En medio de las negociaciones por la ley ómnibus, una parte de la oposición salió a reconocerse con la etiqueta de “responsable” y a pedir a los gritos una instancia de negociación. Mientras silaban por lo bajo y con resignación la idea de que el Gobierno “no se deja ayudar”, el Presidente los tildaba de “coimeros” y denuncia que si se oponen al megaproyecto de ley es porque tienen intereses espurios.

Aun así, la autoproclamada “oposición dialoguista” insiste con el diálogo y, a la vez, con llevar al recinto la propuesta del Gobierno de recibir la suma del poder público por un año y avanzar con un cierre virtual del Congreso. 

Así definió el escenario el presidente de la Juventud Radical porteña, Agustín Rombolá, con una durísima crítica a los propios representantes de su partido en la Cámara de Diputados. “Vemos una resignificación obligada de algunas palabras que creíamos que tenían otro significado. Como la cuestión de la gobernabilidad, el diálogo, la oposición, el cambio. Hay arbitrariedad a la hora de manipular algunos significados que nos llevan a este lugar”, dijo por AM750.

Y añadió: “Nos encontramos con actores políticos que se dicen opositores, pero al mismo tiempo pretenden otorgarle poderes plenipotenciarios a un gobierno que los tilda de coimeros, que no le ha hablado a la ciudadanía en su asunción, que emitió un DNU con una mirada extranjerizadora de los factores productivos”.

Entrevistado por Víctor Hugo Morales, dijo, por este motivo que observan que hay "personas de la 'oposición responsable' que están siendo bastante oficialistas y bastante irresponsables”. El razonamiento es evidente: “Si consideramos que esto es darle la suma del poder público a un Gobierno que tiene todas estas características y que esto llevaría aun cierre de hecho del Congreso, ya no hay tanto para decirse opositor, ni responsable, ni dialoguista”.