"Es una locura, algo que todavía no lo creo. No me entra en la cabeza, parece que fue un chiste, lo pienso y me vuelvo a emocionar como el primer día. Somos tres hermanos fanáticos de Messi, y que nos haya hablado nuestro ídolo es un montón, no caemos en la realidad. A veces me gustaría salir de lo que nos pasó y mirarlo como si fuese otra persona, pero sé que cuando sea grande, le voy a contar a mis nietos que el mejor de la historia me abrió mil puertas para siempre. No veo la hora de conocer a Messi personalmente para agradecerle que nos cambió la vida."
Luciano Gianzi, al igual que millones de visitantes que eligen la costa atlántica como destino para vacacionar, estaba con su familia cenando en Mar del Plata en diciembre de 2022, cuando le explotó el celular de notificaciones. La página de Instagram de Bagunza Shoes, su emprendimiento familiar, pasó de tener 30 mil a 110 mil seguidores en dos horas. ¿El motivo? Lionel Messi, a sólo una semana de ser campeón mundial, posteó una historia en la que posó con las ojotas que Luciano le había regalado un año atrás, después de ganar la Copa América en Brasil.
A fines de 2022, en todas las redes sociales se hizo tendencia la frase "Hola Luciano todo bien? soy Leo". La masividad de posteos y reposteos dijo presente cuando Bagunza, una empresa familiar oriunda de Boedo, sacó a la luz la captura de pantalla de la conversación que habían tenido con el capitán de la selección Argentina, que además de agradecerles por el regalo, hizo un pedido especial: "Quería agradecerte por las ojotas que me mandaste. Están buenísimas, y la caja espectacular también. Quería ver si le podías hacer algunas a mis hijos, y la rosa del París para mi mujer. Los talles son 22, 29, 26 y Antonella 35. Y a mí las que me quedaron bien fueron las 42/43", escribió el futbolista que había ganado la Copa del Mundo unos días antes.
"Nos empezaron a llamar a todos los familiares y conocidos advirtiéndonos de la masividad que tomó todo. Esa noche en Mar del Plata fue una locura, actualizábamos la página y subía de a diez mil seguidores. Al otro día nos despertamos y tenía en el celular treinta mensajes de periodistas y productores queriendo mandar móviles al negocio y pidiéndome que salga por Zoom, salimos en todos los medios y me da vergüenza contarlo, pero me tuve que hacer una propia agenda", cuenta Gianzi a BuenosAires/12, que advierte que si bien la historia salió a la luz después del mundial de Qatar, tuvo su inicio más de un año atrás.
Antes de su exposición mundial, Bagunza fabricaba 200 pares por día. Hoy fabrican 1800. Tienen cinco vendedores en todas las zonas del país, y en la provincia de Buenos Aires cuentan con más de 100 clientes fijos, entre negocios de diversos rubros y casas de deportes. Abrieron una isla propia en el shopping del Abasto, y "hay varios que quieren tener el nombre de la marca, por lo que estamos incursionando el tema de las franquicias", cuenta el creador.
Las ojotas
Los Gianzi, padre, madre y tres hermanos, comenzaron a trabajar en el rubro del calzado en 2011. En su negocio, ubicado en Avenida Garay y Boedo, vendían la tinta para aplicar sobre bolsos y zapatillas mediante el proceso de estampado conocido como serigrafía. Con el correr de los años aumentaron su producción, compraron la matricería para fabricar la base del calzado y alcanzaron su punto máximo a fines de 2018. "Nuestro fuerte era la base de las ojotas, vendíamos 10 mil pares diarios pero eso decayó, porque los clientes comenzaron a fabricarse las suyas. Entonces, como teníamos todos los insumos, dijimos 'creemos nuestra propia marca", relata Luciano a este diario.
A principios de 2020 nació Bagunza, que traducido del portugués significa "desorden". "Barullo, lío... tenemos mucha relación con Brasil, porque la matricería del calzado se hace allá", explica el dueño. Luego de frenar la producción a causa de la pandemia, el 2021 trajo una alegría para la selección nacional, que obtuvo la Copa América en el Maracaná luego de derrotar a Brasil y consiguió un título tras casi treinta años de sequía. Y también trajo una idea: "Entre el diseñador y uno de mis hermanos pensaron en hacer un homenaje a Messi, se nos prendió la lamparita. Sacamos el modelo en agosto, después de la copa, porque es el mes donde, en el mundo del calzado, se empieza a mostrar los productos del verano venidero para que te compren los mayoristas", explica Gianzi.
Las ojotas, que del lado izquierdo tenían el dorsal 10 y del derecho la bandera Argentina, con el fondo que imitaba el pattern de la camiseta titular de 2021, tuvieron altos niveles de venta luego de su lanzamiento.
"En un asado con amigos, que comemos todos los martes, uno de los chicos dice '¿Y si se la mandas a Messi?' Yo le dije 'y si, dale, y después se las mandamos al papa", bromea el dueño de Bagunza, que veía lejana la llegada al 10. Pese a ello, la idea empezó a tomar forma y uno de los amigos de Luciano tenía un conocido en común con Rodrigo De Paul, el "motorcito" que afianzó su hermandad con Messi durante la Copa América en cuestión. También apareció un contacto en común con la jefa de prensa de AFA, que luego de dar el visto bueno para que se acercaran a entregar las ojotas en el predio de la AFA, dijo que "si había regalo para dos, tenía que haber regalo para todos, porque el grupo era unido".
El contacto frustrado con los jugadores del seleccionado nacional fue en noviembre de 2021, cuando los futbolistas vinieron a Argentina para disputa la fecha FIFA de aquel entonces, donde terminarían sellando la clasificación al mundial de Qatar tras empatar con Brasil en San Juan. "Fue una desilusión grandísima, pero en medio de esa bronca me acordé que mi hermano más chico, que siempre jugó al fútbol, tenía un compañero cuyo padre es socio del tío de De Paul. Lo llamé, le conté y le llevé las ojotas a su casa, su mujer me recibió y habló con la tía de Rodrigo, que a los veinte minutos mandó una foto a De Paul de la ojotas. Le encantaron, y preguntó si se la podía llevar al predio de la AFA, entonces salí volando", recuerda el creador de las ojotas.
"Misión cumplida, a Rodrigo le gustó mucho, y dijo que a Messi le encantó y se las lleva a París", rezaba el audio que la tía de De Paul le envió a Gianzi. "Adentro de esa caja le escribimos una carta a cada uno agradeciéndoles por el título, a Messi le expresamos nuestro amor y le contamos que la semana que levantó la copa fue la mejor de mi vida, porque el 10 él levantó la copa y el 8 había nacido mi hija. Mi mujer me dijo 'ponele tu instagram', y cuanta razón tuvo", detalla Luciano.
El 6 de diciembre de 2021, Luciano estaba en el local de Avenida Garay cuando le vibró el teléfono. Era una notificación Instagram que decía "Leo Messi te envió un mensaje", y el texto era el mismo que se haría viral recién un año más tarde. El dueño de Bagunza asegura que "mucho no me acuerdo porque de pedo no me desmayé" pero recuerda que "lloramos y nos abrazamos".
Luego de intercambiar más mensajes, donde coordinaron el envío de las ojotas que Messi pidió talle por talle, Luciano viajó al municipio de Ezeiza para dejar el pedido en el predio de la AFA, pero no volvió a tener contacto con el futbolística que, por aquel entonces, se desempañaba en el París Saint Germain.
Seis meses más tarde, en junio de 2022, el ciclo de Lionel Scaloni volvía a vestirse de dorado luego de que Argentina aplastara por tres goles a Italia en la Finalissima disputada en Wembley. "Al otro día de ganarle a Italia, me desperté con un mensaje de Messi que decía 'Hola loco cómo estás, el utilero me acaba de dar las cajas y las ojotas están buenísimas, muchas gracias'", cuenta Gianzi, que recalca que, hasta ese momento, el contacto con el mejor jugador del mundo no era de público conocimiento, y que sólo lo sabían los familiares y los amigos.
El 2022 fue complicado para la familia que emprende Bagunza. Venían flojos de ventas y la economía apretaba. A Luciano todos le decían "contá la historia", pero él esperaba que Messi posara con las ojotas. "Él subía algo de vacaciones en Ibiza y lo único que le mirábamos eran los pies", retrata.
El año siguió su curso y en noviembre, con el mundial de Qatar a la vuelta de la esquina, la esposa de Messi, Antonela Roccuzzo, escribió a la página de Bagunza para avisar que sus hijos usaron tanto las ojotas que las gastaron, les quedaban chicas y que las querían renovar. Mediante un conocido que viajaba a Qatar, Luciano envió el pedido. Después del partido frente a Holanda, donde Argentina clasificó por penales a la semi final, ella se contactó para coordinar el encuentro, "y yo le pedí si existía la posibilidad de que suban una foto o algo para compartir", recuerda Luciano.
El mundial culminó con Messi bordando la tercera estrella de color dorado. Argentina fue campeona mundial, pero Bagunza tenía una alegría más en la recamara. Una semana después de la final frente a Francia, Messi viajó a su Rosario natal para pasar navidad y año nuevo con familiares y amigos. Sin previo aviso y un año después de haber recibido el regalo, el astro subió dos historias a Instagram con las ojotas de los Gianzi puestas. En la primera posó con la hija de su amigo Maxi Rodríguez, y en la segunda con Luis Suárez y Sofia Balbi, pareja amiga de los Messi.
"A partir de ahí fue una locura. La primera foto la levantó ESPN, y todos en los comentarios ponían 'que buenas ojotas'. Nos pusimos en campaña con familiares y amigos para arrobar a Bagunza, diciendo que las ojotas eran nuestras", cuenta Luciano, que recuerda que cuando regresó de Mar del Plata, el negocio de calle Garay tenía una cuadra y media de cola.
La explosión
La ola de algarabía y emoción también trajo más de una frustración. Las ojotas que posó Messi ante los ojos del mundo estaban diseñadas en base a la copa América, torneo que se había disputado hacía más de un año, por lo que a Bagunza ya casi no le quedaban pares de ese diseño. "La noche que explotó el video me compraron 20 mil personas en unas horas. No veinte mil pares, veinte mil órdenes de compra. Algunos se compraban de a 3, 5 o 10 pares. Ahí vino la parte fea, porque no tenía stock, era fin de año y estaban todos los proveedores de vacaciones. Era una locura, todo hermoso, pero el 2 de enero hubo que volver a capital para desactivar esa bomba", relata Gianzi a BuenosAires/12.
Antes de que Messi los hiciera famosos mundialmente, Bagunza vendía de a 50 pares diarios, por lo que tenían el stock abierto e ilimitado en la web. "Al otro día de la viralización bajamos la publicación, porque la página le decía a la gente que compraba que en tres días les llegaban las ojotas, y no había ninguna chance", explica Gianzi, y recuerda: "Ahí empezó el quilombo, la gente decía 'muy linda la historia pero dónde están mis ojotas', nos dijeron estafadores. Fue un estrés terrible, fue muy feo, hasta me amenazaron".
Como todas las historias de Instagram, las de Messi duraron 24 horas ante los ojos de sus casi 500 millones de seguidores. Eso generó que Bagunza recibiera llamados de más de 15 países, que luego culminarían en ventas a Canadá, España y Brasil. A partir de ese momento, los de Boedo debieron reinventar su estructura. Agrandaron la fábrica, pusieron una línea más de producción y el 2023 fue "un año de expansión, desde administrativos, gerente de ventas, vendedores, comercio exterior y demás, todo el tiempo cosas nuevas", retrata Gianzi.
Lejos de salvarse económicamente, la familia Gianzi redobló esfuerzos y se centró en incrementar su capacidad productiva. "Si me entraron ocho invertí diez, para armarme, aprovechar la ola y satisfacer a todos. Dupliqué la cantidad de empleados para preparame para la época mayorista", detalla Luciano, que no sale ileso del contexto económico que atraviesa el país: "La venta mayorista es en agosto pero este año se atrasó por las elecciones. La venta aumentó en diciembre, no como queríamos, pero explotó". "Todos los días te cambian el costo, todo el día estamos cambiando precios, y a veces opto por no tocar el precio de nuevo porque ya lo subí ayer. No hay perdida, pero ganamos cada vez menos", detalla.
Gianzi es futbolero y fanático de Boca. Durante 2023 dio charlas en universidades y foros de empresarios, donde habló ante más de 500 personas. La gente visitó la fábrica y hasta los estudiantes de la facultad realizaron allí su tesis. "Es una locura, pero estoy agradecido de ésta locura hermosa, que conlleva cada vez más responsabilidad", explica emocionado.