Una bromance criminal. Una relación tóxica entre dos gangsters londinenses. Una remake y precuela seriada de un largometraje de culto. Distintas acepciones posibles para Bestia salvaje (estreno del jueves 25 por Paramount+), entrega que hurga en el pasado de lo que contaba la impactante película de Jonathan Glazer en el 2000. La historia tiene como protagonistas a dos amigos, delincuentes y muy profesionales, convocados para ejecutar un golpe en la Londres de los ’90. Gal Dove (James McArdle) es de los que agrada a todo el mundo. Don Logan (Emun Elliott), por su parte, es un “perro fiel al que le falta un tornillo”. Y entre ellos se cuela DeeDee (Sarah Greene), la actriz porno que inicia una relación con uno de los integrantes del dúo.

Bestia salvaje, al igual que la obra que sirvió de inspiración, se deja seducir por lo que emana el mundo del delito y ese sociópata arrollador que encarnara Ben Kinsgley en la pantalla grande. “Mucha gente pensó que era bipolar. No podían creer que el mismo sujeto que había hecho de Gandhi luego fuera Don Logan”, dijo el célebre intérprete británico. Esta reversión, obviamente, usufructúa con el vínculo en donde una de las partes es dinamita encendida. “La historia original deja tanto espacio para que todos nos preguntemos qué ocurrió con la amistad de Gal y Don en los años anteriores. Estoy deseando que todo el mundo pueda redescubrir a estos personajes y averiguarlo”, declaró McArdle.