A 15 años de la muerte de Luciano Arruga, el adolescente que estuvo desaparecido durante seis años y cuyo cuerpo fue hallado en 2014 enterrado como NN en un cementerio, familiares y amigos marcharon esta tarde con la consigna "Sin justicia siempre habrá fuego".
“No es justo tener que poner tanto cuerpo para poder saber qué pasó con un joven de 16 años que se negó a robar para la Policía”, dijo a los presentes Vanesa Orieta, hermana de Arruga, antes de comenzar la manifestación.
La movilización contó con la presencia de referentes de organismos de derechos humanos y antirrepresivos, y dio inicio en el cruce de avenida General Paz y Mosconi, desde donde caminaron hasta la plaza Luciano Arruga, ubicada en Pringles y Perú, en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador.
Matías Bregante, integrante de Espacio para la Memoria Luciano Arruga, que funciona en el exdestacamento donde denunciaron que el adolescente había sido torturado en 2009 previo a su desaparición, dijo más temprano a Télam que se realizaría "una actividad cultural en la que hablará la familia, una muestra de fotos y de banners con muchos casos de desaparición forzada en democracia y un cierre musical con Sara Hebe".
Al comenzar el acto, la hermana de Arruga señaló: “Es un momento más de recordarlo, pero también es un momento más para poder cristalizar que llevamos 15 años de organización y de lucha intentando llegar a la verdad y a la justicia”.
“Por más que esté bien el encuentro, por más que siempre en nuestros corazones la resistencia sea nuestro motor de lucha, no corresponde que tengamos que poner tanto esfuerzo físico, psíquico y emocional, para poder lograr la condena a todos los responsables. No solamente a los responsables materiales, a esos policías que tenemos con nombre y apellido, y a muchos otros que no sabemos con nombre y apellido pero que participaron también y que pudieron ser invisibilizados de la causa producto de la impunidad de la Justicia provincial”, aseguró la mujer.
Posteriormente comenzó la marcha, encabezada por Mónica, la madre de Luciano, quien llevaba junto a otras personas una bandera blanca con la frase “15 años que arda” y un dibujo del rostro de su hijo en el medio.
Actualmente, la causa que desde 2017 tramita en el Juzgado Federal 1 de Morón por "desaparición forzada de persona" no tuvo mayores avances.
"Todavía sigue en etapa de instrucción como venimos denunciando hace varios años y ni siquiera está incluida a esa causa lo del policía preso por infligirle torturas a Luciano previo a su desaparición. Todas esas trabas siguen cometiendo injusticia, nuestra familia sigue reclamando saber la verdad de todo lo que hizo la Policía esa noche con Luciano, mientras más pasa el tiempo van garantizando impunidad", expresó Bregante.
Luciano Arruga fue visto por sus familiares por última vez el 31 de enero de 2009, cuando salió de su casa en el Barrio 12 de Octubre, en la localidad de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, supuestamente para ir a un cyber de la zona.
Desde entonces, la madre y hermana de Arruga recorrieron hospitales, morgues y comisarías buscando al adolescente, aunque sin éxito.
Cinco años más tarde, tras una denuncia del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), se logró la exhumación de un cuerpo enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita y se confirmó que se trataba del joven.
Investigaciones posteriores determinaron que Arruga murió la misma madrugada del último día de enero, cuando cruzó corriendo avenida General Paz, a la altura de Mosconi, y fue atropellado por un auto.
Como consecuencia del accidente fue trasladado al hospital Santojanni donde falleció y, dado que no tenía identificación y, supuestamente, nadie reclamaba su cuerpo, fue derivado a la morgue como NN.
Sin embargo, los familiares del adolescente aseguraron haber concurrido a ese centro de salud en su búsqueda y denunciaron que el joven fue atropellado mientras era perseguido por policías de Lomas del Mirador, que ya lo habían detenido varias veces porque se negaba a robar para ellos.
En tanto, el 15 mayo de 2015, el policía Julio Torales fue condenado a diez años de prisión por torturar a Arruga antes de su desaparición, en un fallo unánime del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de La Matanza, que lo consideró coautor del delito de "torturas".
Para los jueces Diana Volpicina, Gustavo Navarrine y Liliana Logroño quedó acreditado que el 22 de septiembre de 2008, entre las 11 y las 19, Arruga estuvo alojado en el sector de la cocina del destacamento de Lomas del Mirador, tras haber sido detenido como sospechoso de un robo y allí fue torturado a golpes "con un elemento duro o romo" por Torales, mientras otro policía lo sostenía.
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