Una unidad del transporte urbano de pasajeros fue baleada el lunes por la noche en la zona sudoeste de la ciudad y los autores del ataque dejaron un nuevo mensaje amenazante dirigido al gobernador Pullaro. Un rato después, ocurrió lo mismo en una estación de servicios en 27 de febrero y Avellaneda, también con nota amenazante. En ninguno de los dos ataques de registraron heridos. Durante la mañana de ayer las líneas 129 y 130 suspendieron el servicio en el bario Acindar por lo ocurrido y retomaron la actividad por la tarde luego de que delegados de la UTA Rosario mantuvieron una reunión con el el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni. Se trata del segundo ataque contra un colectivo urbano en lo que va de enero.
Un poco más tarde, alrededor de la 1 de la madrugada de ayer, hubo un ataque -también sin heridos- en la estación de servicios. Dispararon unos cinco tiros contra el bar y dejaron una nota amenazante muy similar al mensaje dejado tras el ataque en inmediaciones de la sede de la Tropa de Operaciones Especiales el fin de semana. No se registraron heridos. "Todos salieron corriendo del susto", dijo la empleada del minimarket ubicado en frente.
El primer atentado fue cerca de las 23 del lunes, cuando un coche de la línea 130 fue baleado en la esquina de Winter y Cipolletti. Como la esquina en donde se produjo el ataque es donde termina el recorrido, no había pasajeros a bordo ni tampoco se encontraba el conductor. La policía constató que la unidad recibió dos impactos de bala contra el colectivo: uno en el parabrisas y otro en la parte derecha a la altura de la rueda delantera. Además, en el lugar de hecho se encontró una nota amenazante cuyo contenido no trascendió pero que haría alusión a un sector de la población carcelaria y estaría dirigida nuevamente al gobernador Maximiliano Pullaro.
Como consecuencia del ataque, durante la mañana de ayer las unidades de las líneas 129 y 130 no ingresaron al barrio Acindar en modo de protesta, suspendiendo el servicio en la zona y desviando el recorrido hasta Ovidio Lagos y Presidente Quintana. Las líneas suspendidas retomaron su actividad normal después del mediodía, luego de que delegados de la UTA Rosario y el ministro de Seguridad Pablo Cococcioni mantuvieron una reunión en la que se aseguraron ciertas garantías para continuar.
En contacto con la prensa, el secretario general del gremio de los choferes, Sergio Copello, evaluó lo acontecido: “Creo que, lamentablemente, estos personajes encontraron esta modalidad de usar gente inocente para dejar mensajes. Si saben de qué pabellón son, de qué cárcel son, ¿por qué no se lo dan? Y así dejan de atacar a gente como nuestra familia, como César Roldán, asesinado sin tener nada que ver, manejando un colectivo cuando no debía y anoche el compañero que estaba en la punta de línea. Menos mal que no estaba en el volante”. De esa manera, el representante sindical recordó el homicidio del chofer de la línea 116 ocurrido el 2 de diciembre pasado en Eva Perón y Cullen.
Con la balacera del lunes a la noche ya son dos los ataques sufridos por unidades del Transporte Urbano de Pasajeros en lo que va del primer mes del año. El pasado 6 de enero un grupo de adolescentes arrojaron una bomba molotov contra un coche de la línea 143 que circulaba en Rondeau al 300. En esa oportunidad, al menos cuatro jóvenes le hicieron señas al chofer y cuando el colectivo aminoró la marcha, le arrojaron el artificio incendiario en el parabrisas, que no llegó a provocar daños mayores. La Policía posteriormente detuvo a tres de ellos a las pocas cuadras y les secuestró una mochila con combustible, botellas de vidrio y un papel con una amenaza escrita para el ministro Cococcioni. El dato más preocupante de aquel ataque fue que los adolescentes aprehendidos refirieron vivir en un orfanato y habrían sido captados por mafias para cometer un atentado y no un mero hecho vandálico.