"Siempre hay en los mapas un sentimiento detrás, siempre hay una necesidad de recordar algo y de tener cerca ese pedazo de cosa o lo que sea que te pase al ver el mapa con vos, en definitiva. Que es algo que me parece que no es muy ajeno a cualquiera que pueda referenciar en un mapa algún lugar que quiera. Hay algo ahí detrás en los mapas que no tiene que ver solamente con cómo llegar a un lugar, sino con lo que te pasó en ese lugar. La mayoría me pide los mapas por eso"; reflexiona Abraham Gómez sobre por qué alguien le pediría un mapa dibujado a mano alzada para colgar en su casa, ya que ese es su trabajo, su fuente de ingresos, su pasatiempo. La respuesta es, como de muchas otras cosas, por sentimiento y por amor a la belleza. 

Dibujitos

Abraham tiene 29 años y nació en Perú, pero hace diez años que vive en La Plata. Se está por recibir de arquitecto. Esto de los mapas lo agarró un poco por sorpresa, "como todo lo que uno hace a escondidas". Dibuja desde siempre, aunque nunca estudió arte ni fue a un profesorado. Solamente se alimentó artísticamente de cursos de verano cuando era adolescente, que era lo que su mamá podía pagar en ese momento. "Ella siempre estuvo muy atenta a las cosas que a mí me gustaban", afirma.

"Creo que sentí que no cumplía ciertos requisitos para poder mostrar mi arte, que no tenía credenciales. Fue un proceso muy lento de ir probando, uy temeroso. Hice un dibujito, después este otro, y me empecé a divertir mostrándolos", afirma. 

Un detalle.

Aunque al principio sus "dibujitos" eran otros, rápidamente se convirtieron en mapas, que comenzó a mostrar tímidamente en las redes sociales. Los dibujaba cuando volvía de trabajar en la cervecería artesanal que lo empleaba, también en los ratos libres del taller de herrería que montó con un amigo. Rápidamente, durante la pandemia, sus mapas se viralizaron, obligandolo a dejar su trabajo y dedicarse pura y exclusivamente a dibujar mapas por pedido. 

Ya dibujó más de 30. Tiene de La Plata, Rosario, Corrientes, Bragado, Los Toldos, Hurlingham, City Bell, Pehuajó, entre otras. Suele pedir quince días para pedidos especiales, pero tarda más si se trata de n proyecto especial. Así tardó dos meses para el mapa de Malvinas, cuya investigación lo llevó tan lejos que terminó entrevistando un veterano de guerra. En estos días, presentó su obra maestra: la Ciudad de Buenos Aires, trabajo al que se dedicó durante seis meses. 

Qué es un mapa

Quizás algunos artistas no recuerden el momento exacto en el que se obsesionaron con un determinado tema. Para Abraham, la historia se resume a dos momentos. El primero se remonta a la escuela primaria.

"Había una sección en particular que tenía que ver con hacer un mapa de cómo uno llega a la casa. Era en referencia a si al chico le pasaba algo, para saber cómo ubicar la casa en tiempos donde nadie tenía teléfono. Yo lo hacía todos los años, creo que fue mi primer acercamiento", afirma.

El segundo tuvo que ver con descubrir los mapas históricos en internet, y con su ciudad natal, Lima. Los mapas antiguos de la capital peruana no se parecen a los actuales, gracias al paso del tiempo y a las reconstrucciones, producto de distintos desastres naturales como terremotos. Abraham pasaba horas comparando y mirando los distintos mapas en internet. "Lima es una ciudad muy grande, muy caótica, tiene como una forma muy compleja generada por la geografía, pero también generada por diversas políticas urbanas que a mí desde muy chico sin tener mucho conocimiento del urbanismo ya me hacían ruido. Eso hacía que quisiera buscar con un hilo conductor entre los mapas, y supongo que hubo un gusto por interiorizarme en la historia de la ciudad de donde vengo", afirma. 

Le hacía ruido, aunque no de manera negativa, sino todo lo contrario. Abraham está convencido de que esos vericuetos limeños fueron lo que lo volcó, finalmente, a inclinarse por la Arquitectura, licenciatura de la que solo le falta la tesis para recibirse. 

Abraham junto a su mapa de La Plata.


La Plata siempre estuvo cerca

La experiencia migratoria cifró su trabajo, que pasó a estar tironeado por dos ciudades: Lima, pero también La Plata, que lo recibió con los brazos abiertos cuando decidió emigrar solo y dejar en su país de origen a su familia. Que además, lo atrajo como pichón de arquitecto por su forma ordenada. 

Abraham está seguro de que hubo un proceso especial de la ciudad de La Plata que no fue solamente volverse ciudadano de hecho y de derecho sino "ciudadano cultural", que define como el proceso de "mimetizarme en el conjunto de la ciudad y entenderla como propia". 

"Yo creo que de algún modo la forma de aportar en la ciudad también tiene que ver en cómo devolves lo que te pasa cuando la atravesas. No solamente un concepto teórico de estudiarla, sino algo de devolución a pie: de transitarla, de saber dónde quedan las cosas, qué lugar está bueno, qué lugar no está bueno y poder pensar en otras formas en que la ciudad podría mejorar. Para mí es ir interiorizándose en el espacio que en definitiva se va a convertir en el tuyo", afirma.

"No sé si es obligación o es algo que le tenga que pasar a todo el mundo, pero siento que a mí me pasó y ese proceso yo lo viví bien, me gustó. Es una ciudad que me encanta y siempre estoy pensando en la ciudad de La Plata del mismo modo en el que cuando era más chico pensaba en Lima", afirma. 

Diez años no es poco. Dibujándola, Abraham hizo suya la ciudad. Ahora, Abraham es de dos ciudades. "Es un espacio que yo lo considero mío, no me siento ajeno a la ciudad. Si no sería una sensación muy extraña, de expulsión, y creo que no sucede en La Plata. Eventualmente la ciudad te termina abrazando y eventualmente vos terminás abrazando a la ciudad", afirma. 

La técnica en la que están dibujados la mayoría de los dibujos de Abraham es el dibujo isométrico. Es un tipo de dibujo que se opone al dibujo común y corriente, que suele estar al punto de fuga de los humanos y que tiene una deformación, son para representar medidas tal cual son. Sin embargo, al hacerlo a mano alzada, Abraham le imprime lo suyo propio, ignorando ciertas medidas. Esto le permite no imaginar una única ciudad, igual en medidas a la real, sino la suya propia, la que se transita, la que se vive. 

Es posible consultar su trabajo en las redes sociales (@gomez.ilustra), así como adquirir los mismos o realizar pedidos a través de su tienda online