"Las medidas económicas del gobierno nacional se sufren. Es un verano complejo y heterogéneo, porque creció la afluencia en pocos destinos pero cayó muy fuerte la ocupación y disminuyó enormemente el gasto. Hay un turismo ocasional, más corto y gasolero. No nos vamos a quejar ni a lamentar, el gobierno de la Provincia, sus intendentes y los empresarios comprometidos buscaremos medidas para sostener los niveles de ingreso y el empleo."

Con esas palabras, el gobernador de la provincia de Buenos Aires pintó el panorama que arrojaron los datos de la primera quincena de la temporada de verano 2024, caracterizada por el incremento del turismo de alto poder adquisitivo y el descenso de la afluencia de los estratos sociales menores. En la localidad de Santa Clara, perteneciente al partido de Mar Chiquita, Axel Kicillof brindó la primera conferencia de verano y explicó que "hay sectores que les va igual, otros pocos mejor, pero en el grueso del turismo de clase media todos los indicadores dan a la baja".

"La situación es contradictoria y merece ser explicada", dijo de manera intermitente el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica Augusto Costa, interrumpido por el canto "Milei, basura, vos sos la dictadura", que entonaron los presentes. La cartera que él conduce se encarga del turismo, la quinta actividad económica más importante de la provincia de Buenos Aires, y según los números que recogió la subsecretaría a cargo de Soledad Martínez, durante la primera quincena de enero los destinos turísticos bonaerenses recibieron más de 3 millones de visitantes, un 7,3 por ciento más que el año pasado. Si se cuenta desde el 1 de diciembre pasado, la provincia más grande del país recibió 8 millones de turistas, un 3 por ciento más que en 2023.

Costa advirtió que "estos números, que parecen mostrar un turismo dinámico y que crece, debe analizarse más en detalle". Primero porque con respecto al verano anterior, hubo dos fines de semana largos que generaron movimientos mayores. Pero además, tal como señaló el ministro, "el crecimiento de visitantes viene de un cambio en el perfil y el patrón turístico".

El movimiento de turistas se concentra en los niveles de altos ingresos y se centró en los municipios especializados en servicios de alta gama turística, pero "estamos viendo una caída masiva en el turismo popular", según Costa, que detalló que "la realidad del turismo es dual y está fragmentada, y tiene que ver con la incertidumbre que prevalece por el contexto económico y con el impacto de las medidas que toma el gobierno nacional".

La acefalía de turistas de clase media puede visualizarse en la caída del alojamiento hotelero de una, dos y tres estrellas, que mostraron niveles de ocupación "muy bajos", según el ministro, que subrayó que "se desplomó el turismo de familia, el turismo popular". 

En Mar del Plata, la ocupación hotelera de la primera quincena de enero fue del 72,1 por ciento, un 10 por ciento menos que en 2023, que había sido del 82, 5 por ciento. En San Bernardo la reserva de hoteles descendió treinta puntos, ya que del 88 por cientos del año pasado, pasó al 58 por ciento. Además, Villa Gesell cayó del 86,5 al 63 por ciento, Carhué descendió del 87 a 56 por ciento, y Lobos recibió 13 puntos porcentuales menos de visitantes que en 2023, ya que pasó del 93 al 80 por ciento.

En cuanto a los destinos más pudientes, se observa allí el sostenimiento de los números, e incluso una leve crecida. Si bien Cariló perdió 3 puntos puntos de ocupación, ya que pasó del 91 al 88 por ciento, Mar de las Pampas ascendió del 97 al 98 por ciento, y Mar Azul del 95 a 97 por ciento.

Además de la ocupación hotelera, Costa hizo hincapié en la regresividad del gasto y los tiempos de estadía. "Se desplomó el consumo", sintetizó el ministro luego de contar que "si bien los turistas llegaron, no tienen la posibilidad de sostener los niveles de consumo de años anteriores". Su afirmación estuvo acompañada por el dato de la Cuenta DNI del Banco Provincia, que comparado con el año anterior, sufrió una caída del 30 por ciento en consumos durante la primera quincena de enero. Costa explicó que las estadías más cortas y el turismo espontáneo "van contra la planificación y la previsibilidad".

El ministro explicó que la temporada actual "tiene sus particularidades y difiere de las anteriores, donde veníamos batiendo records de turismo año tas año". Si bien aseguró que la provincia "sigue recibiendo turistas", advirtió que "va a ser una temporada difícil y el desafío más grande estará en febrero". "Esperamos ver mayor ocupación y mejores niveles de gastos, y para eso, el Estado provincial va a estar presente", sintetizó.

Más allá de los números, Kicillof aseguró que pudo palpar la realidad al hablar con los representantes del sector hotelero, que indicaron que "los de mayor costo y prestación de lujo tienen buena ocupación, pero los de pocas estrellas tienen ocupación muy baja". 

Antes de la primera conferencia de verano, el gobernador y gran parte de su gabinete se reunieron con 21 intendentes de destinos turísticos y representantes de los diversos rubros que componen la actividad, en el Centro Cultural Leonardo Favio de Mar Chiquita. Al igual que seis días atrás en Mar del Plata, el Estado y el sector privado analizaron el presente y planificaron los pasos a seguir de cara al futuro.

"Estamos ante una evidencia, porque si sube el precio de los alimentos y la nafta pero no suben los salarios, ni siquiera hay que ser economista para entender que el turismo se va a resentir. Si caen los salarios treinta puntos después cae todo, es un espiral descendente que termina incluso en la recaudación impositiva de los gobiernos", explicó Kicillof, que aseguró que el gobierno de la provincia de Buenos Aires "tiene un compromiso irrestricto para que le vaya bien al turismo".

El gobernador reafirmó el compromiso de "pensar y planificar medidas para desarrollar mucho turismo en toda la PBA, con posibilidades para todos los bolsillos". En esa sintonía, destacó la reapertura de Aquasol, que se dio horas antes de la conferencia de verano, en el kilómetro 386 de la Autovía 2. 

En Mar del Plata, Kicillof cortó la cinta de uno de los parques acuáticos más grandes de Latinoamérica, que a lo largo de su historia se posicionó como un destino histórico de la ciudad marplatense. Luego de la pandemia y asfixiado por graves problemas económicos, el Banco Provincia invirtió 150 millones de pesos en la renovación y modernización del complejo, que reabrió sus puertas y traerá consigo actividad económica y puestos de trabajo.

Luego del acto, junto a Gabriel Katopodis, recorrieron la obra de 72 kilómetros de la autovía Ruta 11, en el tramo Mar Chiquita a Villa Gesell, que contará con una inversión conjunta entre Provincia y el Banco Internacional de Desarrollo de más de 39 millones de pesos. Kicillof dijo que se trata de "una obra muy importante, que representará más trabajo, más inversión y más rentabilidad". 

Recordó además que el primer tramo del corredor atlántico ya está finalizado, y que el gobierno de María Eugenia Vidal hizo sólo 7 kilómetros, a los cuales la gestión actual le sumó 160 kilómetros más.