Desde Arabia Saudita
Coqueteó con la muerte, perdido en el desierto del Teneré mientras participaba de un rally en 1977, el francés Thierry Sabine cuando soñó que la aventura podría ser un sufrimiento organizado o, en otras palabras, un desafío opcional. Aquella vez fue rescatado milagrosamente y se decidió a hacer realidad la utopía comenzando en diciembre de 1978 con la mayor travesía para vehículos de competición. Malogró su vida más adelante, al precipitar su helicóptero en una tormenta dentro de su propia carrera y tal vez nunca alucinó, ni con su determinante personalidad, que llegaría el día en que un vehículo con motor eléctrico ganaría el Rally Dakar que él creó. Esto es real desde la 46ta edición del raid más duro del mundo, tras 12 etapas en Arabia Saudita entre el 5 y el 19 de enero de 2024, cuando el mundo conoció al Audi RS Q e-tron en su plenitud gracias a los españoles Carlos Sainz y Lucas Cruz, piloto y navegante.
Siendo una carrera "todo terreno" en tiempos modernos, el Dakar enfrenta los entendibles retos que en su niñez y adolescencia, corriendo en África, no tenía. Fue tras la década por Sudamérica, entre 2009 y 2019, cuando los cuidados ambientales crecieron y con su llegada a Arabia, en 2020, se intensificaron. Con un objetivo claro, el Reino que es potencia petrolera interpretó que el nuevo mundo tendrá otro rumbo y dispuso sus desiertos como laboratorio para tecnologías amigables con el planeta, captando la atención de numerosas factorías de autos, motos y camiones.
Entre ellas, Audi comprometió un vehículo eléctrico que fue diseñado con aspecto intergaláctico por un rosarino en Europa, llamado Juan Manuel Díaz. Utilizó el conocimiento de la industria combinando su escuela en las carreras de Fórmula E, de monopostos eléctricos, sumando una adaptación especial para las extensas jornadas dakarianas. Un motor eléctrico en cada eje (delantero y trasero) con una transmisión directa (sin cambios de marcha) dotada de un diferencial central virtual con un software que reparte su vigor entre las ruedas (pudiendo variar en tiempo real) y una batería que almacena energía son la base de más de los 380 CV de fuerza para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar hasta 170 km/h (limitados por reglamento). Una magnífica obra de ingeniería conocida, adaptada a un solo vehículo.
Excepcionalmente, porque las etapas de un rally de estas características rondan las 12 horas continuas por día, se incorporó un motor de combustión interna que genera energía para recargar el almacenamiento y extender la autonomía. Éste entra en acción sólo cuando es necesario, utilizando combustible que proviene parcialmente de residuos (60 por ciento menos emisiones nocivas) a un régimen de RPM único y óptimo para su propósito, desarrollado en las carreras de Alemania. Que el motor con nafta se use sólo para generar energía, no para propulsar el coche, lo hace un auto puramente eléctrico que cierra una discusión en torno al nuevo hito del deporte automotor.
Carlos IV, el soñador
Lágrimas de alegría corrieron por los zanjones de un rostro maduro, usualmente mesurado. Mientras el RS Q e-tron ganó las portadas de las publicaciones tecnológicas, los periódicos deportivos remarcaron la vigencia del inagotable Carlos Sainz que, justamente, entre "tapas" hizo brindar a los españoles con su cuarto "Touareg" a poco de cumplir 62 años. Triunfó siempre con marcas diferentes, sumando a su trayectoria victoriosa con Volswagen, Peugeot y Mini el hito con los alemanes de Audi. ¿Pensará en un retiro desde el olimpo o aceptará otro reto? Es público que el ingreso de Ford al rally raid lo tiene entre sus candidatos a futuro.
El proyecto eléctrico lo situó a la cabeza de una nueva era y lo supo en ese momento, terminando la carrera a orillas del Mar Rojo. "Estoy muy feliz", lanzó tras cumplir 7.000 kilómetros por territorio árabe. "Solamente Audi fue tan valiente como para correr este riesgo y estoy feliz porque hemos hecho historia con él", insistió el doble campeón mundial de rally WRC de los años 90, al término del Dakar más duro de los últimos tiempos. Quien ya es el ganador más longevo en categoría Autos no olvidó a sus compañeros de escudería, a los quienes debe el triunfo por sucesos como aquél en que Mattias Ekstrom cedió tres de sus neumáticos por los pinchazos de "El Matador" o el apoyo constante de Stephane Peterhansel, el francés 14 veces ganador. Con su esposa, hija e hijo (Carlos Jr, piloto Ferrari de F1), celebró lo que otro madrileño, Calderón de la Barca, decía: Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son. Y que por grandes que sean, se pueden cumplir.