Más de uno tiene la imagen como estampita, un Luis Alberto de gorro y guardapolvo al cuello sentado en la vereda junto a la Carpa Blanca, con un cartel colgando en su pecho: "Hoy somos todos docentes". Luis nunca dejó pasar oportunidades para hablar de la importancia de la educación y la cultura en un país que se pretende soberano. Spinetta fue también una de las resonantes voces iniciales en el pedido de una Ley Nacional de la Música. El Flaco recurrió a la música como forma aglutinante para diseminar el mensaje de Conduciendo a Conciencia, en su única colaboración autoral con León Gieco para "8 de octubre" y en el impulso para los conciertos del Día del Estudiante Solidario. Y Spinetta, claro, fue ese músico, poeta, artista irrepetible que se nos fue el 8 de febrero de 2012, dejando un vacío imposible de llenar.
Hay razones de sobra, entonces, para considerar que hay plena justicia en que el natalicio de Luis Alberto Spinetta sea desde 2015 y por la Ley 27.106 el Día Nacional del Músico. Pero este 23 de enero no es uno cualquiera. En el pasado reciente, instituciones como la Unión de Músicos Independientes, la Federación Argentina de Músicos Independientes, la Sociedad de Autores y Compositores, la Asociación Argentina de Intérpretes y el Instituto Nacional de la Música aprovecharon para visibilizar acciones virtuosas, celebrar avances y conquista de derechos, marcar objetivos aún por conseguir. Este Día del Músicx llega en un momento de lucha que se supone desigual, pero que nadie está dispuesto a abandonar.
Ya se ha dicho en estas páginas, pero hay que repetirlo: el plan Milei confirma lo que se preveía frente al candidato que en campaña agitaba una motosierra al estilo del Leatherface de Tobe Hooper. Pero la masacre no es en Texas ni en una pantalla de ficción, y la cultura está lejos de quedar exenta de una devastación que alcanza a la gran mayoría de la sociedad. Por eso es que los referentes de la cultura están tan movilizados en estos días como los de otras áreas, por eso la solicitada del Frente de Soberanía Cultural cosechó más de 20 mil firmas, unas cuantas especialmente pesadas.
Los músicos y músicas de la Argentina han tenido que salir a la calle por sus reivindicaciones. Durante muchos años, creadores de primera plana no gozaron de derechos plenos, fueron explotados por ese mismo mercado en el altar de los "libertarios". Las disposiciones de difusión de música argentina en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la Ley de la Música, la Ley de Cupo Femenino, son logros recientes, para los cuales hubo una activa participación sobre todo de la escena independiente, que en el pasado era una rareza y hoy es la norma. Quienes se mueven por fuera de los grandes circuitos son quienes mejor entienden la problemática, lo que significa quedar librados a la "libertad de mercado", la ley de la jungla que impera cuando el Estado se desentiende de la tarea de custodiar los derechos de los ciudadanos. Además de dominar el pentagrama y cuidar sus instrumentos, se han convertido en gestores de su propio destino; se han formado e informado, participaron de la discusión, abrazaron la tarea de defender su lugar, sus derechos, sus condiciones laborales y retribuciones, la necesidad de corregir laberintos jurídicos que siempre resultan en la mínima tajada del negocio.
El DNU y la Ley Ómnibus vienen a derribar todo eso, a detonar la lucha de todos estos años, a atomizar al Inamu y convertirlo en una oscura repartición estatal con fondos discrecionales. Curioso rulo de los acontecimientos para quienes se dicen antiestatales.
Por eso el 30 de diciembre hubo una espontánea reacción de músicxs que salieron a la vereda, a la plaza, a la esquina, al balcón, a cantar su desacuerdo con este brutal retroceso. Por eso la Plaza de los dos Congresos viene siendo también escenario de actos de resistencia, y la cultura en general y los músicos en particular se preparan para ser también protagonistas en la movilización popular fijada para este miércoles 24. En la víspera, este martes, el Club Atlético Fernández Fierro abrirá sus puertas a un gran encuentro convocado por UMI, FAMI y el Inamu en el que habrá música pero sobre todo intercambio, consejos mutuos, planificación de estrategias, acciones que vayan más allá de la protesta, que -como en el pasado- conduzcan a resultados concretos. Por obra y gracia del mercado, en otros tiempos en la escena primó -más allá del obvio sentido de comunidad- cierto individualismo, un acomodarse en el jardín de cada uno. Las luchas de estos años, el modo en que fue cristalizando la escena pos Cromañón, la convicción de que la pelea es colectiva y es más necesaria que nunca, produjeron esta inédita sensación de puño apretado en total coincidencia.
El Día Nacional de la Persona Música 2024 es para festejar y para levantar la voz con volumen en 11, para no bajar banderas conquistadas, para ponerle un freno a la demencia de una ley sin necesidad ni urgencia. Y por qué no imaginar a Luis Alberto, allí donde esté, mirándonos a los ojos, interpelando con un cartelito que bien puede reducirse a "Hoy somos todos".