“Nuestros clientes son nuestros trabajadores, y hoy el poder adquisitivo no deja de caer.” Daniel Rosato es el presidente de Industrias PyMEs Argentinas (IPA), y fue uno de los dirigentes del sector que se reunió con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, para transmitirle el padecer de las empresas bonaerenses. “Nos dijo que hay que estar unidos entre las cámaras que agrupan a la industria nacional y así poder llevar nuestros planteos al Gobierno Nacional”, señala.
“Tenemos que unirnos, trabajar, y pedir políticas activas para que no haya desempleo y fortalecer el tejido productivo de la provincia”, afirma Rosato luego del encuentro con Kicillof. Dice que el gobernador tomó nota de los temas y que comparte la visión de la dirigencia PyME sobre el peligro que se avecina en los próximos meses luego de que el gobierno mostrara interés en aumentar las retenciones a las exportaciones y dejar liberados los aumentos en la energía y el combustible.
“Le escuché decir al ministro Luis Caputo que en un año esto se iba a solucionar, pero yo creo que una PyME no aguanta un año", señala Rosato y amplia su visión sobre el escenario: "No hay tiempo, porque esto se agrava por el aumenta de la nafta, de la luz, del gas, se abren las importaciones, y no se cuántas pueden aguantar cuando hoy ya está cayendo la producción”.
En la charla con Buenos Aires/12, el presidente de IPA y titular de Papelera Rosato, la fábrica de su familia instalada en el Parque Industrial de Plátanos en Berazategui, cuenta que en estos primeros cincuenta días de gobierno de Javier Milei pudo reunirse con el Secretario de Comercio Exterior pero que “no pudo darle respuestas”.
“Plantean que no hay dinero, que hay que esperar y tener paciencia, vimos que no hay un proyecto para darnos una orientación y dicen que la situación económica hay que equilibrarla para ver resultados, pero sucede que hay realidades urgentes”, relata Rosato.
Pero para el dirigente hay una realidad irrefutable y es que desde el 2011 a la fecha se perdieron 3 mil PyMEs manufactureras exportadoras, algo que se acrecentará si el Gobierno Nacional sigue sumando impuestos. “Estamos exportando impuestos y no mano de obra de calidad”, remarca.
La reunión con Kicillof
“Axel nos habló de una causa común de la industria nacional”, cuenta Rosato sobre el encuentro con el gobernador; y advierte que “hay amenazas muy claras” para las PyMEs de parte del Gobierno Nacional y las medidas de libre comercio que proyecta. “Acá van a entrar productos terminados a precio dumping, es decir, un precio menor a lo que sale producirlo en Argentina”, señala.
Para el titular de IPA, las posibilidades de crecimiento de la provincia son muy altas, pero se necesita una definición política a nivel nacional que acompañe a la industria de menor escala. “El 80 por ciento de los insumos que se necesitan en Vaca Muerta, por ejemplo, provienen de la provincia de Buenos Aires, como válvulas y bombas, y eso puede crecer”, indica.
Pero, al mismo tiempo, considera que hoy se está viviendo un escenario similar a la década del ’90, con un proceso de importaciones indiscriminadas, donde “fundieron miles de empresas y hubo un 25 por ciento de desempleo y una destrucción de miles de familias”.
Junto a Rosato, también estuvieron presentes en la reunión Marcelo Fernández, referente de la Confederación General Empresaria; Daniel Cámpora de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios, Daniel Moreira del Frente Productivo Nacional, y Juan Ciolli del Movimiento Productivo 25 de Mayo, entre otros.
Ante todos, el gobernador destacó el peso productivo de la provincia de Buenos Aires, que representa el 50 por ciento de la actividad manufacturera del país. A su vez, remarcó el riesgo del sector producto de un "ajuste clásico y ortodoxo" llevado a cabo por el presidente Milei.
"Los ajustados son los trabajadores, los pequeños productores, los cooperativistas, los vulnerables, la Cultura, la Ciencia y la Universidad y las consecuencias recaen sobre la producción, la demanda, la baja del consumo y el poder adquisitivo”, apuntó Kicillof en sintonía con la lectura de Rosato y los dirigentes empresarios.
Un problema de incertidumbre
Para Rosato, el eje de las complicaciones que hoy se viven por responsabilidad del Gobierno Nacional está en la falta de claridad y reglas concretas para las PyMEs. “La ley ómnibus y el DNU y todo su debate hacen que no sepamos qué va a pasar, cuando parece que ahora no habrá retenciones a exportaciones industriales, pero no sabemos qué pasara después”, advierte.
“Un día un dice que se va dolarizar y al otro día otro dice que no”, indica.
Si bien reconoce que hubo un alivio en lo que respecta a las deudas que las PyMEs tenían con sus proveedores, señala que las complicaciones para acceder a dólares siguen vigentes y cada vez es más difícil importar a raíz de la brecha que se amplía entre el dólar oficial y el conocido como dólar blue.
“Hoy un importador trae a valor oficial, pero te vende a valor del blue”, explica. Para quien debe importar insumos, como es su caso, el sistema para trasferir dólares continúa con dificultades porque se hace a través de un banco privado que financia a las empresas a 150 días “a lo que se agrega un 18 por ciento de intereses en dólares”.
También cuenta que el Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL) que se anunció como medida que venía a aliviar la condición financiera de las PyMEs, no es real. “No fue exitoso para nosotros, sí para las grandes empresas, y generó un negocio para quienes manejan o pueden sostener bonos y después negociarlos”, detalla.
Rosato sostiene su postura en que, precisamente, el Banco Central luego debió sacar una resolución para que las pequeñas y medianas empresas accedan a montos de hasta 500 mil dólares para cancelar deudas contraídas hasta el 10 de diciembre. “Un proveedor en el exterior no le acepta un bono a las PyMEs”, explica.
Por eso repite a lo largo de la conversación un pedido al presidente Milei: “Que no se avance con las retenciones a las exportaciones de las PyMEs”. “Nosotros necesitamos comprar materia prima sin un arancel, sin el Impuesto País, porque justamente es materia prima y no un producto terminado”, remarca. “Que le apliquen un 25 o 30 por ciento a los productos terminados como hacen en Estados Unidos”, agrega.
“Acá pagamos los insumos tres veces más caros que el resto del mundo, y así no se puede competir”, reclama.