De la boca para afuera, el Gobierno intentó minimizar la contundente movilización del miércoles. La ministra Patricia Bullrich y el vocero Manuel Adorni balbucearon a coro que en la Plaza Congreso hubo apenas 40 mil personas, que representan “el 0,19 por ciento de los trabajadores de este país”, y sugirieron que “fue un día normal”. El secretario de la CGT, Héctor Daer, lamentó el “mal diagnóstico” de quienes le acercan información al presidente Javier Milei, remarcó que “salió el pueblo” a las calles y advirtió, prudente, que “si no lo quieren ver, la conflictividad irá al paso que la sociedad vaya acompañando”. Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, destacó la “enorme potencia política” de la jornada, su réplica en todo el país más la solidaridad en el mundo, y consideró que “marca el inicio de una resistencia popular que va a ir creciendo”.

“Siento que quienes le tienen que llevar la información al Presidente tienen un mal diagnóstico. El paro fue algo que trascendió a los trabajadores. Si no lo ve así, el jefe de Estado se va a equivocar. La gente le está explicando que tiene que tomar otras actitudes y al Parlamento le dice que no puede traicionar”, declaró Daer tras las declaraciones de Bullrich, para quien “la mayoría de la gente quiso trabajar” y “sólo el 4 por ciento de los comercios de Capital Federal cerraron”, y de Adorni, quien calificó el acatamiento como “muy bajo” y agradeció “a los millones de argentinos que no han adherido”.

“Hace 20 días los diputados y diputadas le firmaban todo y no se discutía nada. Desde que nos plantamos y fuimos a Tribunales, con este proceso de cara al 24 de enero le fueron discutiendo. El sábado quisieron sesionar y no pudieron. Ahora le están discutiendo el dictamen que firmaron el miércoles por la madrugada”, repasó Daer para graficar la importancia de la creciente movilización. “El Gobierno no se tenía que haber apurado tanto. Nadie puede objetar que el Presidente tiene ideas, pero al él lo eligieron para ser mandatario y a los legisladores para legislar”, resaltó.

“Fue una movilización con una enorme potencia política por todo lo que representaba. No solamente el movimiento obrero, todas las centrales y los movimientos sociales, sino también colectivos que tienen que ver con la cultura, la ciencia, los clubes de barrio, los inquilinos, una expresión muy abarcativa del campo popular, que están en pie de guerra contra este DNU y esta ley ómnibus que significan el intento de someter al pueblo argentino a una lógica de ajuste y de regresión social”, evaluó Yasky, de la CTA de los Trabajadores, en Radio Estación Sur. Más allá de columnas organizadas “la gente participó espontáneamente, viajó en los medios de locomoción habituales para cualquier ciudadano, y además la marcha tuvo una réplica en todo el país, marchas enormes en muchas provincias y un acompañamiento internacional que pone de manifiesto que la mirada de los trabajadores del mundo está puesta también en la Argentina”. “Creo que es una potente interpelación a todos aquellos diputados y senadores que están acompañando a un sector que en términos legislativos no podría aprobar ninguna de estas leyes de manera aislada, y marca el inicio de una resistencia popular que va a ir creciendo a medida que los problemas y las penurias que genera la política de Milei se vaya profundizando”, diagnosticó.

Para Hugo “Cachorro” Godoy, de la CTA-A, fue “un día histórico”, con “un nivel de adhesión y participación de la clase trabajadora y de toda la comunidad emocionante y que conmueve”. “Hay conciencia de la gravedad y la peligrosidad de esta experiencia del gobierno de Milei”, destacó, y exigió a los legisladores que no aprueben la ley ómnibus ni el DNU “porque es para saquear al país y empobrecer aún más a nuestra clase”. La cordobesa Mariana Mandakovic, adjunta de la CTA-A, calificó la movilización en esa provincia como “impresionante”. “Le está diciendo que no a un decreto y a una ley ómnibus que para los y las trabajadoras de prensa es muy sensible porque no podemos permitir la privatización de los medios públicos y en eso incluimos no sólo a Radio Nacional sino también a los medios de la Universidad de Córdoba y del resto del país”, resaltó la titular del CISPREN. En la misma línea, Agustín Lecchi, del Sipreba porteño, expresó que el gremio se movilizó “por la defensa de los medios públicos, por la comunicación popular, por el salario de todos los trabajadores y trabajadoras que se empobrecen con este modelo, por la soberanía y por la patria”. “Esto recién empieza. Vamos a estar en las calles las veces que sea necesario hasta derrotar este proyecto de hambre y entrega”, afirmó.

Desde la dirigencia política, el ministro bonaerense Gabriel Katopodis -que participó de la protesta- consideró que “fue una movilización contundente lo que pasó en la Plaza Congreso, pero también lo que ocurrió en las plazas de todo el país”. “Ello da cuenta de que muchísimos argentinos la están pasando mal, que están peor los empresarios pymes, los comerciantes, los trabajadores, los que changuean. Los únicos que están mejor son los 15 empresarios más importantes de la Argentina”, opinó el actual ministro de Axel Kicillof en declaraciones a Radio Provincia. “Están golpeando el salario y hay tarifazos porque quieren un país para pocos, algo que no es viable”, dijo. “De una movilización como la que se produjo ayer todos toman nota, aunque intenten ningunearla. Fue un hecho masivo”, expresó en respuesta a los voceros oficiales. Apuntó que “no hubo una consigna unificadora” y que “para que pase lo de ayer realmente tiene que haber mucho cansancio, angustia y preocupación”.

Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, cuestionó a quienes se esmeraron en “bajarle el precio” a la movilización, contó que estuvo varias horas en la plaza y que hubo gran rotación a lo largo del día porque “no todos podían participar del paro en forma activa”. “Creo que trascendió la convocatoria de la CGT, que fue una convocatoria centralmente a una movilización. En un país con tanta cantidad de trabajadores que realizan sus tareas en forma no registrada o precarizada, decirle al patrón ‘voy a parar’ es bastante difícil”, explicó la diputada del FIT. “El paro de transporte es el que le hace el aguante a aquellas personas que quieren parar y no pueden hacerlo directamente. Esto no se dio, pero a pesar de eso hubo paros de importantes establecimientos. Y lo que fue muy importante en el país fue la presencia de las movilizaciones. Ante a un gobierno que tiene un desgaste enorme en solo un mes, empieza a haber también expresión popular en las calles”.