En el complejo de Atucha fueron despedidos 65 trabajadores, que se suman a la fuerte reducción que el plantel del complejo nuclear sufrió desde la llegada del gobierno de Cambiemos. Los afectados se desempeñaban en tareas de mantenimiento en la operación de Atucha I y II, pero las autoridades de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NASA) decidieron no renovarles sus contratos. El proyecto Atucha en Zárate tenía 1830 trabajadores de Uocra a fines de 2015 y en la actualidad quedan apenas 350. Especialistas vienen advirtiendo sobre la reducción del presupuesto nacional para temas vinculados a la energía nuclear.
“En abril de 2016 se produjo la primera baja de contratos de trabajadores de la Uocra dedicados al proyecto Carem, las obras de mantenimiento de Atucha I y obras complementarias vinculadas a la cuarta y quinta central. Luego del primer conflicto laboral se recuperaron empleos y llegamos a tener 1150 trabajadores. De ese total, en julio pasado hubo otra tanda de despidos y quedaron 400 trabajadores. Después de 18 días de acampe, Julián Gadano (subsecretario de Energía Nuclear) y la conducción de Nucleoeléctrica nos dijeron que en octubre se reactivaban las obras nucleares. Nada de eso pasó. De hecho, del total de 400 trabajadores ahora fueron dados de baja otros 65. Es decir que de 1800 trabajadores hemos perdido unos 1400. Por suerte el proyecto termoeléctrico de Las Palmas contrató a 380 empleados, muchos de ellos venían de Atucha pero otros estaban desempleados”, explicó a este diario Julio González, secretario general de la Uocra-Zárate, quien además advirtió sobre la grave situación laboral en las ciudades de Campana y Baradero.
La reducción de personal es la consecuencia de la demora en la construcción de los proyectos nucleares. Uno de ellos es el Carem, primer reactor de baja potencia realizado íntegramente con tecnología nacional, ya que Embalse es de diseño canadiense y Atucha I y II tienen tecnología alemana. El proyecto consiste en el montaje de un prototipo de 25 MW, para luego competir a nivel internacional en la provisión de Pequeños Reactores Modulares. El año pasado, el Gobierno le sacó a Nucleoeléctrica Argentina (NASA) la obra civil del Carem y abrió una licitación que quedó en manos de Techint. El cambio de manos de la obra civil del Carem se explica por la intención del Gobierno de ajustar los costos, porque NASA tiene el mejor convenio laboral del sector atómico, y, por otro lado, generar negocios para los privados. Hay cerca de 73 trabajadores de la construcción del Carem contratados por Techint. Además, Julio González, de Uocra, contó que la empresa Tecna, a cargo de la obra hidráulica del reactor, le adelantó ayer que en los próximos días tomará control de los trabajos y por lo tanto empezará a demandar empleo.
Por otro lado, están los proyectos de la cuarta y quinta centrales nucleares. El inicio de la cuarta central está muy demorado y ni siquiera se firmaron los contratos definitivos. Una vez que eso suceda, se espera que la elaboración del proyecto técnico demore la construcción unos 18 meses. De manera que las obras comenzarían recién a fines de 2019. En el caso de la quinta central, la situación es muy incierta. El Gobierno había anunciado que se iba a construir en Río Negro, pero la legislatura de esa provincia prohíbió la instalación de centrales nucleares de generación eléctrica. Ahora el proyecto volvería a Lima, Zárate. En ese estado de cosas, los trabajadores están afectados a las obras complementarias y de mantenimiento. El grueso de los contratos siguen vigentes hasta principios de 2018.
El sector nuclear en general viene castigado por la billetera oficial. En el caso de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), los fondos para este año fueron 4881,5 millones de pesos y en 2018 se reducen a 3102 millones, un 36,4 por ciento menos. En Energía advierten que en el proyecto de 2018, sin tomar en cuenta el RA-10, hay un recorte nominal de 3 por ciento.