El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció este domingo que abandona las primarias para la candidatura presidencial republicana y dio su apoyo a la nominación del exmandatario Donald Trump. Con la retirada de DeSantis, la interna del partido republicano se define entre dos candidatos: el expresidente Trump y la exembajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley, quien está volcando todo su esfuerzo en New Hampshire, donde se celebrarán primarias el martes, para recortar distancias y erigirse como la alternativa dentro del partido.
"Nueva oportunidad" para Trump
"No tenemos un camino claro para la victoria. Por eso, hoy suspendo mi campaña", explicó De Santis en un video difundido a través de redes sociales, cuando faltan dos días para las primarias decisivas de New Hampshire. En su mensaje el gobernador aseguró que "está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle una nueva oportunidad a Donald Trump".
DeSantis reconoció haber tenido "desacuerdos" con Trump, pero afirmó que es mucho mejor opción que el actual presidente, Joe Biden. "Tiene mi respaldo porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño", dijo el gobernador, quien arremetió contra Haley, porque la considera representante del "corporativismo recalentado" y las cesiones ante la ideología 'woke' (progresista).
DeSantis, gobernador de Florida desde 2019 y representante del ala dura del partido, lanzó su candidatura en marzo del año pasado, cuando las encuestas lo situaban como el único capaz de vencer a Trump en las primarias, pero su imagen se fue desinflando en el último año. En los caucus (asamblea de delegados electorales) de Iowa del 15 de enero, la primera cita de la contienda republicana, De Santis logró el segundo puesto por detrás de Trump y por delante de Haley.
Sin embargo, los sondeos lo sitúan en el tercer lugar, muy por detrás de sus dos rivales, en las primarias clave de New Hampshire que se celebrarán este martes. De hecho el gobernador renunció el sábado a hacer campaña en ese estado del nordeste del país y canceló varias entrevistas que tenía previstas este domingo con canales de televisión estadounidenses.
Ningún candidato perdió nunca la carrera después de triunfar los dos primeros estados, y Trump casi con toda seguridad declararía terminada la nominación republicana con una victoria en New Hampshire. Haley se había abstenido en gran medida de atacar las numerosas controversias que rodean la candidatura de Trump, pero en la última semana empezó a referirse a sus capacidades mentales, haciendo comparaciones entre el expresidente y el actual presidente y candidato a la reelección, el demócrata Joe Biden, de 81 años.
La interna demócrata en New Hampshire
Quien gane la primaria republicana deberá medirse el 5 de noviembre contra el candidato que resulte en el idéntico proceso demócrata, donde Biden es el favorito. Después de una disputa con funcionarios de New Hampshire sobre la programación, su nombre no figurará en la boleta de votación para las primarias de ese estado en el inicio del proceso de nominación del partido demócrata este martes.
En 2020 Biden había perdido estrepitosamente en New Hampshire en su búsqueda de la candidatura demócrata. Lo salvó luego un fuerte apoyo de los electores negros en las primarias de Carolina del Sur. Una vez elegido destronó efectivamente a New Hampshire, junto con el estado de Iowa, otro de los primeros en la definición de la nominación, y ordenó entonces a los líderes del partido que colocaran a Carolina del Sur por delante de ambos.
Los otros candidatos demócratas, con apoyo residual dentro de la base, aprovecharon la situación para atacar directamente al presidente. "Creo que Biden debería estar aquí, defendiendo la democracia que él mismo asegura está en riesgo", dijo durante un acto en la ciudad de Nashua el congresista de Minnesota Dean Phillips, quien cuenta con un siete por ciento de apoyo en la carrera para la nominación demócrata. La autora de libros de autoayuda Marianna Williamson, con un seis por ciento de apoyo, acusó al partido de estar "manipulando las primarias".
Pese a su ausencia, Biden sale bien parado en las encuestas: amasa un 69 por ciento de apoyo de cara al martes, según una encuesta de la Universidad de New Hampshire y la cadena CNN. Cómo se traduzcan esos números dependerá de la cantidad de gente que salga a votar, venciendo el frío y la falta de entusiasmo en unas primarias donde el expresidente es ya el candidato "de facto" del partido.