"Nosotros vemos la actualidad con mucha preocupación, sobre todo desde el ámbito del cooperativismo y la recolección de residuos. La inclusión social que se genera con la recolección y la separación en origen es una política pública que a éste gobierno no le interesa desarrollar. De hecho, al ministerio de Ambiente le bajaron el rango y lo convirtieron en una secretaría, eso indica hacia donde va el proyecto de La Libertad Avanza. Eso es de terror y determina una posición política que se agrava con el DNU, la ley ómnibus y todo lo demás." Quien habla es Ramiro Martínez, el presidente de la cooperativa Creando Conciencia y de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (CONARCOOP). Su reflexión compartida con BuenosAires/12 nace a partir del paro general llevado adelante el miércoles pasado cuando, junto a sus colegas de la confederación, marchó en rechazo del DNU y la ley ómnibus que impulsa ejecutivo nacional. Lo mismo hicieron en La Rioja, Colón, Gualeguaychú y Santa Fe capital.
Creando Conciencia se encuentra en Benavídez, dentro del partido bonaerense de Tigre, y está integrada por ex cartoneros. Es una cooperativa de recicladores y recuperadores urbanos con más de 20 años de experiencia que cuenta con 105 asociados y asociadas dedicados a recolectar, separar, clasificar y reciclar residuos con dos grandes objetivos: el cuidado ambiental y la reinserción laboral. Fue creada en 2006 como resultado de la preocupación de los vecinos por la disposición final de la basura y las condiciones precarias de trabajo de los cartoneros. Además de tener sus propios circuitos de recolección, los cooperativistas comenzaron a trabajar con materiales alternativos como la madera plástica y el telgopor.
Martínez explica a este diario que, ante las medidas que propone el presidente Javier Milei, "el camino a seguir tuvo su primer paso el miércoles 24", donde junto a las centrales sindicales, las organizaciones sociales de todo tipo "y muchos vecinos y vecinas que sin ninguna convocatoria política ni relación partidaria estuvieron presentes", se manifestaron porque entienden que "este proceso ya lo vivimos en nuestro país y aquellos que tenemos más de cuarenta años sabemos que es un circuito que terminará en una recesión total, y con un proceso de destrucción del entramado social".
Junto a sus compañeros de CONARCOOP, Martínez visitó el congreso donde expuso su visión ante el bloque de diputados de Unión por la Patria. El dirigente subraya que "la gran mayoría supo escuchar" y agrega que "hay que partir de la base de que estamos ante un gobierno nacional que desconoce el cambio climático y todos los impactos que tiene sobre las comunidades" y advierte que, teniendo en cuenta eso, "todo el resto es posible". En la llamada ley ómnibus, oficialmente denominada ley de “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, el gobierno nacional planteó modificaciones en la ley de glaciares, la ley de bosques, la ley de quema y la de manejo del fuego, entre muchas otras.
Si bien en el paquete de leyes que se debate actualmente no existe un apartado específico dedicado a las cooperativas, el ajuste y la asfixia que propone La Liberad Avanza golpea al cooperativismo porque las provincias y los municipios se verán entre la espada y la pared a la hora de girar los fondos para los trabajadores que componen el entramado del asociativismo. De hecho, días atrás, el intendente de Pila, Sebastián Walker, le dijo a este diario que "está totalmente condicionado el trabajo que le daremos a las cooperativas". Más allá, de los fondos y del apoyo que pueda brindar cada jurisdicción, las cooperativas ya sufren en su cotidianidad las consecuencias de las medidas económicas implementadas por el ministro Luis Caputo.
El principal insumo que utiliza el circuito de recolección de residuos es el combustible. "¿Cómo pensás que nosotros no nos veamos afectados? Si en un mes aumentó el 100 por ciento el valor de la nafta, de ahí en más ¿qué podés esperar? Ni hablar de la suba de los precios en los comestibles, o de que el material que reinsertamos en el mercado ya no tiene el mismo valor", lamenta Martínez, que también señala como "un peligro" la apertura "indiscriminada" de las importaciones. "La apertura que propone Milei incluye a los residuos de otros países y eso desprecia el trabajo local de las cooperativas en la gestión de residuos", explica el cooperativista, y cierra: "Lo peor es que sabemos todo el tiempo que cuesta reponer y reconstruir ese círculo virtuoso, o al menos intentarlo".
Recolección de residuos en las Islas del Delta
Creando Conciencia gestiona todos los residuos en la zona continental de Tigre. La cooperativa tigrense se aboca a la separación y segregación de los residuos en origen porque "es la única forma de generar aumento en los índices de recolección, que permiten la organización de materiales y que estos no se degraden al contaminarse con aceites, grasas y demás". El presidente de CONARCOOP resalta que "siempre ha sido un desafío el tema de la recolección en las islas del Delta" y por ese motivo idearon un trabajo entre cooperativas que llevan adelante hace más de un año.
Durante los primeros días de 2024, Creando Conciencia y el Centro Comunitario y Gestión de Materiales Reciclables Caraguatá, que se encuentran nucleados en la organización "Tierra sin mal", continuaron con la recolección de residuos isleños. Martínez explica que la zona de las islas de Tigre tiene "mucha masa geográfica y poca densidad poblacional", lo que genera que haya mucha distancia entre las personas que viven allí.
"Todo el sistema de recolección municipal es a través de un prestador y una lancha, pero nunca hubo una campaña de recolección diferenciada. Lo que estamos haciendo acá es trabajar la diferenciación y, de hecho, la gente de Caraguatá trata los materiales orgánicos porque quedan en la isla, lo compostan y lo usan en las huertas comunitarias", amplía.
El de arroyo Caraguatá es un centro comunitario que se transformó en cooperativa multipropósito. Entre los objetivos reproductivos que se trazaron se encuentra el reciclado. Martínez relata que la conversión del centro comunitario al cooperativismo "se dio en base a un trabajo que veníamos haciendo desde la CONARCOOP, en el marco del programa Incubadora de cooperativas de reciclaje".
Los integrantes de la organización Tierra sin mal ya realizaban trabajo voluntario de gestionar los residuos de los vecinos. Si bien notaron que cada vez tenían mayor volumen de basura, "por las limitaciones físicas que tiene la isla sólo podían preclasificar los residuos y no los trataban", explica Martínez. En ese contexto, CONARCOOP colaboró para matricular la cooperativa y, junto al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), financió la ampliación del lugar de trabajo para que los isleños pudieran gestionar sus residuos.
Cada diez o quince días Tierra sin mal lleva adelante la recolección de residuos, que ahora se amplió incluso a las escuelas, y envía el material al club de lanchas Soeba, una amarra pública que fijaron como punto de acopio, ya que queda a diez minutos de Creando Conciencia y a sólo quince del Centro Comunitario y Gestión de Materiales Reciclables Caraguatá.
Hoy en día, en promedio, entregan entre 150 y 200 kilos de material reciclado por viaje. "Nuestra cooperativa vuelve a preclasificar, reinserta el material y articula la devolución de la madera plástica, que a los de Caraguatá le sirve para ampliar el muelle donde trabajan y de paso arman un ecopunto en la escuela, junto a una compostera orgánica", detalla el presidente de Creando Conciencia, que describe el proceso como "un círculo virtuoso que nos ha potenciado", ya que hacen "un muy lindo trabajo en un lugar complejo", gracias a "la voluntad de dos vecinos que aportan sus lanchas para hacer el recorrido".