“Tenemos que ser prácticos: asamblear los comedores. Lo principal es salir al barrio a buscar a ese compañero defraudado o asustado que se quedó en la casa; no nos puede pasar que el vecino no salga por miedo a ser televisado o a perder el pequeño derecho que tiene”, dice Carmen en la plaza de Constitución, megáfono en mano. Es mediodía y hay un sol con el que se podría freír un huevo sobre el asfalto. Una parte de los manifestantes han conseguido ponerse al resguardo de un cartel publicitario que anuncia las 11.42, aunque incluso a la sombra hace calor. Para colmo, el megáfono se queda sin pilas y hay que salir a comprar otras. Con lo que cuestan.

A esta misma hora se están realizando asambleas en otras plazas como las de Once, Retiro, San Justo, también en el Conurbano Sur. El motivo es que falta una semana para el 24 de enero y las organizaciones sociales buscan sumar apoyos para que el paro con movilización convocado por la CGT con la adhesión de las dos CTA y la UTEP sea multitudinario.

El lunes salieron a la calle los Somos Barrios de Pie. El martes hizo protestas la UTEP. El miércoles fue el turno de estas asambleas; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no mandó a la policía a requisar pancartas, por lo que se puede identificar fácil a los que se juntaron en Constitución: la Coordinadora para el Cambio Social, Libres del Sur, la Fenat CTAA, MAR, el MTL; hay otros. Los nombres no dicen mucho: importa que son movimientos sociales. Planeros, mujeres que sostienen comedores populares o espacios comunitarios, trabajadores informales, vecinos de los barrios populares.

Bullrich puede anotarse a favor que nadie corta la calle. Los manifestantes han traído al lugar dos ollas tamaño ejército con guiso de arroz, que compartirán en la plaza mientras se repasan los motivos del paro del 24 de enero: 

* El 2 de diciembre el ministro de Economía Luis Caputo anunció la devaluación del 118 por ciento, la liberación de los precios y despidos en el Estado.

* El 20 diciembre Milei anunció el DNU 70/2023 en el que estableció la desregulación de la economía y del mundo del trabajo, habilitó la privatizaciòn de empresas públicas y la extranjerización de las tierras, derogó leyes protectivas como las de Góndolas, Abastecimiento y alquileres. Su anuncio fue todo un gesto: lo hizo horas después de la pimera marcha opositora, del Frente de Lucha Piquetero.

* El 27 de diciembre Milei dió a conocer la ley Ómnibus, que dispone la delegación de facultades legislativas al Poder Ejecutivo a través del dictado de la emergencia pública en diversas materias y contempla la privatización de todas las empresas estatales, la suspensión de la movilidad jubilatoria, la elevación de las penas contra manifestantes, la permisividad para el "gatillo fácil" policial.

Llegan las pilas y Silvia Saravia, de Libres del Sur, toma el megáfono. El tema del día, del que van a hablar todos, es la unidad. “Las organizaciones nos vamos encontrando porque hay un cambio de etapa”, plantea Saravia. “Sabemos que parte de nuestros compañeros decidieron votar a Milei porque la venían pasando muy mal; tenemos la responsabilidad de parar la oreja, de escucharlos, pero también de explicar que hoy tenemos en el gobierno no a un loquito suelto, sino a un tipo que tiene poderes muy importantes por detrás. Sus políticas son parte del mismo plan que comenzó a implantarse en la dictadura militar, siguió con el menemismo y con Macri. Sabemos dónde nos llevan estas políticas”. Como muestra de sus efectos, Saravia detalla que en los barrios populares los precios de los alimentos aumentaron en diciembre un 48 por ciento, no el 25% que midió el Indec como promedio nacional. Ser pobre es caro.

Orlando Agüero, del Frente Popular Darío Santillán, opina que “estamos en medio de la tormenta y mientras navegamos vamos a tener que construir la balsa”. Vive en Quilmes y ha sido militante toda su vida: es parte de la generación que vivió el 2001. Damaris Rolón, del FOL, en cambio, pertenece a las generaciones nuevas, pero traza una línea histórica: “Milei propone bajar la inflación reduciendo el consumo, pero no es que no estemos pudiendo consumir autos importados: no estamos pudiendo consumir alimentos, ni energía, no estamos llegando a pagar el alquiler. Este es el momento en que como movimientos sociales tenemos que poner en valor nuestros más de 20 años de organización y luchas, sin abandonar el horizonte del cambio social. Sabemos que de esta salimos porque ya lo hicimos antes, y lo tenemos que hacer desde abajo, organizándonos. No es un momento de aislarse.”

En La Matanza

Mientras tanto, en La Matanza una multisectorial realizaba un corte de la ruta 3. Allí estuvieron Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa, el dirigente social Luis D’Elía, el titular de ATE Capital, Daniel Catalano, la referente del MST Vilma Ripoll, Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, el Frente Barrial de la CTA, el sindicato de Canillitas, la Corriente Martín Fierro y agrupaciones de jubilados y pensionados de la Matanza.

El mensaje fue que el DNU y la ley ómnibus que mandó Milei al Congreso no deben ser aprobados. Las organizaciones hicieron un acto, en el que los oradores le pidieron a la CGT que el paro del 24 sea la primera de una serie de medidas contra las reformas neoliberales que impulsa el gobierno de Milei.

Junto a la protesta de La Matanza sí hubo un operativo de la Policía Federal. El corte fue parcial, y el acto pudo completarse sin problemas.

“Desde el primer momento dijimos que las políticas de ajuste de Milei respondían a los intereses de los poderosos y que no podían aplicarlas sin el sufrimiento de los trabajadores y los más vulnerables”, dijo allí Alderete. El titular de la CCC acusó al gobierno de estar impulsando “un plan macabro, con falta de alimentos en los comedores”.

D’Elía agregó que no es posible “quedarse de brazos cruzados ante el remate del Estado y con Desarrollo Social abandonando a su suerte a millones de argentinas y argentinos”.

"Estamos otra vez en una jornada de protesta en la Ruta 3, con ollas populares, contra el ajuste brutal que el Gobierno ya está llevando adelante. Es algo que impacta salvajemente en las familias de los barrios populares y en los trabajadores formales que cobran por debajo de la línea de pobreza", señalaron desde la Multisectorial en un comunicado de prensa conjunto.

Además, denunciaron "la suspensión de las horas extras para trabajadores públicos y privados" en un contexto donde "la plata no alcanza porque todo vale el doble que hace un mes".

"Por este camino vamos también a la destrucción total de la industria nacional, de las PyMES, del comercio y del salario", puntualizaron al tiempo que denunciaron "un plan siniestro del Gobierno por bajar la inflación sobre la base de demoler el poder adquisitivo" y "liquidar el consumo".