“Viví mi infancia en la otra Argentina... con cultura de trabajo, del ahorro. Trabajar, esperar la jubilación. Todo eso ha desaparecido por un fenómeno decisivo en la sociedad y uno de los males fundamentales: la inflación, que desvaloriza el futuro”, señaló Juan José Sebreli en una reciente entrevista. También recordó que “la inflación nace en el gobierno de Perón” y reflexionó que “la inflación es la base económica del populismo, después viene la parte política, social y cultural”. Pese a su parcial adhesión histórica al radicalismo no dudó en sentenciar que “Alfonsín tenía un toque populista” que se percibía en “la política inflacionaria que llevó a cabo el alfonsinismo con el primer ministro de Economía, Bernardo Grinspun”. “Ahora está bajando la inflación y hay gente que por primera vez en muchísimos años se anota en créditos para vivienda” acotó el periodista, recibiendo un “sí, ésa es una buena noticia” de respuesta pese a que la inflación actual está estancada alrededor del 24% anual (tras un pico del 40% en 2016 en el marco del “sinceramiento” macrista) y que los nuevos créditos hipotecarios son indexados por la evolución de los precios.

Volviendo a las declaraciones de quien fuera denunciado por traición a la patria por apoyar la autonomía kelper en Malvinas, su tierna infancia transcurrió en la década del treinta. La deflación de precios de aquellos años de crisis económica fue de la mano de un elevado desempleo con colas en ollas populares, donde pocos tenían capacidad de ahorro y muchos menos accedían a la jubilación que recién se extendió a la masividad de los trabajadores durante los dos primeros gobiernos de Juan Perón. Lo que no inventó Perón fue la inflación. La vida personal no puede ser la única fuente consultada, mucho menos por un intelectual. Por ejemplo, poco antes del nacimiento de Sebreli, la liberación de los controles de precios en los países centrales tras la primer guerra mundial trajo una oleada inflacionaria que en nuestro país incrementó el costo de la vida en un 69 por ciento entre 1914 y 1918, según registró Alejandro Bunge al introducir en el uso de los índices de precios (La economía argentina, vol.II, cap. 1.IX).

Tampoco parece correcto señalar a la inflación como una característica propia del “populismo” ya que con inflaciones similares a las de los primeros gobiernos de Perón pasaron los poco populistas Lonardi, Aramburu, Frondizi, Guido, Illia, Onganía, Levingston y Lanusse. Y la última dictadura transcurrió con una inflación promedio anual del 209 por ciento. También es injusta la acusación a Alfonsín, que además de heredar una inercia inflacionaria del 343 por ciento del último año de gobierno militar, recibió una crisis estructural de sobre-endeudamiento externo con bajos precios de las materias primas que hizo imposible domar al dólar y, por lo tanto, los precios. Mucho más injusto es criticar con el populista Grinspun ya que la hiperinflación se desató tras el fracaso del plan Austral implementado por su sucesor.

@AndresAsiain