Según el último estudio difundido por Zuban Córdoba, el 60 por ciento de los argentinos desaprueba las amenazas de ajuste de Milei hacia las provincias. El gobernador Axel Kicillof es el dirigente político con la mejor imagen del país, la CGT mejoró su imagen a partir del reciente paro, la aprobación a la gestión del presidente Javier Milei cae sostenidamente y la mayor parte de la población desaprueba el rumbo general del gobierno.

Los datos se desprenden de la última encuesta realizada por Zuban Córdoba, la consultora que dirigen los cordobeses Paola Zuban y Gustavo Córdoba, realizada entre el 25 y 26 de enero pasados, sobre una muestra de alcance nacional de 1500 casos, con un margen de error de 2,5 puntos porcentuales.

En el módulo “políticas públicas”, el 60 por ciento desaprueba que Milei gobierne por decreto, en caso de que se desapruebe la ley. El número indica que ya entre los que sostienen esa negativa, hay votantes suyos y un número muy similar, superior al 58, desaprueba la idea de descargar el ajuste sobre las provincias.

El siguiente dato cobra relevancia para los legisladores nacionales. Entre el 47 que esperan que la ley sea finalmente rechazada y el 17,5 que reclama que el legislativo ponga un límite a Milei, suman casi dos tercios.

A la vez, un contundente 80 por ciento sostiene que el ajuste lo está pagando la gente y no la casta y un 65 por ciento reconoce que el ajuste no recae sobre la casta, lo que implica el reconocimiento de la ruptura del contrato electoral, que se extiende hasta sus propios votantes.

Las imágenes de los políticos

Axel Kicillof tiene 45,5 de positiva y 53 de negativa, Victoria Villarruel 45,4 y 53,1 y Patricia Bullrich 44,4 y 55,3 respectivamente. Ya fuera del podio, por orden decreciente, Javier Milei tiene 44 y 55, Manuel Adorni tiene 41 y 50 y Cristina Fernández 40,5 y 59.

Llama la atención, en primer lugar, el rápido desgaste de las figuras del nuevo gobierno nacional, que perdieron cerca de 10 puntos en apenas un mes y medio. Luego, la aparición en ese pelotón del vocero presidencial Manuel Adorni, un funcionario de menor jerarquía pero de máxima visibilidad.

Por último, y a pesar de la compleja situación que le toca pilotear, el gobernador se mantiene en niveles muy similares a los de la campaña y la ex presidenta vuelve a crecer, incluso desde su silencioso retiro patagónico.

La CGT, históricamente una institución denostada, mejoró su performance y hoy se encuentra en el pelotón del medio, con 39,6 de positiva y 57 de negativa, por encima de Mauricio Macri (35 y 63), de Karina Milei (35 y 48), Luis Caputo (35 y 57) y Martín Menem (34 y 43). En el fondo de la tabla se ubica Federico Sturzenegger, el ministro sin ministerio y coordinador de la ley ómnibus, con 29 y 53.

En el análisis que precede a los números, los politólogos resaltan dos conceptos: “consensos precarios” y “aceleración”. Se refieren a procesos y tendencias que comenzaron a detectar en tiempos de Mauricio Macri, que persistieron durante la gestión de Alberto Fernández y que hoy se acentúan.

Mencionan la creciente volatilidad de la opinión pública,  lo efímero de los apoyos y lo acotado en el tiempo de las credibilidades, que pueden terminar abruptamente por hechos como la fiesta de Olivos o, más recientemente, la ley ómnibus y la confrontación abierta con las provincias. Los resultados de la encuesta parecen confirmar tanto la persistencia de esa tendencia como su aceleración.

En el módulo “políticas públicas”, el 60 por ciento desaprueba que Milei gobierne por decreto, en caso de que se desapruebe la ley. El número indica que ya entre los que sostienen esa negativa, hay votantes suyos y un número muy similar, superior al 58, desaprueba la idea de descargar el ajuste sobre las provincias.

El siguiente dato cobra relevancia para los legisladores nacionales. Entre el 47 que esperan que la ley sea finalmente rechazada y el 17,5 que reclama que el legislativo ponga un límite a Milei, suman casi dos tercios.


Cuestiones ideológicas

Más del 56 por ciento desacuerda con la idea de que el libre capitalismo de empresa puede terminar con la pobreza, como pontificó el Presidente desde el World economic Forum de Davos. El 87 por ciento no cree que el cambio climático sea un invento socialista. 

El 79 por ciento cree que el Estado debe mantener control sobre ciertas áreas estratégicas de la economía. El 57 por ciento cree que el Estado debe intervenir de alguna manera en la formación de precios.

Es evidente que estos porcentajes superan a los que obtuvo el candidato de Unión por la Patria en el balotaje de noviembre, cuando fue electo el autopercibido liberal libertario. 

La pregunta inevitable es si estas posiciones a favor de la intervención y protección estatal se formaron en las últimas semanas o si, como sostienen los consultores, los electores, en buena medida, toman decisiones con independencia de las coincidencias ideológicas con los candidatos, movidos por factores emocionales.


Milei: "Los voy a fundir"

El conflicto entre Milei y los gobernadores de todas las fuerzas políticas, incluido el Pro, comenzó con el ingreso del proyecto de ley ómnibus a la cámara de Diputados y fue subiendo de tono con el correr de los días. Los temas en disputa incluyen la compensación por ganancias, las retenciones a distinto tipo de retenciones y las modificaciones a los marcos regulatorios de distintas actividades como la pesca y el biodiesel, entre otros.

En la última reunión de gabinete, con las negociaciones trabadas, Milei dijo "los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos". El ex ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, hombre de Eduardo Eurnekian como Milei, fue despedido por la filtración a la prensa, lo que implica un reconocimiento tácito del presidente de la amenazante frase.

Respecto del supuesto "festival de recursos" que según voceros de gobierno nacional habría recibido la provincia de Buenos Aires, el ministro de Economía, Pablo López, explicó recientemente, a través de una nota publicada en Buenos Aires/12: "de cada 100 pesos que distribuye el gobierno nacional, 89 se reparten por coparticipación y la PBA recibe algo más que 20, mientras que 11 pesos se distribuyen de forma no automática y la provincia recibe el 40%, es decir, entre 4 y 5 pesos. Esto hace que la provincia de Buenos Aires reciba entre 24 y 25 pesos de cada 100 que distribuye el gobierno nacional".

"A todas luces, estos recursos son insuficientes para las necesidades de nuestra provincia que concentra el 38% de la población y el 44% de la pobreza del país. En definitiva, no es ni fue un festival, tampoco fue fruto de decisiones caprichosas para beneficiar a la provincia de Buenos Aires o al gobernador Axel Kicillof. Hay una realidad objetiva que avala esas transferencias y nadie puede negarla, salvo que la intención sea justificar decisiones que sí tienen una clara naturaleza política: traicionar el federalismo, asfixiar económicamente a las provincias, en especial a la PBA", concluye López.

La encuesta es anterior al incidente diplomático con Colombia, causado por las declaraciones públicas de "asesino" de Milei a su par de ese país, Gustavo Petro.