaron a buscarlo. Esperaron hasta las 19 horas de ese día para intentar que les tomen la denuncia, pero no se las tomaron. Recién el viernes lograron asentar la denuncia. Durante los ochos días previos a que un vecino del pueblo encontrara el cuerpo no se hicieron rastrillajes. “Primero alegaron falta de móviles, entonces la familia ofreció el auto, pero les dijeron que tampoco tenían personal. Después aceptaron salir en el auto de un primo, manejado por un efectivo”.

La familia está enojada: “Nunca lo buscaron, tuvimos que cortar rutas y manifestarnos en la Comisaría. No dábamos a basto, tendríamos que haber tenido ayuda de la Policía, pero no la tuvimos”, denuncian.

“El 2 de diciembre estábamos cortando la ruta para que nos ayuden a buscarlo y apareció el Grupo Cero de la Policía de Concepción con perros rastreadores para buscarlo por la zona donde él caminaba, yendo al río Colorado, una zona de cañaverales”. Los perros marcaron en el barrio Baviera, la casa de quien es hoy el principal sospechoso, se llama Daniel Abraham y es hijo de un comisario. “Tiene causas por narcotráfico. Todos saben en Famaillá que se dedica al narcomenudeo, y todos saben que el padre lo saca cada vez que cae, en complicidad con la Policía de Famaillá”, cuenta la familia. 

Sucedió cerca de las 15 horas, uno de los canes fue hasta el fondo de la vivienda y empezó a aullar. “La Policía nunca aseguró el lugar. A los 20 minutos un efectivo informó que un vecino había encontrado el cuerpo en un barrio aledaño, San Francisco. Apareció en un cañaveral con la mano izquierda cortada, y solo con pantalón, sin la gorra, remera y zapatillas, según las fotos judiciales. El vecino que avisó a la Policía había salido a buscar leña para amasar pan y se percató por el olor nauseabundo que detectó su perro. Según la familia, ése vecino les dijo que encontró el cuerpo a las 15 del sábado, pero la Policía informó recién a las 18 horas, “no coinciden los horarios”. La familia cree que la Policía se estaba guardando la información.

La familia fue hasta el lugar, pero no los dejaron acercarse a reconocer el cuerpo. Estuvieron desde las 18 hasta las 00 horas. Aseguran que ni la Fiscal Mónica de Targa ni los peritos, se arrimaron para decirle a la familia que se acercara a reconocerlo. “No nos imaginamos que nos iban a hacer lo que nos hicieron después: secuestraron el cuerpo y lo sacaron por un acceso que da a la autopista. Mis tíos no pudieron verlo”, asegura Alejandra. Luego vino un Policía y le dijo ‘eh pelotudo salí de acá que tu hijo ya está llegando a la morgue’”.

El domingo, los padres fueron a la morgue y tampoco les permitieron reconocer el cuerpo ni ver al menos su ropa. La Fiscal les dijo después que tomó esa decisión para evitarles a los padres el dolor de ver a su hijo así, aunque había otros familiares que podían reconocerlo. “Lo que nos llamó la atención fue que ese día que lo encontraron, la Policía puso cuatro efectivos para cercarnos el acceso. La Fiscal dijo además que el cuerpo estaba irreconocible por el avanzado estado de descomposición, cosa que no era así porque en las fotos del hallazgo no se ve eso, y el vecino que lo encontró lo reconoció por las mismas fotos de la búsqueda”.

Recién ocho días después del hallazgo, dejaron entrar a la madre a la morque y le mostraron un cuerpo que según ella no coincidía con los rasgos de su hijo. Le faltaba una mano, pero no tenía su ropa ni ningún objeto personal. Para la familia, es otro el cuerpo que les mostraron. A los 20 días les mostraron otra vez el cuerpo, pero tampoco pudieron reconocer que era su hijo. Recién un mes después les entregaron el cuerpo y pudieron velarlo. En las fotos a las que accedieron después de velarlo si reconocieron a su hijo. Sin la posibilidad de ser reconocido por su familia, Nicolás estuvo anotado en la morgue como NN hasta el 30 de diciembre. Para la familia “querían encubrir al asesino”.

“En la primera autopsia no se pudo determinar la causa de la muerte. Aunque nos dijeron que todos los órganos estaban en condiciones. La autopsia no dice que estaba golpeado ni nada que nos dé una pauta de lo que pasó, pero en las fotos se lo ve que está golpeado y sinsu mano”, aseguran.

El examen de ADN determinó que el cuerpo hallado en la casa del vecino de barrio San Francisco es Nicolás Molina, sin embargo la familia tiene la sospecha de que les mostraron otro para que no vieran el estado real de su hijo y lo que le había sucedido. Creen que hay encubrimiento de la Policía de Tucumán y de la Fiscalía.

“Hoy, el principal sospechoso, Daniel Abraham, marcado por el can policial, está libre. La Fiscalía dice que no tiene elementos para detenerlo y en una de las marchas incluso lo vimos pasar manejando por el corte que realizamos por el esclarecimiento". La familia no sabe nada de las últimas pericias. La fiscal De Targa renunció a la causa por agravios del abogado del principal sospechoso “después de haber embarrado la causa”, lamentan.

Reclamos por el esclarecimiento de los hechos en Famaillá. 

La causa está caratulada como muerte dudosa. Quieren que se acelere la investigación y se detenga a los sospechosos, ya que creen que hay más involucrados. “Hay un prófugo que se fue después de nos escribieran mensajes de ws de mucha gente que asegura que vieron cuando le pegaban a Nicolás y le quebraron la mandíbula”, cuenta Alejandra. “Cuando los padres vieron el cuerpo, a Nicolás le faltaban dos dientes, pero en la morgue les dijeron que fue para sacar el ADN”. Ahora esperan los resultados de la segunda autopsia.

Todos los sábados la familia y vecinos realizan una marcha a las 19.30 horas en la plaza San Martín de Famaillá, “ningún medio local nos acompaña. Nos dijeron que no los dejan. Sabemos que hasta despidieron a periodistas por acompañar y transmitir la marcha. Hay vecinos que trabajan en el municipio que nos dijeron que no nos van a poder seguir acompañando porque los amenazaron que los van a despedir si yendo a las marchas”.