El estado sureño norteamericano de Alabama ejecutó una pena de muerte con gas nitrógeno, un método que la ONU considera tortura y que es la primera vez que se lleva a cabo en Estados Unidos.  Se trata un método de asfixia nunca antes empleado y habitual en el sacrificio de animales para consumo humano.

Kenneth Eugene Smith es el nombre del condenado a muerte, que recibió esa pena en el año 1996 por el asesinato de una mujer ordenado por su marido. Smith fue declarado muerto a las 20.25 del jueves (las 23.25 de anoche en la Argentina), 29 minutos después del inicio de la ejecución, indicó un comunicado del fiscal general de Alabama.

"Se hizo justicia. Esta noche, Kenneth Smith fue ejecutado por el atroz acto que cometió hace 35 años", declaró Steve Marshal, el fiscal general de Alabama, al afirmar que ese estado "logró algo histórico". De ese modo se refirió a la ejecución que se llevó adelante mediante un método que se utiliza "para matar cerdos" y que provoca "un gran sufrimiento al reo", según ya había denunciado Mario Marazziti, cofundador de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte.

Su ejecución es la primera del año en Estados Unidos, donde en 2023 hubo 24, todas por inyección letal. Y es la primera vez en más de 40 años que se introduce un nuevo método de ejecución en el país.

Una tentativa anterior, por inyección letal, fue cancelada cuando el 17 de noviembre de 2022 funcionarios de la prisión fueron incapaces de colocarle a Smith la vía intravenosa para administrarle los fármacos en el tiempo legalmente previsto, después de "haber permanecido atado varias horas", según sus abogados.

Alabama es uno de los tres estados del país que permiten las ejecuciones por inhalación de nitrógeno, en las que la muerte se produce por hipoxia, es decir, por falta de oxígeno.

La Unión Europea (UE) deploró en un comunicado la ejecución de Smith con un método que "según destacados expertos (...) es un castigo especialmente cruel e inusual" y recordó su firme oposición a la pena de muerte "en todo momento y circunstancia".

"Lamento profundamente la ejecución de Kenneth Eugene Smith en Alabama, más allá de las serias preocupaciones de que este método no probado de asfixia con nitrógeno pueda constituir tortura o un trato cruel, inhumano o degradante", declaró por su parte el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk. La semana pasada, su Oficina (Acnudh) afirmó estar "alarmada" por esta ejecución y su vocera, Ravina Shamdasani, pidió que fuera suspendida.

El protocolo de ejecución con nitrógeno de Alabama no prevé la sedación, algo recomendado por la Asociación Veterinaria Americana (AVMA) para los animales sacrificados de esta manera, añadió Shamdasani.

Kenneth Eugene Smith, de 58 años, recurrió a la Corte Suprema de Estados Unidos alegando que este nuevo intento de ejecución violaría sus derechos constitucionales, además de solicitar su suspensión. Todas las apelaciones que había presentado anteriormente en Alabama fueron rechazadas.

Pero el máximo tribunal del país, con mayoría de magistrados conservadores, rechazó el pedido el miércoles. En sus alegatos, el estado de Alabama señala que la hipoxia con nitrógeno es "quizá el método de ejecución más humano jamás inventado".

"Las autoridades de Alabama han fallado tres ejecuciones seguidas en 2022, incluida la del señor Smith", afirmó la directora ejecutiva del observatorio especializado Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés), Robin Maher. "Tal vez se sientan más cómodos pasando a un modo de ejecución completamente diferente, aunque sea totalmente experimental y nunca haya sido probado", declaró.

"Todavía estoy traumatizado por la última vez", admitió el recluso en diciembre en una entrevista a la radio pública NPR, en la que confesó estar "absolutamente aterrorizado" ante la perspectiva de volver a pasar por lo mismo.

En 1988 fue declarado culpable del asesinato de Elizabeth Dorlene Sennett, de 45 años, ordenado por su marido, Charles Sennett, un pastor muy endeudado e infiel, para que pareciera un robo que acabó mal.

A pesar de que el marido se suicidó, la policía siguió la pista del asesinato que le llevó a dos hombres. El cómplice de Kenneth Eugene Smith, John Forrest Parker, que había sido condenado a muerte, fue ejecutado en 2010.

Smith también fue condenado a muerte una vez, pero el juicio fue anulado en apelación. En 1996, en su segundo juicio, 11 de los 12 miembros del jurado estaban a favor de la cadena perpetua. Pero en su caso, como en el de su cómplice, el juez desautorizó a los jurados y lo condenó a muerte, una posibilidad que existía entonces en algunos estados, pero que ahora se ha abolido en todo el país.

En su informe anual de diciembre, el observatorio DPIC señaló que la mayoría de los presos ejecutados en Estados Unidos en 2023 "probablemente no serían condenados a muerte hoy". Se basa en los cambios en la legislación y en que ahora se toman más en cuenta los problemas de salud mental y los traumas de los acusados.

La pena de muerte ha sido abolida en 23 estados del país y otros seis observan una moratoria en su aplicación por decisión del gobernador.