Una joven wichí de 24 años, perteneciente a la comunidad Cristo Arriba, fue encontrada muerta la semana pasada en la localidad de Embarcación, en su precaria vivienda cercana al basural. Según informó el comisario Daniel Catacata, una médica del Cuerpo de Investigaciones Fiscales indicó que el cuerpo no tenía signos de violencia, y por ese motivo la fiscalía interviniente dispuso la devolución a sus familiares para la sepultura.
El fiscal penal Rafael José Medina, de Tartagal, intervino ante el hallazgo del cuerpo. El informe preliminar de la médica del CIF consignó que el deceso fue "por causas naturales vinculadas a su estado de salud" y que el cuerpo no presentaba signos evidentes de violencia que pudieran hacer presumir que fue víctima de un delito.
"Anoche (el miércoles 17 de enero) a las 1.45 tomó intervención la Comisaría 1 de Embarcación de un hecho ocurrido en una vivienda en inmediaciones al basural", explicó el comisario Catacata a Salta/12.
Según indicó el comisario, el concubino de la mujer, un hombre wichí de 34 años y de la misma comunidad, manifestó que salió el martes a la mañana temprano de la casa y al regresar el miércoles alrededor de la 1 de la madrugada "se da con que la esposa estaba en la cama, pensaba que estaba todavía con signos vitales, se dirigió al hospital para pedir ayuda y a la vez a la Policía". "Ahí comenzó el procedimiento policial cuando llegó esta persona a dar conocimiento", sostuvo.
Luego el sumariante constató que "la mujer ya estaba sin signos vitales", dijo el comisario. También llegó una ambulancia con un enfermero que verificó el fallecimiento. La fiscalía siguió el camino de rigor, el cuerpo de la mujer fue trasladado a la morgue del hospital local para que fuera revisado por la médica forense, que informó que la muerte fue causada por un paro cardiorrespiratorio aunque no precisó qué lo causó, la verdadera causa del fallecimiento.
"Al no haber signos de violencia en el examen de visu que hace, la médica no solicitó una autopsia para determinar patologías que podría haber tenido", explicó el comisario. Consecuemente, la fiscalía ordenó la entrega del cadáver a los familiares. "Se hizo todo lo que tenía que haberse hecho con el examen legal y la entrega del certificado médico", aseveró Catacata.
Al tratarse de una familia muy pobre, no contaban con un servicio privado de sepelio por lo que debió realizar el trámite ante la oficina de Acción Social de la municipalidad de Embarcación. El comisario dijo que el padre de la mujer no hizo ninguna denuncia, tampoco declaró.
Al parecer, la mujer no tenía ninguna patología previa. Sin embargo, por el relato de vecinas y vecinos se supo que tenía problemas de consumo de alcohol y "sustancias prohibidas", y lo mismo dijeron sobre la pareja.
Catacata describió que la pareja vivía en una casa precaria, echa de plásticos y chapas, de un sólo ambiente y "su medio de vida era recoger chatarra y cartones del basural" y venderla. También contó que la joven era madre de un niño y una niña, de otra relación de pareja, y que el nene y la nena estaban a cargo del abuelo materno que vive en otra zona de la ciudad.