El Banco Central no pudo cumplir su objetivo de precios del 17 por ciento este año pero aclaró que el proceso inflacionario está bajo control. “La desinflación continuará en la última parte del año”, adelantó esta semana en su informe de Política Monetaria. Se trata de una muletilla que viene repitiendo desde que comenzó la gestión a finales de 2015 y que en 2016 fue poco efectiva. Ese año se anotó la inflación más elevada en dos décadas (41 por ciento). La entidad planteó que entre sus principales estrategias monetarias para contener el proceso inflacionario está la decisión de emitir menos pesos para financiar al Gobierno. El informe del Central dedicó un apartado entero a explicar este punto y festejó que este año solo se transferirán 150 mil millones de pesos al Tesoro y en 2018 la cifra será de 140 mil millones de pesos. Se trata de contabilidad creativa en manos del titular del BC, Federico Sturzenegger. La cantidad de pesos girados al sector público es mucho mayor y ya supera los 300 mil millones de pesos en los primeros nueve meses del año. Eso explica una base monetaria subiendo a un ritmo del 30 por ciento.
“Las transferencias que realizará el Banco Central al Tesoro en 2018 y que están incluidas en el proyecto de presupuesto presentado en septiembre alcanzará los 140 mil millones de pesos. Ese monto representa una caída respecto de lo que se transferirá este año. La reducción se observa tanto en términos nominales (-10 mil millones) como en términos del PIB (pasarán de 1,5 a 1,1 por ciento entre 2017 y 2018). Es una evidencia del compromiso de la autoridad monetaria con su meta principal de reducir la inflación”, señaló el informe del Central. Agregó que “la trayectoria de reducción del déficit fiscal trazada en la hoja de ruta del Ministerio de Hacienda para el mediano plazo es otro punto que refuerza la tendencia decreciente de las transferencias y contribuye al objetivo de moderar el proceso inflacionario”.
La autoridad monetaria en esta cuenta sólo tuvo en consideración los recursos que gira al Tesoro en concepto de Adelantos Transitorios y utilidades. En lo que va del año, ya se le transfirieron al sector público 110 mil millones de pesos por esas vías y al término de 2017 el monto alcanzará los 150 mil millones de pesos. Pero un análisis más fino de los mecanismos de emisión de pesos del Central con destino al Tesoro muestra que los recursos que efectivamente se transfirieron este año son más del doble.
El Banco Central publica una serie diaria de variables monetarias entre las que sobresalen los factores de expansión de la base monetaria. Uno de estos factores es en donde se registran las operaciones con el Tesoro cada vez que se imprimen pesos para comprar dólares de la deuda externa. Entre el 1º de enero y el 12 de octubre de este año, la autoridad monetaria ya giró 219 mil millones pesos por esta vía.
Esto muestra que en 2017 si se suman los adelantos transitorios, las utilidades y los pesos que se transfirieron a cambio de divisas obtenidas por la colocación de bonos del Tesoro, la emisión monetaria para financiar el Gobierno ya suma 339 mil millones de pesos, una cifra que equivale a 4 puntos del PIB. Puesto de otro modo: el sector público cubre 8 de cada 10 pesos de su déficit fiscal con la emisión de pesos del Banco Central.
El argumento de que parte de estos recursos tiene como contrapartida el incremento de las reservas internacionales es poco relevante porque son divisas que no provienen del sector comercial. No ingresaron por superávit de balance comercial o inversiones productivas, sino que llegaron a través del endeudamiento que una parte se fuga por la compra para ahorro o por turismo, y que tarde o temprano tendrá que pagarse con fondos que saldrán de las reservas.