La Federación de Industriales de Santa Fe (FISFE) manifestó su preocupación por la suba de retenciones que el gobierno nacional busca impulsar con la ley ómnibus en el Congreso. Según estiman desde la entidad, subir las retenciones al 15% podría generar una baja del 20% en la exportación de manufacturas de origen agropecuario, y un 50% en las de origen industrial. Es decir, una caída de 4.105 millones de dólares en el nivel de las exportaciones santafesinas, donde el gobierno nacional se perdería de recaudar alrededor de 93,4 millones de dólares, durante el 2024. Aseguran que el sector ya viene trabajando con un margen comercial bajo y avalar la suba de retenciones es transformar en “antieconómico” el negocio. Esta semana se reunieron con el gobernador Maximiliano Pullaro, que criticó al gobierno nacional por mantenerse en esa postura. “Se van a perder mercados que ha costado mucho tiempo y esfuerzo conseguirlos”, señaló Javier Martin, presidente de la FISFE, en declaraciones a Rosario/12.
Luego de que Pullaro se manifestara contra el gobierno nacional por el aumento impositivo a los sectores productivos que se pretende aprobar en la ley ómnibus, desde la FISFE mantuvieron un encuentro con el gobernador, con la intención de ponerle números al impacto. Los cálculos son contundentes: elevar al 15% los derechos de exportación de las manufacturas de origen industrial –que hoy pagan un promedio de 3,7%– representaría una caída de más de 4 mil millones de dólares en las exportaciones, que además redundaría en una pérdida de la recaudación de más de 90 millones de dólares. Es decir que la medida no solo es perjudicial para el sector, sino que representa una contradicción para los objetivos fiscales del propio gobierno.
“Nosotros comprendemos la necesidad que tiene el gobierno de confluir hacia un equilibrio fiscal, el tema es cómo hacerlo. Nosotros creemos que aplicar nuevos impuestos sobre el sector productivo no es el camino más adecuado. En especial para las exportaciones de manufactura de origen industrial, que ya tienen un margen comercial que es muy bajo. Aplicar retenciones de un 15% transforma el negocio en antieconómico. Eso va a bajar las exportaciones, con lo cual la recaudación esperada va a ser menor a la actual”, explicó Martin. En concreto, el escenario que avizoran –y sobre el que hacen la estimación– es una caída del 20% en las manufacturas de origen agropecuario y de un 50% en las de origen industrial.
Para el presidente de FISFE, esa situación va a dejar a las pequeñas y medianas industrias que hoy exportan “afuera de muchos mercados” porque se va a convertir en una operación comercial poco atractiva. “Es exportar para perder”, sostuvo y agregó: “Se van a perder mercados que ha costado mucho tiempo y esfuerzo conseguirlos. Son mercados que se pierden muy fácil y que después nos va a llevar años recuperarlos”.
Asimismo, consideró que una retracción en las exportaciones “es lo contrario a lo que estamos necesitando como provincia”, en la búsqueda por hacer más competitivo al sector. “Estamos hablando de manufacturas de origen industrial que compiten en el mundo, contra producciones de China, de India, de Estados Unidos, Europa e incluso de Brasil. Países y regiones que tienen líneas de créditos a largo plazo y a tasas blandas, incentivos para investigación y desarrollo, planes de promoción. ¿Y nosotros vamos a ir a competirles con un aumento en las retenciones?”, cuestionó.
Ese posible escenario, que definen como grave, podría empeorar teniendo en cuenta que el mercado interno está contraído por la caída en el poder adquisitivo de los salarios y la inflación. Y a eso se le suma el aumento de tarifas previsto para los próximos meses. “Si esto avanza, el primer paso va a ser la caída de los mercados externos. Y después, en cada empresa el impacto va a depender del porcentaje que estén exportando hoy”, remarcó.
Apelación a legisladores
Desde el sector destacaron el diálogo con el gobernador santafesino y respaldaron sus críticas al gobierno nacional por este tema. A principios de semana, Pullaro se mostró tajante al respecto. “Me duele que un gobierno en el cual yo tenía expectativas de que iba a centrarse en los gastos superfluos para corregir el déficit fiscal; y que se iba a ocupar de la desigualdad en el reparto de los recursos y subsidios en tarifas, por ejemplo, quiera gravar a la industria que genera trabajo en mi provincia”, manifestó. E incluso buscó meter presión con la votación en el Congreso: “Espero que escuchen nuestro reclamo, si no, le pido a los diputados de la provincia que voten en contra”.
Por el momento, la presión de los gobernadores generó algunas modificaciones en el texto de la norma. Pero lo que refiere a retenciones todavía es un capítulo abierto. Desde la Federación entienden que la discusión en el Congreso “va a ser clave” y llamaron a los legisladores santafesinos a sumarse al reclamo del sector. “Acá está unido el campo y la industria, porque necesitamos promover las exportaciones y que aumenten la cantidad de empresas exportadoras. Las retenciones van en el camino contrario”, expresó y agregó: “Las retenciones son recursos no coparticipables que les sacan a las provincias, van a Buenos Aires y después no vuelven. Perdemos por todos lados”.
Por último, Martin se mostró confiado en que durante el debate “prevalezca la cordura” y no se avance en los puntos que son perjudiciales para el país: “Esperamos que, más allá de tender al equilibrio fiscal, no se comprometa la generación de exportaciones y riquezas. Por eso realmente hacemos un llamado a los legisladores para que participen todos en las discusiones de estos temas, y especialmente retenciones. Queremos que se comprenda que la provincia de Santa Fe necesita producir más, industrializar más, exportar más y generar más empleo. Y si se aprueba este esquema de retenciones, los perjuicios los vamos a tener nosotros en la provincia”.