El tiempo que se perdió en la búsqueda de Santiago Maldonado por la actitud del Gobierno de proteger a la Gendarmería y sembrar pistas falsas contrasta con el apuro que desde la Casa Rosada tiene ahora para sacar conclusiones de los primeros resultados de la autopsia del cuerpo del joven tatuador. “Que no haya lesiones desmiente muchos testimonios y abre otras hipótesis”, se apresuró a declarar esta mañana el ministro de Justicia, Germán Garavano, con el doble propósito de reforzar la idea de que los gendarmes no tuvieron que ver con la muerte de Maldonado y echar otro manto de sospechas sobre la comunidad mapuche.
Garavano, la voz más amigable del Gobierno en relación con el caso Maldonado, se convirtió en el vocero del oficialismo tras la confirmación de que el cuerpo hallado en el Río Chubut era del joven desaparecido allí durante la represión de la Gendarmería a los mapuches. En ese rol, dejó pasar apenas unas pocas horas de la declaración que hizo anoche el juez Gustavo Lleral para precisar que en la autopsia no se detectaron golpes en el cadáver de Santiago.
El ministro de Justicia se tomó de esa declaración del magistrado para empezar a armar el escenario con el cual el Gobierno intentará deslindar la responsabilidad del Estado en la muerte del joven y por la demora en encontrar de más de dos meses, durante los cuales se instalaron sospechas sobre el mismo Maldonado y su familia, y también sobre la comunidad mapuche.
"Anoche la conclusión del juez y de todos los peritos que participaron de todas las partes fue respecto de la ausencia de lesiones en el cuerpo de Santiago, así que sobre esa línea veremos cómo evolucionan los estudios pero eso ya marca y despeja mucha de las cosas que se dijeron a lo largo de estos 80 días. Y pone en crisis muchos testimonios que hubo de golpes y lesiones", aseguró el funcionario, en apoyo de la versión oficial que desliga a Gendarmería de lo ocurrido en el desalojo del 1º de agosto, cuando desapareció Maldonado.
Así, el titular de Justicia golpeó por elevación contra los testimonios de la comunidad mapuche de Cushamen sobre lo ocurrido cuando Gendarmería reprimió el corte de ruta en el que se encontraba Maldonado, cuyo cuerpo apareció en el Río Chubut 78 días después de la desaparición y fue identificado ayer por la familia en la morgue judicial.
En línea con la descalificación de lo declarado por los mapuches, el funcionario destacó que la zona donde apareció el cadáver es controlada de manera “férrea” por “un sector violento” que no permitió el acceso. Y calificó como “traumática” la experiencia del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, cuando quiso acercarse a la zona y no lo dejaron pasar. Avruj fue recibido a piedrazos el martes a la tarde en Cushamen cuando llegó desde Buenos Aires tras conocerse la noticia del hallazgo del cuerpo. Ese mismo día, Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado, remarcó que la presencia del funcionario en el lugar fue "una provocación".
Garavano recalcó en declaraciones a Radio Mitre que la posición del Gobierno es “de mucha prudencia y mucho respeto a la familia”, y aseguró que tanto él, como el Presidente y la ministra Patricia Bullrich siguen “el caso con atención”.
Con todo, estimó que “hay que esperar los estudios complementarios y no hacer especulaciones adicionales”, aunque se encargó de remarcar que la muerte por ahogo en el río “es una de las probables causas”, si bien “puede haber otras”. En ese sentido señaló respecto de los análisis que “lo que se puede saber es el cuándo y cuánto tiempo, más o menos no con exactitud, cuánto tiempo estuvo ese cuerpo en el agua”, y alertó que “es a veces difícil después de tanto tiempo lograr precisiones".
Además, reivindicó la comunicación presidencial con la familia tras confirmarse la identidad del cuerpo porque “era lo que correspondía hacer”. Sergio Maldonado, hermano del joven muerto, se mostró muy crítico por el hecho de que Mauricio Macri hubiera hablado con su madre, algo que Garavano difundió anoche. “No puedo creer que utilicen esto políticamente”, fue la reacción de Maldonado. Hoy, el ministro manifestó que “entiende” el enojo “en un momento tan doloroso”, y consideró que “nunca fue nuestra intención discutir con la familia”.
Garavano aprovechó para descalificar la convocatoria de hoy a Plaza de Mayo a las 14, a la que tildó de “inoportuna”, y aseguró que hay “voces que ponen en peligro el estado de derecho”, en alusión a los grupos de izquierda que marcharán. "Mañana hay elecciones y creo que los argentinos tienen que ir a votar más que nunca. Por eso cualquier manifestación en un día previo no parece ser lo ideal", afirmó en ese sentido.