Era el capítulo que faltaba para cerrar el tríptico sobre la Segunda Guerra Mundial iniciado con Band of Brothers y que tuvo su continuación con The Pacific. La tierra, el agua y ahora Masters of the Air (sus dos primeros episodios ya están disponibles en Apple TV+) lo deja claro desde su título. Será el turno de los B-17 y sus batallas contra la no menos célebre Luftwaffe germana a miles de metros de altura sobre el Mar del Norte. El fuego obviamente fue –y es- parte integral de todos los proyectos que llevan la firma de Steven Spielberg, Tom Hanks y Gary Goetzman como sus productores ejecutivos. Habría que añadir la camaradería como el quinto elemento esencial de esta entrega de nueve episodios (cada viernes se estrenará un nuevo capítulo). “Es gente en el cielo batallando y lo que esperamos es que la audiencia esté dentro de la acción. Es un programa repleto de historia real y profunda, es fascinante que esto haya pasado y ahora podamos contarlo”, asegura Goetzman. Página/12 participó de una conferencia de prensa virtual con el realizador y gran parte de su elenco.
Basada en el libro homónimo de Donald L. Miller, Masters of the Air tiene como protagonistas al escuadrón aéreo conocido como “los cien sangrientos” que tenía el objetivo de “acorralar a Hitler en su patio trasero”, tal como dice el militar Gale “Buck” Cleven (Austin Butler de Elvis). Un auténtico cowboy aéreo de Wisconsin al frente de esa flota junto al temerario John “Bucky” Egan (Callum Turner). La serie pone en la mira a estos dos camaradas y al resto de sus compañeros, entre los que se destacan un navegador aéreo (Anthony Boyle), dos pilotos (Barry Keoghan y Nate Mann), un mecánico Raff Law. La dramatización de personajes y eventos verídicos, según Turner, es uno de los diferenciales de la entrega. “El 77 % de estos tipos morían o terminaban como prisioneros de guerra, eso los tenía que afectar en su cuerpo y mente. Horas después de una misión fallida tenían que volver a subir al avión porque el trabajo no estaba terminado”, dice el actor británico.
La obsesión de Spielberg por lo bélico viene de mucho antes que ese de haber cruzado el Rubicón audiovisual con Rescatando al soldado Ryan. Desde sus días como realizador amateur (el corto “Escape to Nowhere” data de 1961 cuando tenía 15 años), pasando por la comedia 1941, y el capítulo “La misión” de Cuentos asombrosos donde un B-17 dañado aterrizaba gracias a la imaginación de uno de sus artilleros. “¿Por qué los de mi generación volvemos una y otra vez a la Segunda Guerra Mundial? Fue el evento histórico con héroes y villanos divididos con claridad. Sí, fueron guerras brutales y con resultados horribles, pero fue por una causa justa y se venció. En nuestra mente sigue resonando como algo que fue importante y define las líneas de lo complicado que fue todo en ese momento”, apunta Groetzman.
Masters of the Air, entonces, funciona como una intervención estricta al género que se propone revisitar. Su narrativa le dedica una larga parte del metraje a su vida en las pistas inglesas de Thorpe Abbotts, los altercados de los estadounidenses con la RAF, pero donde realmente se destaca es en esos minutos en los que se siente el repiqueteo de las municiones en el cielo, las respuestas antiaéreas nazis, y a las “fortalezas voladoras” haciendo su trabajo o pereciendo en el intento. Sí, Masters of the Air es de esos retratos que se anclan sobre la bravura y valentía en el frente de batalla que en esta ocasión sacude a miles de metros de altura.
La puesta en escena, como sucedía en Sin novedad en el frente (Edward Berger; 2022), emplea una poética visual embelesada por aquello mismo que critica. “Si no prestás atención a lo que está pasando, es hasta bello”, dice Cleven en una escena que observa un combate nocturno a la distancia. Claramente, a diferencia del aspecto documentalista de Band of Brothers, esta producción –dirigida por un crisol de realizadores de la talla de Cary Joji Fukunaga, Anna Boden, Ryan Fleck, Dees Rees, Tim Van Patten- apuesta por la prepotencia de los colores vivos pastelados. El relato, por su parte, contrasta la heroicidad con la inocultable ferocidad de la guerra. Es así como la primera misión resulta fatal para el equipo de aviadores.
De todas las historias, la que realmente se destaca es la del “bromance” entre “Buck” y “Bucky”. Los dos amigos que partieron de los Estados Unidos y se encuentran del otro lado del Atlántico con la noción de que podían morir en cualquier instante. Austin Butler concuerda con esta mirada sobre los Majors Cleven y Egan. “Lo de ellos marca el núcleo y el ritmo”, asegura el intérprete que viene de encarnar al rey del rock & roll, y aquí transita la pantalla, al menos en un principio, como Iceman de Top Gun pero en 1943.
El personaje de Callum, como contraparte, tiene algo de la estampa de Maverick. “Es cierto, pero después cuando ven la brutalidad de la guerra cambian. Cleven es un tipo con un sentido estoico. Esa mentalidad de vieja escuela que recuerdo en mi abuelo, de esos tipos que parecían no sentir dolor. Cleven es de los que está en un cruce de caminos, en un momento que lo va a redefinir como persona, en los que el miedo y la realidad son una sola cosa, pero sabe que tiene que volver a subirse al avión y mostrar liderazgo. Su trabajo era aterrador y lo sobrevolaba”, apunta Butler.
u compañero de elenco refiere a como estos jóvenes de poco más de veinte años tenían que ocultar sus emociones. “Durante la investigación para el personaje, me dijeron que durante la guerra tu personalidad se expande de 1 a 10. John Egan es de los extrovertidos, así que lidiar con la muerte de sus amigos y los que debe proteger –porque ese era su trabajo-, me dio la chance de sacarle el paquete a su identidad. Cuando bebe, realmente bebe. Cuando canta, realmente canta. Cuando batalla, realmente batalla. Es un volcán a punto de hacer erupción”, dice Callum.
-¿Qué aprendieron de esta historia y de sus personajes?
Austin Butler: - Gale Cleven y John Egan vivían bajo un código de nobleza y fortaleza. Se enlistaron antes del ataque a Pearl Harbour. Los motivaba algo muy grande y creo que no tenían noción del desafío a nivel físico y psicológico que enfrentaban. Los respeto muchísimo, a ellos dos y a todos los que combatieron, por lo que era lo correcto. No sabía nada antes del casting y fue un gran aprendizaje. El libro de Donald L. Miller, para empezar, o ver videos hogareños: lo primero de lo que me di cuenta es de que eran tipos muy valientes.
Callum Turner: -Yo vengo de Inglaterra y pensé en mi abuelo que combatió a los 16 años. Desde un comienzo hay algo innegable: esta historia es conmovedora y se trata de honrar a los que la lucharon. Sabían que era muy probable que murieran en la guerra, pero iban y los hacían. Es una experiencia que te tiene que afectar. Lo más sorprendente era su determinación. Así que es un verdadero honor haber sido parte del proyecto.
-¿Cómo dieron con ellos teniendo en cuenta que ninguno es un personaje de ficción?
A.B.: -Es diferente cada vez. ¿Cómo enciendo el fuego? El corazón lo percibís, pero tenés que acceder a ellos desde el desconocimiento. Al menos en mi caso es así, soy muy abierto a todas las posibilidades; lo que lees, lo que absorbés e investigas. Y desde ahí empezás a crear. Puede ser algo físico, coómo caminan, o cómo hablan o respiran. Es un ida y vuelta entre lo que hace a alguien quién fue y las memorias que vos estás evocando. Es darle forma a esa exploración.
-¿Qué significó Masters of the Air para ustedes durante la realización y ahora que pueden ver al programa con cierta distancia?
C.T: -Fue algo diferente de cualquier película o serie en la que estuve involucrado, resultó una experiencia agotadora de diez meses. Y las últimas semanas las dedicamos a registrar lo que pasó en los campos de detención. Fue despiadado. Creo que no quedaba nadie del elenco original, así que cuando terminó estaba aliviado. Fueron diez meses durísimos, pero fueron los mejores diez meses de mi vida. El nivel de la producción fue colosal. Nunca ví algo así y no creo que vaya a volver a vivirlo. De hecho, Steven Spielberg dijo que es la producción más grande de la que fue parte. Y si lo dijo Steven Spielberg, tenés que creerlo.
Elenco
El resto de la tripulación
Barry Keoghan (Lt. Curtis Biddick): “Todavía estoy aprendiendo de tipos como Curtis Biddick. Lo que hacían con los B-17 es absolutamente impresionante. No tenían duda de lo que tenían que realizar. Cambió mi percepción de la Segunda Guerra Mundial. Sus amigos iban y venían, y ellos seguían adelante”.
Raff Law (Sgt. Ken Lemmons): “Era un mecánico que no formó parte de los vuelos. Es los que tuvo la vista y su mente en el suelo, así que fue una responsabilidad encarnar a los héroes olvidados. Tiene su momento de gloria cuando logra arreglar un B-17 justo antes del despegue. Fue algo que pasó y representa muy bien a mi personaje. Esta es una historia particular de la guerra y ayuda a ver ese conflicto como un todo. Eran muy jóvenes y la tasa de muerte era altísima. Debería ser terrible, no solamente para los que se morían sino para los que llegaban”.
Nate Mann (Major Rosie Rosenthal): “Nuestros personajes están todo el tiempo juntos cuando están en el medio de una misión. La serie busca retratar su hermandad arriba y también en la base. Dependían el uno del otro. Muchos de los excombatientes decían que tenían muy en claro el objetivo por el que combatían, pero a la hora del combate, lo que les importaba era pelear por sus compañeros. Band of Brothers es la primera serie que representó eso de manera tan clara. Fue el primer programa bélico que vi entero y The Pacific fue igual de emocionante. El hecho de que ahora fuera en el aire, algo que para Steven Spielberg es particularmente especial, fue un gran honor”.
Anthony Boyle (Major Harry Crosby): “Tom Hanks nos dio algunos consejos geniales sobre cómo interpretar cada escena. Tenés que hacerlo por lo que vale ese momento y no por toda la historia. Yo encarno a un navegador aéreo, Harry Crosby, que tiene un hermoso arco. Empieza equivocándose fuerte, por un error suyo casi terminan en las costas de Francia despedazados por los nazis. Está muy nervioso, cree que no va a superarlo, y logra vencer todos sus miedos. Lo loco y más fuerte es que este tipo existió y lo que le pasó es real”.