Bogotá y muchas otras ciudades de Colombia se ven afectadas por grandes focos de incendios forestales en la última semana. Ante la emergencia, la alcaldía de la capital anunció cierre de los accesos a unos 40 parques naturales, senderos ecológicos y miradores este sábado, debido a la "contaminación del aire".
"Debido a la alerta por la calidad del aire permanecerán cerrados nuevos parques y escenarios durante el fin de semana", indicó el gobierno de Carlos Galán en la red X.
La cadena montañosa que limita a la ciudad de Bogotá de unos 8 millones de habitantes hacia el este se encuentra golpeada desde el lunes por cuatro focos de incendios, la mayoría de ellos ya bajo control. Hasta el viernes, ardía la cima del cerro El Cable a unos 900 metros de un barrio popular.
El fuego arrasó 17.192 hectáreas en todo Colombia en los últimos tres meses, debido a la sequía ligada al fenómeno de El Niño. Los incendios afectan a bosques, cosechas y ecosistemas montañosos en los que nace el agua.
Hay 17 focos activos de incendios en el país, exacerbados por el intenso calor y la escacez de lluvia, informó la ministra de Ambiente colombiana, Susana Muhamad.
La funcionaria detalló en la red social X que en los últimos días lograron controlar 14 incendios, y precisó que los focos aún activos están en los departamentos de Cundinamarca y Huila, con cinco casos cada uno; Boyacá y Magdalena, con dos, y Norte de Santander y Valle del Cauca, con uno, y también en Bogotá.
Frente al riesgo, las autoridades recomiendan evitar salir a la calle y usar barbijos ante la mala calidad del aire. Muchos habitantes del centro de la capital se quejan del olor a quemado y el humo.
Asimismo, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, evalúa si los incendios "llegan al punto" de obligarlo a "tomar decisiones restrictivas" a la movilidad de los ciudadanos.
El presidente Gustavo Petro decretó el "desastre natural" desde el miércoles y destinó recursos económicos para atender la emergencia. El mandatario pidió ayuda a los países miembros de Naciones Unidas para apagar las llamas.
Este enero podría ser el mes más caliente en los últimos 30 años y en febrero se prevén temperaturas aún más altas, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Se estim que la caída de lluvias ocurra recién en marzo.
Trabajan en el control del fuego la Sala de Crisis Nacional de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el Ejército, la Fuerza Aeroespacial y la Policía, con más de 170 máquinas extintoras y decenas de helicópteros.