El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vinculó ayer el aumento de los delitos en el Reino Unido con la “extensión generalizada del terrorismo islámico radical” e instó a “mantener seguro” a su país, al tiempo que anticipó que piensa recurrir al bloqueo parcial interpuesto por una corte de Maryland contra su veto migratorio, que afecta a ciudadanos de seis países de mayoría musulmana. 

“Acaba de salir un informe: ‘El crimen del Reino Unido crece un 13 por ciento anual por la extensión generalizada del terrorismo del islámico radical’. No es bueno, ¡debemos mantener a Estados Unidos seguro!”, escribió ayer Trump en su cuenta en la red social Twitter.

El magnate hizo referencia a un informe publicado el jueves por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido, en el que se detalla que, entre junio de 2016 y junio de 2017, la Policía registró 5,2 millones de delitos en Inglaterra y Gales, lo que supone un 13 por ciento más que en los 12 meses anteriores.

En el informe se alude a los ataques integristas de Londres y Manchester al hablar de la cifra de homicidios, que fue de 664 entre junio de 2016 y junio de 2017. Las “tendencias recientes en homicidios se han visto afectadas por el registro de incidentes en los que ha habido múltiples víctimas”, como el ataque de marzo en el puente de Westminster (Londres) y la explosión de mayo en Manchester (Inglaterra), señala el estudio.

De esta forma, según el reporte, de los 664 homicidios registrados, 35 estaban relacionados con los ataques de Londres y Manchester.

El mensaje de Trump se produce después de que un juez de Hawaii y otro de Maryland bloquearan parcialmente su nuevo veto migratorio, cuya entrada en vigor estaba prevista para el 18 de octubre.

Los magistrados consideraron que el veto debía suspenderse para estudiar en profundidad si Trump busca crear un “veto musulmán” para prohibir la entrada a Estados Unidos de miembros de esa religión, algo que vulneraría el derecho a la libertad religiosa contenido en la Constitución. De esa forma, suspendieron la parte del veto que buscaba restringir la entrada a Estados Unidos de los nacionales de Irán, Libia, Siria, Yemen, Somalia y Chad, pero mantuvieron firme el veto que refiere a Corea del Norte y Venezuela, donde casi no viven musulmanes, y que en el caso del país caribeño afecta sólo a algunos funcionarios y su “familia inmediata”.

Pero ayer, el Departamento de Justicia notificó a la corte federal de Maryland que recurrirá el bloqueo ante el Tribunal de Apelaciones del Cuarto Circuito, una instancia inferior al Tribunal Supremo de Estados Unidos y con sede en Richmond, Virginia. Este es el primer paso que el gobierno de Estados Unidos tiene que dar para recurrir el fallo que dictó esta semana el juez de la corte federal de Maryland, Theodore D. Chuang.

Por el momento, el gobierno no ha notificado su intención de recurrir ante la corte de Hawaii.

Para que el veto entre en vigor, la Casa Blanca debería conseguir un fallo a favor tanto del Tribunal de Apelaciones del Cuarto Distrito como del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede central en San Francisco y al que corresponde evaluar los casos de Hawaii.

Durante toda la campaña electoral, Trump se mostró en contra de la inmigración, e hizo blanco de sus criticas a los musulmanes, a los que acusa de “terroristas” y a los mexicanos, a los que calificó de “ladrones” y “violadores”. 

Una semana después de llegar a la Casa Blanca, el 27 de enero, el mandatario firmó su primera versión del veto migratorio y dio rienda suelta a la Policía para que persiga a los inmigrantes indocumentados. Sin embargo, cientos de ciudades consideradas “santuario” se negaron a colaborar con las autoridades federales para detener gente por su status migratorio, entre ellas San Francisco, Chicago, Miami, Los Ángeles y Austin.

Ayer, el fiscal general, Jeff Sessions, participó de un acto en Austin, Texas, en el que instó a las autoridades locales a poner fin a esas políticas que protegen a los inmigrantes de la deportación argumentando que “ponen en riesgo” la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.

“Si trabajamos juntos, podemos hacer que nuestro país sea más seguro para todos nuestros residentes, inmigrantes nativos y legales por igual”, indicó el fiscal general, que aseguró que la manera de hacerlo es poniendo fin a las políticas “santuario”.

En este sentido, Sessions felicitó a la Legislatura de Texas por aprobar la controvertida ley SB4, que pretende prohibir las “ciudades santuario” en ese estado sureño y permitir a las autoridades locales cuestionar el estatus migratorio de cualquiera.