Un proyecto interdisciplinario de investigación que combina herramientas antropológicas, fotográficas, audiovisuales, periodísticas y documentales, producido por Eleonora Sabarots (antropóloga) y Dan Damelio (fotoperiodista). A partir de entrevistas y lecturas, buscan recuperar las voces de lesbianas que vivieron la última dictadura en Argentina y aportar a la construcción de una narrativa lesbiana como parte de una comunidad y como activistas. Abren una pregunta inicial: ¿Dónde estaban las lesbianas en la última dictadura Cívico, Militar, Eclesiástica?

Exploran, en ese camino, las trayectorias político-afectivas de mujeres y lesbianas que escaparon de la heteronormatividad en un contexto de persecución a la comunidad LGBTIQ+. Además, buscan visibilizar los recorridos de lesbianas adultas mayores, contribuyendo así a la construcción de archivos lésbicos y genealogías disidentes. El proyecto se gestó durante un posgrado en la Universidad de Tres de Febrero y en colaboración con la organización Tierra Violeta.


Una memoria colectiva

Eleonora destaca la ausencia de textos específicos sobre lesbianas durante la dictadura de 1976, una vacancia con la que se encuentran muchxs investigadorxs.

“Nuestra intención es aportar al archivo lésbico existente, construido desde los márgenes y autogestivo”,

cuenta y enumera algunxs trabajos que sí pusieron el foco en las existencias lesbianas, aunque no en ese período dictatorial: Florencia Gemetro, Carlos Fígari, Laura Andrea González, Alejandra Sardá. Otro ejemplo fundante es “Cuadernos de Existencia Lesbiana”, la primera publicación lésbica de Argentina realizada por las periodistas Adriana Carrasco e Ilse Fuskova en 1986. También el archivo digital Potencia Tortillera y es un ejemplo de construcción colectiva. Nuestro Mundo (1969) es la primera experiencia de una organización homosexual en el país y en Latinoamérica.

“Héctor Anabitarte, uno de los fundadores, llevó la temática homosexual a sus espacios de militancia, después de eso lo rajan del partido,

a muchos les pasó y es cuando se fundan estas primeras organizaciones”, explica Eleonora ilustrando una realidad que fue devastadora para muchxs militantes como se relata en el documental de Ernesto Ardito “Sexo y Revolución”. 

En esa búsqueda dieron con Grupo SAFO, un misterio para muchxs investigadorxs, ya que se supone que eran lesbianas quiénes escribían pero nadie sabe con exactitud quiénes lo conformaron. Con ese nombre firmaban las publicaciones de la revista Somos (órgano de difusión del FLH) en las que reflejaban un cuestionamiento hacia los roles de género, el machismo y la estigmatización que se ejercía contra ellas.

“Se supone que el activismo lésbico empezó en la primavera democrática, ahí vino la pregunta por los orígenes. A veces parece que estamos siempre empezando, pero esto no es así”, afirma Dan Damelio. Las entrevistas incluyen a pioneras del activismo lésbico como Ana Rubiolo y Elsi San Martín, quienes comparten sus experiencias de formación política, discriminación y exclusión.

Voces protagonistas

La investigación inicial se centró en lesbianas organizadas políticamente, a medida que avanzaron las entrevistas, se amplió la perspectiva. En el encuentro con esas testigos vivas de una narrativa e historia lésbica, consiguieron recuperar las trayectorias vitales de cada entrevistada “puede que no existiese como categoría política el hecho de ser lesbiana en ese momento, pero tenían sus propias formas de nombrarse”, suma Ele. Sus historias ofrecen una visión más amplia de sus vidas en un contexto de patologización y represión.

“Una de las monjas me llevó a la Villa, a los 15 años, era la única que tenía padre peronista y militante. Gracias a eso conocí una gran diversidad política de grupos católicos tercermundistas, me formé con ellos. Mi coming out lo hice en la dictadura, pero siempre fui lesbiana, desde chiquita”, dice Ana Rubiolo en un fragmento de entrevista, es una de las pioneras de activismo lésbico, formó parte de Cuadernos de Existencia Lesbiana, la revista Codo a Codo y un espacio llamado Lugar de Mujer, en el que conformaron el grupo autogestivo de lesbianas en 1988. En la charla cuenta sobre su formación política y su salida del clóset. 

Era estudiante de psicología y relata que fue discriminada y excluida por algunas de sus compañeras en cuanto supieron que era lesbiana. En su historia aparece una figura muy importante que allana el camino desde el cuidado y la escucha para una adolescente a la que señalaban por el vínculo que tenía con una compañera. Una directora del colegio, quien le sugiere que se resguarde, desde un lugar de complicidad, la cuida y la contacta con un grupo político que militaba en villas. Ahí empieza a formarse políticamente desde muy joven.

“Sentíamos la condena social sobre nosotras, eso siempre estuvo. Creo que sigue estando en varios sectores de la sociedad. Empecé a asistir a unas clases de Historia en un sindicato. Yo tenía siempre inquietudes políticas. Un día conocí a Safina Newbery y me alucinó”, dice otra entrevistada Elsi San Martin, teóloga feminista y ex monja, otra pionera. Ele y Dan se acercaron a ella por el recorrido desde el catolicismo, entendieron en las charlas que entrar al convento fue una forma de resguardarse, aunque al principio se trató de una búsqueda para entender qué le pasaba en términos de su deseo.

Las fuentes

La investigación se basa en fuentes bibliográficas como Fiestas Baños y Exilios de Alejandro Modarelli y Flavio Rapisardi, No soy un bombero pero tampoco ando con puntillas de Alejandra Sardá, y El Sótano de San Telmo de val flores; Fichados de Christian Prieto y Amorales de Ana Solari Paz, ambos trabajan con archivos de la Ex Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en las que existían dispositivos concretos de que había destinado un presupuesto y policías para perseguir a homosexuales, lesbianas, travestis.

"Lesbianas en Dictadura" se encuentra en proceso de investigación y producción, están trabajando en una presentación pública del registro audiovisual existente, para ampliar las voces involucradas y contribuir a la construcción de narrativas disidentes en el marco de un proyecto de memoria que aporte al archivo lésbico existente.