En las costas de Cape Ray, en Canadá, un joven llamado Gordon Blackmore descubrió los restos de un misterioso naufragio del siglo XIX emergiendo de las frías aguas de la isla de Terranova.
El barco de época capturó la atención de la pequeña comunidad canadiense de 350 habitantes. El descubrimiento, provocado por la tormenta Fiona en 2022, reveló un buque de 24 metros de longitud, parcialmente desenterrado y posiblemente impulsado hacia la costa por posteriores temporales.
Los expertos aún no determinaron el origen del naufragio, pero las primeras hipótesis sugieren la presencia de tacos de madera y bloques de cobre característicos del siglo XIX. En pleno proceso de investigación, la comunidad aguarda datos certeros de está reliquia que comparte sus días, y buscan datos sobre la posible identidad y destino de la nave que apareció como un fantasma en las costas canadienses.
Además, los científicos consideran que es imprescindible preservar el sector, ya que la zona ártica donde se encuentra podría enfrentar condiciones climáticas extremas, poniendo en riesgo la integridad del histórico barco.
Para los habitantes de Terranova, este hallazgo representa más que un antiguo naufragio; es una conexión con su pasado marítimo, una historia que podría ser compartida en el faro local convertido en museo.