Tras abordar durante años temas como el genocidio armenio, la guerra en Siria y otras narrativas sociales e históricas de la región, quiso el fotógrafo Hrair Sarkissian “abrir una puerta a la que todos puedan acceder sin tener ningún conocimiento histórico o sociopolítico, al tratarse de un tópico universal”, según detalla al referirse a uno de sus más recientes proyectos: The Last Scene (en criollo, “La última escena”), serie donde se sumerge en un asunto tan universal como la muerte. A través, dicho sea de paso, de una colección de imágenes donde el artista captura los significativos lugares que enfermos terminales pidieron visitar antes de morir. Desde pubs, muelles y bosques hasta museos, iglesias o esquinas anodinas, todo lo eterniza el señor, que recabó información sobre los mentados sitios a través de Stichting Ambulance Wens Nederland, una agrupación holandesa de doctores voluntarios que cumplen los últimos deseos de pacientes. Hrair, por cierto, fotografió cada escenario el mismo día y en el mismo horario en que lo visitaron personas que, vale suponer, ya han fallecido; y anota al respecto que “la simplicidad de cada paisaje aumenta la atención sobre el viaje interno de recordar el pasado y vislumbrar un futuro que ya no los incluye”. Una suma de misterios: por qué tal persona eligió que su último paseo fuera en tal molino de viento; por qué optar, en cambio, por un casino, un jardín de tulipanes, una muestra de Rembrandt... “Una vez visitados por estos pacientes terminales, estos lugares ya no son solo lugares: devienen monumentos. Cuando uno los mira, piensa en las razones detrás de cada elección, y a la vez en qué sitio elegiría uno”, cierra en tono reflexivo.