La causa que se inicia, o por la cual imputan a Nahuel Morandini y a Roque Villegas, es que a partir del 4 de enero quedaron detenidos por una causa en la que se caratula “lesiones leves, su presión y apropiación de identidad o alteración de identidad de una niña menor”, que es la hija del ex gobernador Gerardo Morales. Esta imputación la hace el fiscal Walter Rondón y es avalada por el juez Roberto Assef. Nosotros estamos muy sorprendidos por la celeridad con la que actuó la Justicia, de haber sido objeto de persecución y espionaje por parte de la policía, que estuvo circulando y merodeando por nuestra casa el día antes de la detención.
Ese día una mujer se presentó en nuestra casa, batió las palmas. Nosotros vivimos en una zona alejada, la dejé ingresar porque pidió cargar su celular, y una vez que estaba aquí empezó a indagarme y terminó diciendo que tenía una orden de citación para un tal Nahuel Morandini, y si yo lo conocía. Claramente una operación de inteligencia absolutamente innecesaria. Cuando le dije que aquí vivía Nahuel, me dijo que venían sus compañeros a notificarnos y aparecieron dos personas vestidas de civil en un auto sin patente.
Todo este hostigamiento innecesario porque tenemos domicilio en esta localidad, donde residimos. Podrían haber venido vestidos de policía con identificación. Nos dieron una orden de citación, no decía detención. Les pregunté reiteradas veces si iban a detenerlo sin carátula, sin número de expediente. Nahuel se fue en nuestro auto, porque dijimos que no se subía a un auto sin patente. Se presentó en la oficina y lo dejaron detenido.
Imaginen lo que eso implica para una familia. En ningún momento pensamos que podía suceder, pero en esta provincia suceden cosas todo el tiempo. Cuando uno cree que todo lo que ha visto es horroroso, se va ampliando cada vez más. Hemos lamentado la persecución penal y la prisión preventiva como regla con compañeros que estuvieron en movilizaciones, que salían a cazarlos por los barrios después de las movilizaciones, que los golpeaban. Hemos vivido situaciones de camionetas sin patente que levantaban gente en las calles, lo que no habíamos vivido en carne propia era esta persecución individualizada, en el marco de una investigación producto de una denuncia particular del exgobernador por usar las redes. Y lo que vemos que se va ampliando es que ahora también es un delito emitir una opinión en redes sociales.
No sabemos muy bien qué es lo que están investigando; cuánta energía puesta de parte del Ministerio Público de la Acusación, del fiscal y del juez en perseguir a dos personas que compartieron un chiste. Nosotros hemos presentado todo para que se tenga en cuenta la necesidad de que Nahuel siga el vínculo con su familia y con sus dos hijas pequeñas. El abogado argumentó incluso, en caso que no cesara la prisión preventiva, que pudiera estar en su domicilio porque, como dije antes, vivimos en una zona alejada, donde muchas veces el camino se corta y queda aislado.
Queremos que él pueda estar aquí, no afectar a las niñas ni al vínculo de la familia, y sin embargo el juez no tomó en cuenta ninguno de estos argumentos y ordenó una prisión preventiva por 60 días, lo cual ya de hecho constituye una pena sin que Nahuel ni Roque hayan tenido posibilidad de juicio, de defensa, de poder discutir ampliamente, de ver qué pruebas presentan.
Las pruebas para la imputación son vergonzosas, hay nada más que dos tweets de Nahuel, uno de ellos es la filmación de nuestra calle inundada, con lo cual ellos argumentan que así encontraron que ésta era la vivienda de Nahuel, cuando tenemos el domicilio aquí. Por otro lado, con ese mismo video, el juez podría haber considerado el daño que provoca para tres mujeres quedar solas en este lugar.
Nahuel es un padre con el que compartimos la crianza de nuestras hijas en partes iguales, pero lamentablemente esta provincia se sigue rigiendo por códigos que no contemplan a familias que nos construimos en la crianza compartida, y entonces con nuestra niña menor de cuatro años no han tenido la consideración de que el padre esté cerca de ella. Esto hablando de una domiciliaria que sería, de mínima, en el marco de semejante injusticia, aberración y locura que es de por sí haber dispuesto 60 días de preventiva para investigar las redes, cuando Nahuel entregó inmediatamente su celular, y el día que le pidieron también entregó su clave. No puso ninguna resistencia porque no hay nada que ocultar y no hay ningún delito en haber hecho un chiste por Twitter, más allá de que haya ofendido al exgobernador, que sigue manejando la Justicia a su antojo, con un gobernador actual que no existe, que prácticamente no le conocemos la cara ni ha emitido opinión al respecto, y unos jueces y fiscales cobardes que siguen trabajando para Morales, le siguen teniendo miedo, y ya de por sí cumplen una función vergonzosa, cobrando un sueldo que multiplica por varias veces los sueldos de cualquier trabajadora y trabajador estatal en la provincia, cumpliendo un rol nefasto y vergonzante, con una cobardía que no tiene nombre.
Pero nosotras seguimos en esta lucha y estamos acompañadas: por las organizaciones sindicales de la docencia universitaria a la que pertenece Nahuel, por amigos, por compañeros y compañeras, y por las comunidades originarias, que también se han expresado en contra de este cercenamiento a la libertad de expresión.
*Esposa del docente universitario Nahuel Morandini