En el marco del ajuste del gobierno de Javier Milei sobre las empresas públicas y la intención de poner a Aerolíneas Argentinas entre las potenciales privatizables, la firma decidió que no volará más a Cuba por considerar que esa ruta no es rentable.
Desde la empresa dejaron trascender que, desde el 8 de marzo próximo, Aerolíneas no irá a La Habana. Hasta ahora, la compañía estatal ofrece una frecuencia semanal a esa ciudad y, según fuentes de la línea aérea, cada vuelo representa una pérdida de 16.000 dólares: en 2023, ese tramo generó un rojo de 500.000 millones de dólares.
La decisión se basó en un análisis comercial, que apunta a priorizar destinos que sean más beneficiosos desde el punto de vista económico. Por caso, se va a potenciar la ruta a Cancún, México, como una especie de reemplazo de la ruta que sale.
Fuentes de la compañía detallaron que los pasajeros que compraron sus boletos para días previos a la fecha de clausura de la ruta, serán "reubicados" en vuelos de otras aerolíneas a esa ciudad. No habrá, a priori, ningún costo adicional. Por otra parte, los que quieran cancelar su viaje, tendrán el reintegro total del valor del boleto.
Una empresa que se achica y se vende
Recientemente, el Gobierno anunció la reducción en un 43 por ciento de la cantidad de direcciones de la empresa, y de recortar en un 35 por ciento los reportes directos a la gerencia general.
En consecuencia, Aerolíneas pasará de 14 direcciones a 8 y de 17 reportes directos a 11, como parte de su plan de racionalización.
Hace unos días, además, cuando se mandó al Congreso la Ley Ómnibus, el gobierno realizó una nómina de las 41 firmas disponibles para ser privatizadas. Por fuera de ese espectro quedó la petrolera de bandera YPF, pero se incluyó a Aerolíneas, AYSA, el Banco de la Nación Argentina, Ferrocarriles Argentinos y la agencia de noticias Télam. Ya el año pasado, el Gobierno había evaluado la posibilidad de entregarle la compañía a los trabajadores y a los gremios, algo que quedó en desuso.
"Aerolíneas es de todos los argentinos, no de los trabajadores”, dijo en su momento Pablo Biró, titular del gremio de pilotos APLA. Y añadió que “si se trata de números, podemos defender los números: están publicados y auditados en el balance, y dieron que el funcionamiento de la empresa en 2022 tuvo un impacto de 700 mil dólares por hora, es decir unos 16 millones por día al PBI”.