El golpe entró. La huelga de 12 horas y la masiva movilización convocada por la CGT irritaron de sobremanera al Presidente. La primera reacción de Javier Milei fue intentar minimizar la contundencia de la medida. La segunda, advertir que no negociará el feroz programa de ajuste. Y la tercera, una muestra concreta de que está dispuesto a endurecer su intransigencia: horas después de la protesta sindical, echó al titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), ente clave para el mundo gremial porque regula las obras sociales y prepagas. La decisión sorprendió a casi todo el Gabinete, incluso al desplazado Enrique Rodríguez Chiantore, de perfil técnico y dialoguista. “Nunca ví algo así. Fue bestial. Ellos creen que esta metodología los exhibe poderosos”, dijo el exfuncionario a Página12. En su reemplazo asumirá Gabriel Oriolo, exgerente de OSDE, en un claro guiño a las empresas de medicina privada.
Cuando Rodríguez Chiantore se despertó ayer a las 6 de la mañana no entendía por qué tenía mensajes de condolencias en su celular. El abogado no sospechaba ni por asomo que había sido desplazado de su puesto. Sin salir del asombro, chequeó la información en el Boletín Oficial y descubrió que era cierta. “Es espantoso lo que hicieron”, expresó. “En este mes y medio, no hubo ni un sí ni un no. Ninguna controversia”, alegó. La explicación oficial que brindó el vocero presidencial, Manuel Adorni, es que el extitular de la SSS “no estaba cumpliendo con sus objetivos”. Lo cierto es que ni en el ministerio de Salud, el de Capital Humano o la secretaría de Trabajo tenían referencia de supuestos cuestionamientos. Lo único que se sabe es que la decisión fue una reacción intempestiva del Presidente y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, horas después del multitudinario acto de la CGT en la Plaza de los Dos Congresos.
La presunción respecto de una represalia a los dirigentes gremiales tiene fundamentos. La Superintendencia está encargada de la administración de fondos millonarios que se destinan a las obras sociales sindicales. También tiene bajo su órbita la desregulación del sistema de salud que Milei pretende imponer. Desde el Gobierno, sin embargo, niegan que los cambios sean consecuencia de la protesta. "Lejos está de ser una venganza", indicó el vocero presidencial Manuel Adorni. “El Presidente busca que trabajen los mejores en cada área; cuando considera que una persona tiene que ser removida por otra más capacitada, eso va a ocurrir”, completó.
Además de Rodríguez Chiantore fue removido su segundo, Nicolás Striglio. La silla vacante será ocupada por Claudio Stivelman, un médico que realizó tareas de Seguridad Social y manejo de obras sociales, entre las que se incluyen el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas.
Una relación que arrancó mal
Desde la CGT se mostraron sorprendidos por las modificaciones, aclararon que no tenían vínculo con los exfuncionarios y expresaron su preocupación porque “no existe posibilidad de diálogo” con el Gobierno. “Sería un despropósito que nos hayan usado para echarlo”, señaló un dirigente de primera línea. La designación de Rodríguez Chiantore en diciembre pasado no había sido cuestionada por los principales referentes gremiales; un dato no menor para un puesto clave. Incluso, en su momento, habían destacado que tuviera un perfil técnico, una extensa trayectoria en el área y que durante la presidencia de Mauricio Macri haya formado parte del organismo en la gestión de Luis Scervino, de buena sintonía con algunos sectores gremiales. De ahí, que se interprete que este último movimiento implicará un recrudecimiento del vínculo y la apuesta por un manejo más duro de los fondos de las obras sociales.
Más allá del enfrentamiento de esta semana, la relación de Milei con el sindicalismo nunca arrancó. Tanto en campaña como en la gestión, buscó tímidos acercamientos que no prosperaron. "No creo que sea parte del problema", manifestó en más de una oportunidad el mandatario, que tuvo un fallido pacto con Luis Barrionuevo (UTHGRA) y un encuentro secreto con Gerardo Martínez (UOCRA). Sin embargo, iniciado el programa de ajuste, los contactos se quebraron y en la lista de posibles interlocutores cada vez quedan menos. Apenas se anunció la medida de fuerza del 24 de enero, el exsubsecretario de Trabajo, Horacio Pitrau, fue eyectado de su puesto. Lo responsabilizaron por haber fracasado en las negociaciones con la central obrera y tuvo que abandonar su cargo. Casualidad o no, el día posterior al paro, también cayeron Rodríguez Chiantore y Striglio.
Uno menos de Bullrich
La salida del extitular de la SSS representa una pérdida para Patricia Bullrich. El abogado especialista en sanidad formó parte de los equipos de la campaña del PRO y es amigo personal de la ministra. A su entender, su desplazamiento responde a una disputa de poder dentro del Gabinete, que tiene como protagonista a un asesor de Nicolás Posse.
Respecto de la forma en la que fue despedido, Rodríguez Chiantore contó que no le dieron explicaciones y que solo recibió un whatsapp para notificárselo. “Podemos hablar cuando quieras, pero las cosas tienen su dinámica, así que hicimos cambios en la Superintendencia”, rezaba el mensaje.
CEOcracia
Desde Casa Rosada sostienen —como argumentó Adorni— que la expulsión de Rodríguez Chiantore se limita solo a un tema de “criterios”. Explican que no estaba avanzando con las desregulaciones que Milei y su asesor estrella Federico Sturzenegger pretenden para la salud. Por ese motivo, decidieron incorporar a una persona del mundo privado para conducir el organismo que debe regular a las obras sociales y prepagas. Se trata de Gabriel Oriolo, un licenciado en Administración de Empresas que se desempeñó hasta fines del año pasado como gerente de Procesos y Operaciones de OSDE. Oriolo suma, así, a la nómina de CEOcratas.