“Esto no se trata sobre mí”, dirá Rick Grimes en más de una ocasión del episodio que inicia la octava temporada de The Walking Dead. ¿Pero es realmente así? El héroe por antonomasia que durante los 99 episodios de la serie batalló con más o menos éxito en ese mundo devastado repleto de zombies, cuidó a los suyos, enviudó, se volvió cruel, taciturno, errático, al punto que en este último período anduvo cabizbajo y con la mirada más perdida que nunca. Que en la apertura del capítulo 100 lo muestre en un despertar es una clara autorreferencia por cómo se inició esta historia y también una especie de reseteo. “Mercy” (así se llama el episodio que se verá hoy por FOX Premium a las 22.30) marca un nuevo punto de no retorno, un relanzamiento y quiebre narrativo marcado por mayor acción y violencia, según adelantaron sus productores. Claro que para eso suceda, Rick deberá acabar con su gran antagonista: Negan, el hombre del bate forrado de púas. La premiere se podrá ver sin costo adicional ya que la cadena liberó por varios días sus señales y el live streaming en su App. Así que hasta el día de hoy, quien quiera ponerse al día, podrá hacerlo en la plataforma FOX Play.
La temporada ocho, anunciada como la “guerra total”, sería un combate esparcido en dieciséis largos rounds-episodios (divididos en dos partes). Lo cierto es que en el capítulo de apertura, la tropa de Rick Grimes (que ha logrado unir a los miembros de El Reino y La Cumbre) entrará en colisión con la de los “Salvadores”. Aunque The Walking Dead tenga confirmada una novena temporada para 2018, nunca como hasta ahora se había acercado a su propio cataclismo. La merma constante en la audiencia entregó, durante la última temporada, el rating más bajo en cinco años. Llamativo para una serie que se vanaglorió de ser uno de los grandes hits de la primera década de este siglo. Hay una explicación a ese abandono de sus seguidores, la propia narrativa de la serie se venía asimilando al andar perdido y monótono de los walkers. El subidón de adrenalina del episodio 100 se debe seguramente a ese gran llamado de alerta. Basta de diálogos extendidos; un hachazo al timing perezoso; no más vacilaciones en los protagonistas; la deriva de los distintos clanes –incluyendo a los zombies– ha llegado a su fin, y en este sentido todos se encaminan al mismo punto: la guarida de los motoqueros que los habían sometido a su antojo. “Esto es mejor que sentarse a esperar, ¿no?”, le pregunta antes de que comience la batahola Daryl a Carol. Y su compañera de andanzas responderá que sí... al igual que la audiencia del otro lado del televisor.
La gran pregunta es si la saga de muertos vivos, basada en el comic de Robert Kirkman, podrá mantener esta tensión o si se trata de su canto del cisne. En un capítulo con más de un climax, el propio Grimes es el encargado en dar el gran discurso antes de la contienda. “¡Somos todos uno!”, envalentona quien luego volverá a recordar que “esto no se trata sobre mí”. Frase difícil de sostener cuando los acontecimientos siguen tres grandes líneas centradas en el personaje interpretado por Andrew Lincoln: la del presente, un flashfoward demasiado placentero y otro que asoma cruento (“Mi misericordia es mayor a mi ira”, anuncia entre lágrimas). ¿Así será el futuro o se está allanando el terreno para la despedida del sheriff? Todo puede pasar en la serie que tuvo predilección por aniquilar a sus personajes queridos. Por si hiciera falta, Robert Kirkman señaló en la última Comic Con que “nadie está a salvo”. “Todavía tengo un poco de bendición en mi cuerpo, pero se hace más difícil. Llega un momento, cuando estás rodando por la tierra cubierta de sangre zombi con un hombre de mediana edad, que pensás, ¿queda alguna dignidad en esto?”, sumó Lincoln.
El team de creadores (Gale Ann Hurd, Scott M. Gimple, David Alpert, Greg Nicotero) ha dejado en claro en varias entrevistas y convenciones que se está ante una nueva fase de esta historia y que esperan que The Walking Dead llegue a los doscientos episodios. La base está. Los eventos que se inician con esta temporada se vinculan con el comic 115 y hacia noviembre se editará el material de la historieta 173. Por otro lado, se confirmó un crossover con la apetecible Fear The Walking Dead a través de un personaje ya conocido.
Si hubo una razón que salvó a esta última fase de The Walking Dead del oprobio total y tirar la toalla es pura y exclusivamente gracias a Negan. Ese villano hecho para odiar y amar al mismo tiempo. Más que el líder de la banda rival, el ex vendedor de autos usados es un sujeto que disfruta del caos y el terror. Mejor preparado para un universo postapocalíptico que ningún otro, logró transformar al ruin del Gobernador en un tímido boy scout, y si algo fallara ahí están sus one liners tan hirientes como su bate Lucille: “Espero que no traigas tus pantalones nuevos porque estás a punto de cagarte encima”, dirá hoy en un momento crucial. Si la serie sigue en una décima temporada, se le deberá y mucho a la encarnación sardónica de Jeffrey Dean Morgan. “Creo que Negan es un tipo que tiene algo. Posee eso que lo hace atractivo de seguir; un poco es el miedo, un poco es su carisma y un poco de que es un sentido del humor”, dijo el actor sobre su rol. Morgan, quien se declaró un seguidor del comic, no ve a Negan como un “psicótico total”; de hecho declaró que ve muchas similitudes entre él y Rick y que si se hubiera visto su historia desde el primer día el público estaría de su lado. Un episodio sobre la vida de Negan antes del cataclismo se está haciendo desear. Quizá nunca se haga pero se da por descontado que en el horizonte próximo habrá muertes que se sumarán a las otras 43 bajas de las importantes que ya tuvo la serie. Se sabe que las oficinas donde los actores leen los guiones de la serie están decoradas por las imágenes de los caídos en combate, y que todavía hay lugar de sobra en esas paredes.