–Gracias por hacer esto. Los van a llamar de la Agencia Gubernamental de Control, que son los que hacen las clausuras.
–Sí, con ellos nos queremos comunicar, les pedimos la información y no nos la pasaron.
–Yo los voy a contactar con... Ricardo Pedace, de parte mía.
–¿Ricardo Pedace? Perfecto, si tiene un número lo llamamos ahora.
–No, no. Yo los hago comunicar. ¿Tienen los datos acá?
Quien promete el llamado del titular de la AGC es nada menos que Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La promesa se la hizo a los representates del colectivo #ElTangoNoSeClausura el 23 de agosto, mientras se retiraba temprano del Luna Park, donde se celebraba la final de la categoría escenario del Mundial de Tango. Es decir, fue hace dos meses. La conversación fue filmada y se puede encontrar en Youtube. Pero desde entonces Pedace no se comunicó con la gente de #ElTangoNoSeClausura, aunque la AGC sí dio lugar a los pedidos de informes que hizo el colectivo. Las clausuras, sin embargo, siguen sucediéndose a ritmo de dos o tres por semana. La última, que volvió a caldear los ánimos en el circuito, fue en El Fulgor. Una semana la clausuraron sin motivos –y la AGC se retractó–. A la semana siguiente los “vampiros”, como se conoce en la jerga a los inspectores, desalojaron a todos los bailarines.
Mientras todo eso sucede, la Ley de fomento a las milongas impulsada por distintas agrupaciones del sector sigue esperando su reglamentación. “Hay promesas, pero todavía nada concreto”, señalan desde la Asociación de Organizadores de Milongas, una de las entidades que participó del armado de la ley. Pero la paciencia no es infinita. Mientras en la AOM esperaban las promesas, las clausuras se sucedieron y los milongueros “de a pie” empezaron a movilizarse y organizarse. El eje de esa movilización es el colectivo #ElTangoNoSeClausura, que montó una protesta junto al Obelisco en julio, volvió a reclamar durante el Festival/Mundial oficial en agosto y participó del reciente festival en defensa de la cultura que se realizó en los bosques de Palermo. Las clausuras siguen, la reglamentación se demora y la paciencia se acaba. Ahora desde el gobierno porteño reiteran las promesas y le piden a la AOM que frenen futuras protestas.
El panorama no es alentador para los amantes del tango. “Mirá este volante del año pasado, de ‘Milongas de Buenos Aires’, que repartió el gobierno porteño”, propone la milonguera Dolores Giménez, referente de #ElTangoNoSeClausura. “Lista 61 milongas y al menos 15 ya no existen, porque fueron clausuradas o tuvieron que cerrar, es un descuido total del Gobierno que las promociona así, pero no las cuida”. El mismo volante comenta la creación del Centro de Estudios e Investigaciones sobre el Tango. Ningún miembro del colectivo pudo encontrar tal Centro y la búsqueda de PáginaI12 tampoco arrojó ningún resultado.
El único “avance” para el colectivo fue que, finalmente, la AGC dio lugar a sus pedidos de informes. En rigor, envió dos planillas de excel listando los lugares culturales clausurados entre enero de 2015 y septiembre de 2017. Son 386 en total, muchos de ellos, milongas o espacios donde funcionaba alguna. Pero el listado es incompleto, aseguran los milongueros. “Sólo de revisar 2015 y sabiendo qué lugares fueron clausurados ese año, ya podemos decir que hay varios que no figuran y el listado no señala qué criterio se utiliza para decir que un espacio es cultural o no”, comentan. Uno de ellos es el Club Premier, “con el que la AGC tiene una obsesión y lo clausuran a repetición”.
“Un segundo informe que nos dieron lista sólo 16 milongas clausuradas”, se sorprende Giménez. “Eso demuestra que la AGC tiene una distancia enorme respecto de la realidad: o no reconoce un lugar como milonga o no reconoce que la está clausurando”, observa. Los listados tampoco indican motivo de clausura. “No hay miras de que esto vaya a frenar, de que los funcionarios hayan tomado conciencia de que el tango es patrimonio, y no va a pasar hasta que el Gobierno junte a los inspectores nocturnos con funcionarios y milongas para pensar en el circuito, o al menos en el turismo, pero eso no va a pasar porque no hay un sector de trabajo entre áreas”, concluye Giménez. El único avance más o menos concreto que registra el tango pasa por la reglamentación de su ley de fomento. Pero nuevamente: tampoco los representantes de las asociaciones tangueras se muestran muy felices con la situación actual.
Julio Bassan, presidente de la Asociación de Organizadores de Milongas, cuenta que junto a otras agrupaciones del sector (las milongas independientes, la asociación de coreógrafos y bailarines, abogados de Cultura Unida y asesores de la diputada Andrea Conde -FPV-, que impulsó el proyecto) tuvieron una reunión con Ángel Mahler y Ricardo Pedace. “El eje de la reunión tenía que ver con que nos den firmada la reglamentación para este año”. Eso no sucedió, pese a que la ley marco establece un plazo máximo de 90 días para reglamentar una ley. Es decir que la de fomento a las milongas ya lleva seis meses en el limbo. También esperaban que se habilitara el presupuesto de 2017. “Nos dijeron que no la tenían presupuestada porque fue tratada en diciembre y ellos cerraron el presupuesto en septiembre u octubre”, cuenta Bassan.
“Dijimos que teníamos la promesa de Larreta de que se iba a definir y Pedace pidió disculpas por lo del Fulgor, los dos errores con una semana de diferencia. Primero por una mala clausura, que se retractó la AGC por primera vez en la historia. Y luego a la semana volvió a caer y echaron a todos a la calle. Pero en lo concreto Mahler dijo que hoy al mediodía iba a dar una respuesta para el tema y nos pidió un rato más. Así que estamos esperando”. Bassan comentó esto a PáginaI12 el jueves pasado. Aún no tuvieron novedades.
En el medio, se comenzó a discutir el presupuesto 2018 y nuevamente la perspectiva es sombría. “Es paupérrimo, se recortaron los fondos para todos los institutos. Será el 2 por ciento cuando el año pasado fue 2,74. Pedimos al menos el 3.5 para dejar de pucherear, porque no estuvo contemplada toda la producción independiente de la cultura”, detalla Bassan. “Le dijimos a Mahler que estamos expectantes y le advertimos que muchos quieren hacer una manifestación con todo”.
El malhumor en el sector se agudiza. Bassan lo resume con claridad. “Ya no queremos más reuniones. ¿Está la plata o no? En un año donde hubo decenas de clausuras, donde no hubo un apoyo para nada, un año muy difícil para todos los espacios, un año record para bajas de milongas. La última fue la Domilonga, la séptima que cierra en 2017. Tironean mucho de la piola. Que no hagamos manifestaciones ni esto ni aquello, pero necesitamos hechos y los hechos no aparecen”.