El martes 23, minutos después de las 17:00, comenzó a circular la noticia: el Gobierno había llegado a un acuerdo por la ley ómnibus y había dictamen de mayoría. Horas más tarde aparecieron las firmas. Pero no el texto. Hubo que esperar hasta la tarde del miércoles, casi 24 horas más tarde, para que proyecto en cuestión saliera a la luz. Entre la firma de un dictamen en blanco y las negociaciones fuera del Congreso, ¿cuál fue el camino del ambicioso proyecto que el Gobierno busca aprobar la semana próxima en Diputados?

Entrevistado por AM750, el diputado nacional del Partido Socialista, Esteban Paulón, explicó que el tratamiento por la ley ómnibus ya comenzó “muy desprolijo” cuando el Gobierno pretendió avanzar con un debate “muy contra la voluntad del propio Congreso” y “sabiendo que al día de hoy no están los votos para aprobarlo”. A lo que hay que sumar el “clima enrarecido” por las constantes amenazas a gobernadores y la ciudadanía.

Paso a paso, el camino del dictamen

Para comprender el camino del controvertido dictamen, Paulón sugirió pensar el proceso en tres instancias: una del texto original, de más de 660 artículos, con los que el Gobierno “pretendía dar vuelta como un barco el país”; una segunda instancia, con el dictamen firmado el martes por la noche, a horas del primer paro general contra la actual gestión; y, una tercera instancia, del proyecto que saldrá, finalmente, del recinto, con “un 40 por ciento de los artículos originales eliminados”.

Con la lupa puesta en esta segunda instancia, Paulón explicó que las “desprolijidades” tienen que ver con que entre lunes y martes el Gobierno había llegado a un acuerdo con algunos bloques de la Cámara para acompañar un texto consensuado. Sin embargo, en paralelo, el martes por la tarde también había alcanzado un principio de acuerdo con los gobernadores.

“Allí se desata una dinámica donde empieza una cuestión de buscar los apoyos para que esas modificaciones se puedan incorporar. Que finalmente no se incorporaron en el texto”, entre otras cuestiones, por ejemplo, entran acá la negociación por la ley del régimen de las Zonas Frías e impuestos a las economías regionales, entre otros tantos puntos.

El conflicto está en que los acuerdos se siguieron buscando aún con el dictamen firmado y, obviamente, fuera del Congreso. Ocurrieron, tal como informó Página|12 en el departamento del secretario parlamentario Tomás Figueroa, en el barrio porteño de Recoleta, y también en el bar de enfrente de su casa, "La Biela". Y habían estado presentes algunos diputados, así como personas del riñón de Federico Sturzenegger.

En este contexto, Paulón explicó que “hubo sectores de La Libertad Avanza que intentaron, usando una práctica parlamentaria habitual, juntar firmas en la planilla del dictamen para testear el consenso y luego, antes de que se termine la reunión, dar a conocer el contenido”.

Sin embargo, por las negociaciones, el clima se enrareció y derivó en escándalo: “Los diputados, de buena fe, fueron firmando la planilla pensando que llegaba el texto. Y el texto llegó el otro día a las tres de la tarde. Y pretendió ser modificado fuera del recinto de la comisión, pero no pudieron por la oposición de los distintos bloques que estaban acompañando”.

Y finalizó la explicación: “Hubo un intento de hacer modificaciones. Por supuesto, el texto que se conoce es el que se había consensuado en el plenario de comisiones, que no contiene el acuerdo con los gobernadores. Y vamos a una sesión muy complicada. De un trámite parlamentario muy complicado donde todos estos temas van a aparecer”.