El plan de Cobertura Universal de Salud (CUS) fue presentado el 3 de octubre en la ciudad mendocina de Guaymallén por el ministro nacional del área, Jorge Lemus, acompañado por el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, y el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo. Durante el lanzamiento Lemus anunció que “este nuevo sistema de atención es un nuevo sistema de relacionamiento con los pacientes y la comunidad, donde el paciente va a estar identificado como en los otros subsistemas de cobertura –obras sociales y prepagas–, y este concepto de cobertura universal permitirá que todos los habitantes del país con sólo tener el documento estarán identificados y podremos saber cuál es su cobertura”. El informe de la Fundación Soberanía Sanitaria advierte que este sistema “en el contexto local se viene implementando desde 2007 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el programa Cobertura Porteña”, que “no ha logrado concretarse en su totalidad ni ha resuelto los problemas de inequidad y falta de acceso al sistema de salud porteño que afectan a los habitantes de la Ciudad. Más bien todo lo contrario”. Los resultados están descriptos en la nota principal, a partir del informe de la Fundación titulado “Cinco hospitales menos en la Ciudad de Buenos Aires”.
Cuando Lemus como ministro de Salud de la Ciudad presentó la Cobertura Porteña en 2008, señaló que el objetivo era “garantizar el derecho del acceso a la cobertura integral, personalizada y gratuita y la atención de la salud”, para “todos los habitantes sin cobertura médica, que acrediten su residencia en la ciudad”. “A esto siguieron iniciativas de carnetización de la población, turnos telefónicos e historia clínica única e informatizada, del mismo modo que hoy sucede con la CUS”, apunta el estudio. En diálogo con Páginai12, el presidente de la Fundación, Nicolás Kreplak, explicó que “la CUS tiene que ver con, por un lado, desfinanciar el sector público directo de la salud, disminuyendo la oferta que los hospitales y los centros de salud promueven, porque se trata de un cambio de modelo de financiamiento a través del cual se deja de subsdiar la oferta –que es tener muchos hospitales, muchas camas públicas, muchas consultas–, y se traslada a un subsidio de la demanda”.
Según desarrolló el sanitarista, esto quiere decir que “se va a pagar por el consumo de servicio de salud, como sucede con el que tiene obra social o pre paga; uno usa las prestaciones, se atiende y eso es lo que le genera el financiamiento, entonces los que tienen un consultorio, un centro de salud, un hospital, tienen que conseguir que los pacientes vayan a ser atendidos ahí”. Se trata, entonces, de un cambio de lógica, “que lleva a la mercantilización de la salud, como se ve muy claramente en el sector privado y lamentablemente en gran parte de la seguridad social en Argentina; es la lógica que quiere el gobierno plantear a nivel nacional a partir de la CUS, al igual que lo hizo en Buenos Aires con el proyecto de Cobertura Porteña”, afirmó Kreplak.
La crítica de este sistema por parte del exviceministro de Salud de la Nación surge del saldo que dejó en la Ciudad la Cobertura Porteña, a casi diez años de su implementación. “Lo que vemos nosotros en los resultados es que a la par que se fue desarrollando este proyecto, se fue reduciendo el sector público y la cantidad de atenciones totales”, apuntó. Si bien el plan se presenta como una ampliación de la cobertura de salud pública, Kreplak afirmó que, como se ve en la Ciudad, “este sistema restringe la capacidad de acceso, y vemos que se reduce mucho las consultas ambulatorias, aumentando la relación respecto de las guardias”, y que, en suma, “desatiende la prevención y atención primaria de la salud”, y “genera mucho menos capacidad de trabajo de prevención y promoción de la salud, porque se desestiman todas esas prácticas”.
Para Kreplak, la implementación del la CUS sería la consolidación de un modelo que ya viene implementando Cambiemos a nivel nacional, a través del desfinanciamiento de distintos programas de salud. “Para el año que viene, el presupuesto presentado para el programa de médicos comunitarios se recortó en un 38 por ciento. Dentro del programa, por ejemplo, se redujo un 60 por ciento la partida para el área de salud de la adolescencia”, señaló. Lo mismo ocurre en el área sanitaria en territorio, en donde indicó que para 2018 “se disminuyó el presupuesto en un 14 por ciento, y para llegar a esta cifra se van a bajar los controles de salud en los barrios más vulnerables en un 73 por ciento y las dosis de vacunas en estas zonas van a sufrir un recorte de un 50 por ciento”.
“Si el gobierno de Cambiemos logra imponer la lógica que ellos quieren va a haber un recorte muy grande del sistema de salud actual”, opinó Kreplak. “La palabra ‘cobertura’ nos habla de ‘seguro’, es un concepto de seguro. La diferencia con el sistema que tenemos es que este es de oferta, un sistema que plantea la salud como servicio universal, como un derecho”. La conclusión que dejan los resultados del modelo de seguro aplicado en la Ciudad, según el informe, es que “lejos de resolver los problemas del sistema de salud, los profundiza, generando mayor inequidad y barreras en el acceso como consecuencia del achicamiento del subsector público de la salud”.
Informe: J. F.