El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) estableció la vacunación obligatoria contra la encefalomielitis equina del este y del oeste para todos los équidos que tengan al menos dos meses de vida, en el marco de la emergencia sanitaria por la enfermedad establecido mediante la Resolución 1219/2023.
La medida determina que la totalidad de los equinos deberán tener vigente la vacuna, y que aquellos que no hubieran recibido la primera dosis de la vacunación deberán hacerlo dentro del plazo de 10 días luego de publicada la norma.
La nueva normativa también establece que cada equino deberá contar con el certificado de vacunación a fin de acreditar la vacuna, que deberá ser emitido con firma y sello de un veterinario matriculado que actúe de forma particular o a través de un ente sanitario registrado en el Senasa.
Además, el certificado tendrá que expresar los datos de interés que identifiquen al animal involucrado y la información de la vacuna aplicada.
Respecto de las condiciones de inoculación, en los primovacunados se deberá implementar un refuerzo en los plazos estipulados, según prescripción del laboratorio elaborador. Una vez completado el esquema de primovacunación y refuerzo, la revacunación se efectúa de forma anual.
Cabe destacar que esta nueva medida tiene como objetivo evitar los efectos negativos del virus, preservando el bienestar animal y minimizando las pérdidas productivas para el sector implicado, destaca el texto oficial.
Qué es la encefalitis equina del oeste
La encefalitis equina del oeste es una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados que actúan como vectores, principalmente en áreas rurales y que no se contagia de persona a persona.
En humanos tiene un período de incubación de 2 a 10 días y la mayoría de los casos son asintomáticos o se presentan como cuadros leves con fiebre, cansancio, dolores musculares y malestar general que se resuelven espontáneamente en 7 a 10 días.
Como medidas de prevención se recomienda el
saneamiento ambiental para evitar la proliferación de mosquitos y la protección
de las personas que trabajan o viven en las inmediaciones de lugares propicios
para el desarrollo de mosquitos y donde se alojan caballos.