El tiempo que se perdió en la búsqueda de Santiago Maldonado por la actitud del Gobierno de proteger a la Gendarmería y sembrar pistas falsas contrasta con el apuro que desde la Casa Rosada tiene ahora para sacar conclusiones de los primeros resultados de la autopsia del cuerpo del joven tatuador. “Que no haya lesiones desmiente muchos testimonios y abre otras hipótesis”, se apresuró a declarar el ministro de Justicia, Germán Garavano, con el doble propósito de reforzar la idea de que los gendarmes no tuvieron que ver con la muerte de Maldonado y echar otro manto de sospechas sobre la comunidad mapuche. “La conclusión del juez y de todos los peritos que participaron de todas las partes fue respecto de la ausencia de lesiones en el cuerpo de Santiago, así que sobre esa línea veremos cómo evolucionan los estudios pero eso ya marca y despeja mucha de las cosas que se dijeron a lo largo de estos 80 días”, aseguró el funcionario. Así, Garavano puso en tela de juicio los testimonios de la comunidad mapuche, contra la que arremetió también al declarar que la zona donde apareció el cadáver es controlada de manera “férrea” por “un sector violento” que no permitió el acceso a los investigadores. Desplazada del centro de la escena por el Gobierno, que encontró en Garavano un vocero más amigable para hablar del caso Maldonado, la ministra de Seguridad mantuvo su silencio pero encontró el modo de insistir con su defensa de esa fuerza de seguridad.”Era cierto que no había ADN de Santiago en las camionetas de Gendarmería. Sin lesiones no hay sangre”, tuiteó el periodista Eduardo Feinmann y ella le puso “Me gusta”. Lo mismo hizo con otro tuit de Mariano Obarrio, otro periodista, que afirmó: “El cuerpo de Maldonado no tiene lesiones. ¿Cómo lo mató Gendarmería? Crece la hipótesis del ahogo por accidente. Nos acercamos a otro papelón K”.